La televisión se ha convertido en uno de los grandes atractivos comerciales de los operadores de telefonía. Pero de momento eso no se refleja en forma de confianza por parte de los usuarios. Ningún operador está creciendo al ritmo previsto, e incluso, como es el caso de Movistar, el pasado ejercicio lo cerró con menos clientes que un año antes.

Y es que algo pasa. No están sabiendo enganchar a los clientes. Pese a las grandes campañas publicitarias lideradas por las series de moda y los eternos duelos futbolísticos entre Real Madrid y Barcelona, el número de abonado no está creciendo. En el caso del operador azul, 2016 lo cerró con 3,6 millones de clientes según reflejan sus cuentas anuales publicadas este jueves. Este dato refleja una pérdida de 4.000 usuarios con respecto al mes de diciembre de 2015.

A lo largo de 2016 llegaron a tener 3,7 millones, pero desde mediados de año volvieron a tener un saldo negativo. La parte económica la están salvando porque los clientes que ya tienen están pagando facturas más altas. Esto provoca que, pese a los números planos de Movistar en su negocio de televisión, están consiguiendo facturar más.

Según argumenta el operador en su balance de resultados, «la pérdida neta del cuarto trimestre (-54.000) es el resultado de la pérdida de clientes de satélite (-65.000) no compensada por la ganancia neta de clientes de IP TV (+11.000)». Es decir, aunque no se contabilizasen los clientes que provenían del antiguo Canal+ (que compró Telefónica), el saldo sería prácticamente plano. Algo que no compensa la inversión millonaria para obtener los derechos de emisión del fútbol, o el gasto que supondrá el desarrollo de contenido propio en forma de series.

No solo problema de Movistar

El mal de muchos puede ser el consuelo para todos. Mientras que Movistar consigue ganar clientes de Fusión, no logra convencer de que se hagan abonados a la televisión de pago. O, los que ya son clientes, que se pasen a esta opción. Pero no son una excepción.

Orange, que también ha presentado sus resultados anuales este jueves, tiene un condicionante similar. Cuando varios trimestres atrás conseguía de media unos 70.000 nuevos abonados, ahora mismo mete poco más de 50.000 usuarios cada tres meses. Todo ello cuando los operadores más están apostando por la televisión. Y el caso es similar en Vodafone, cuyos ritmos de crecimiento han menguado mucho cuando se trata de un servicio que es «nuevo».

Desde el operador naranja, durante su presentación financiera anual, han asegurado que este aminoramiento es normal. Asimismo, lo que no garantizan es que vuelvan a existir volúmenes de crecimiento como sucedió en 2015. En parte, achacan esta situación a la menor implicación comercial por parte de las compañías.

No obstante, esta circunstancia que indican desde Orange parece contradecirse con la realidad, donde todos los operadores apuestan cada vez más por la televisión, y gastan importantes sumas de dinero en marketing, como el reciente anuncio de Vodafone y su irrupción en la tecnología de alta calidad de la imagen 4K.

Eso por no mencionar la inversión millonaria de Movistar en contenido propio de televisión. Por ello, aunque los operadores aseguren que salen las cifras, algo no termina de carburar.

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