La última adjudicación de primas a la producción de energías renovables se la han quedado unas compañías que han renunciado, precisamente, a las primas. Así de raro: algunas empresas no quieren el dinero gratis con el que era costumbre premiar a los inversores en renovables. Los beneficiarios niegan que se hayan equivocado, aunque desde el sector se mira con recelo el proceso. Todavía se preguntan qué ha pasado exactamente.

En la última subasta de potencia de energías renovables, convocada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, triunfaron dos agentes atípicos: Forestalia y Grupo Jorge, dos compañías aragonesas sin el peso que tienen las grandes eléctricas en el mercado “verde”.

Entre las dos hay lazos familiares en común, ya que los máximos dirigentes de ambas firmas pertenecen al clan Samper.

Pero lo extraordinario no acaba en los protagonistas, ya que sus ofertas han sido lo que más ha llamado la atención. Los inversores han concurrido a esta adjudicación para llevarse retribuciones o primas del sistema eléctrico en función de lo eficiente que fuera su tecnología, pero las propuestas de los vencedores del concurso han sido tan eficientes que no exigían ningún descuento, ninguna ayuda económica a la inversión.

Y claro, eso ha despertado las sospechas del sector. Sobre todo porque está ávido de ayudas desde el hachazo a las renovables del Gobierno

Fuentes del mercado consultadas por SABEMOS consideran que parte de culpa la tiene la modalidad de subasta. “Ha sido una subasta marginalista, con lo cual la oferta más alta marcaba el precio de las que resultasen adjudicadas. Es decir, que aunque ganaban las ofertas más bajas, todas cobraban, o esperaban cobrar, lo mismo que la más alta de las que saliesen adjudicadas”, indican. Lo que no se contemplaba es que la oferta más “barata” colmara toda la oferta.

Fuentes del mercado consideran posible que las adjudicatarias tuvieran inversiones paralizadas que habrían querido reanudar cuanto antes

Forestalia, que se ha hecho con un paquete de 300 megavatios de potencia eólica, contesta que ellos querían “desde el principio” que la prima fuera del 0%, según aseguran fuentes de la empresa a SABEMOS. “Por eso, ir al 100% ha sido la verdadera estrategia”, resumen.

Una posibilidad que se baraja en el sector es que las adjudicatarias tuvieran inversiones paralizadas por la moratoria del Gobierno a las renovables y quisieran poner sus activos a funcionar cuanto antes. De ahí la oferta sin descuento, ya que si tenían intención de construir parques eólicos de todas formas no perdían nada por concurrir al proceso en busca de una hipotética mejora de las condiciones.

Las razones del resultado son todo un acertijo para el sector pero en cualquier caso, comentan desde el mercado, este sistema de subasta es “un mecanismo extraño”. “Es la primera vez que se hace una subasta así en el mundo”, zanjan.

Foto: Flickr – Pat Anzanello

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