Si una hamburguesa puede servir para valorar el poder adquisitivo de un país, ¿por qué no va a suceder lo mismo con las impresoras? Varias compañías del sector de la gestión documental confirman que la venta de impresoras en el segmento empresarial establece dinámicas sobre el crecimiento o los periodos contractivos de la economía. Es decir, si pueden prever cómo les irá al año siguiente, se puede valorar la salud de las empresas y, por lo tanto, si habrá más o menos contrataciones y cómo será el consumo.

Existe un índice, Índice Big Mac, publicado por la revista ‘The Economist’ y que se elabora a partir de una investigación no científica, que permite comparar el poder adquisitivo de distintos países donde se vende la hamburguesa Big Mac de McDonald’s. El índice basa su sistema en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPA), que sostiene el concepto de que «el dólar debe comprar la misma cantidad de bienes o servicios en todos los países».

Bajo esta premisa, SABEMOS ha consultado a algunos de los principales fabricantes de impresoras para determinar hasta qué punto la previsión y ventas de este producto en el ámbito empresarial puede definir el estado de salud de la economía española.

El jefe de Prodcuto de Kyocera en España, Víctor Rodríguez, lo tiene muy claro. Asegura que hay una relación directa mostrando las ventas de equipos con la contabilidad nacional. Estima la consecuencia directa, y por tanto casi predictiva, de qué sucede cuando se van a vender menos impresoras. “Cuando la economía sube, las ventas de impresoras y multifuncionales suben en mucha mayor medida que el PIB, mientras que cuando el PIB baja, las ventas bajan de igual forma de manera más fuerte. De los últimos 7 años, en 6 se cumple la relación entre PIB y ventas, habiendo sólo uno en el que a pesar de que el PIB cayó, las ventas subieron (año 2013)”.

En este sentido, parece que cualquier producto de consumo tendría la misma relación. Si la economía va bien, se vende más. Pero la característica de las impresoras es que pueden predecir, en gran medida, qué comportamiento tendrá la propia economía.

Según cuenta a SABEMOS el directivo de Kyocera, “desde hace unos pocos años, podemos notar que las ventas de equipos de impresión actúan como indicador adelanto de la actividad económica, prediciendo lo que puede ocurrir en la economía al año siguiente. Si esto se cumple, en este año 2016 nos encontraríamos con un PIB inferior al de 2015 (como así adelantan las principales organizaciones económicas nacionales e internacionales), algo que nos adelanta la bajada en el ritmo de subida de las ventas de dispositivos de impresión, que como comentamos al principio han hecho un +8% en 2015, cuando vienen de un +12% en 2014”.

Es decir, cuatro puntos menos de crecimiento en la venta de impresoras, marcarían el retroceso que tendrá el PIB este año con respecto al crecimiento que apuntaban diversos indicadores.

Cómo ha sido el termómetro de las impresoras

Todos coinciden, la venta de impresoras puede predecir, o al menos viaja casi en paralelo, si la economía crecerá o se estancará. El director de Marketing de Ricoh España, Xavier Fernández, asegura que fue justo en el inicio de la crisis cuando se empezó a notar que algo iba mal. Cuenta a SABEMOS que desde 2009 hubo un descenso de ventas que tocó fondo en 2012, año más fuerte para la crisis económica.

Explica que los clientes empezaron a prolongar la vida útil de los productos. Sin embargo, a partir de 2013, afirma que comenzó una recuperación del mercado que en el último año ha sido de un 11% (según Context) y cuya justificación se encuentra en el actual proceso de recuperación económica. Lo cual, una vez más, demuestra que el crecimiento en la venta de impresoras sirve para saber cuándo empezará a reactivarse la economía.

Además, el directivo de Ricoh España, marca otra tendencia que está habiendo, y que le lleva a pensar que la recuperación continuará. Se trata del color. “Esto es así porque la impresión a color es una de las primeras que sufrieron la crisis económica en los entornos de oficina y que vuelve a abrirse a los usuarios, pero esta vez, de forma más progresiva”.

En cuanto a las causas, David Alcaide, director general de la división de ECG (European Channel Group) para Xerox España, relata a SABEMOS que el mercado de impresión ha sido sin duda uno de los que más ha experimentado el impacto de la situación económica que hemos vivido en España. “Las empresas dejaron de renovar sus parques de impresión para ahorrar costes, sin darse cuenta de que no era cuestión de dejar de invertir en estos sistemas, sino que la clave estaba en buscar una solución que cubriera sus necesidades y les ayudase a ahorrar tiempo y dinero”.

Acción, reacción. Si las empresas estiman que venderán más impresoras, la economía española está de suerte. Por el momento parece que esa es la tendencia, aunque de nuevo las previsiones están a la baja. ¿Igual que las proyecciones del PIB para 2017?

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