A sólo un día del referéndum que decidirá el futuro del Reino Unido en Europa las encuestan están más ajustadas que nunca. Tanto las pequeñas startups como los grandes bancos están preocupados por las consecuencias que tendría la salida del mercado común a nivel económico. Sin embargo, la clave del ‘Brexit’ no tiene que ver tanto con las cuestiones racionales como con “las emocionales”.

A pesar de la cercanía de las elecciones generales, en España tampoco deja de ser tema de conversación el referéndum del próximo jueves en el que Reino Unido decidirá sobre su permanencia en la Unión Europea. Las posturas están divididas, pero se aprecia cierta tendencia del sector empresarial al “sí” a la unión aunque sólo sea por cuestiones prácticas.

Para las pequeñas startups la permanencia en la UE supone el beneficio de contar con el mismo paraguas regulatorio para todos. Londres es la capital del fintech por tener la regulación más liberal dentro del mercado común, otras ciudades pueden intentar ocupar su puesto (Berlín, Dublín), pero dejaría un gran hueco”, señalaba Taavet Hinrikus, cofundador y CEO de TransferWise, durante su intervención en el Money Conf.

Tanto si se queda como si se va, Reino Unido tendrá que afrontar de todas formas el post-‘Brexit’. Está claro que algo no funciona bien en Europa cuando vemos tanta distancia entre países como Alemania y Grecia. Lo mismo ocurre allí: Londres es el foco financiero de la UE mientras que el resto de Reino Unido está desconectado. No creo que gane el ‘no’ a la permanencia, pero en el escenario hipotético, sería interesante ver la competencia que surgiría entre las dos Europas”, añadía David Birch, director de Consult Hyperion.

Todos los esfuerzos de los agentes europeos están puestos ahora mismo en predecir qué ocurrida con el futuro de Reino Unido y por ende de la UE. El director de Consult Hyperion tiene su sede central en la ciudad y conoce de primera mano quién vota a quién y porqué.

“Los que ven el debate desde fuera piensan en términos racionales, pero desde dentro todo tiene que ver con el punto de vista emocional. El voto sobre el ‘Brexit’ tiene que ver básicamente con la inmigración, no tanto con el punto de vista político o económico, sino con su gestión. Mucha gente votará el ‘sí’ porque todavía cree en que el mercado único se puede reformar y reconducir en otro sentido”, explicaba David durante su intervención.

En este sentido, según los sondeos, una mayoría de gente joven y con mayor poder adquisitivo votaría ‘sí’ a la permanencia, mientras que el ‘no’ se corresponde con  un grupo de mayor edad y clase social más baja.

“No sé si la mejor estrategia es depender del voto de la gente joven. Para movilizar a este colectivo hay que darles una visión positiva sobre el futuro, y no sé si hemos conseguido eso. La gente joven depende de cosas tan simples como el fútbol o el tiempo, si su equipo queda primero de grupo o hace sol estarán más animados para ir a votar el próximo jueves, influye directamente en el ‘humor nacional’”.

BBVA pide el ‘sí’ a Reino Unido

Carlos Torres Vila, consejero delegado del banco BBVA, no ha dudado en señalar que el ‘Brexit’ sería una “mala idea” desde el punto de vista económico para Reino Unido y para el resto de países europeos.

“Estas dos últimas semanas ya hemos podido observar el impacto del referéndum en los mercados. Creo que la salida de Reino Unido tendría un gran impacto en el corto plazo: surgiría otra vez el riesgo de recesión, la libra se depreciaría, veríamos una caída de las inversiones, etc… Pero no creo que en el largo plazo fuera a ser tan importante”, señalaba durante su intervención.

Respecto a las elecciones en España, el representante de la entidad sostiene que la “fragmentación” en el Parlamento es muy grande, por lo que no descarta la existencia de una tercera convocatoria a las urnas en el futuro.

La entidad sostiene que, a pesar del crecimiento externo y el aumento del comercio exterior, lo que sigue tirando de la economía española es la demanda interna y un contexto muy favorecedor impulsado por la caída del petróleo, los tipos de interés a mínimos y las inyecciones masivas de liquidez por parte del BCE.

Tampoco ha dudado en hablar de la Unión Europea y de los retos a los que se enfrenta, entre los que destacan el ‘Brexit’ y la crisis de los refugiados. Según el director de la entidad, el problema es el escaso potencial de crecimiento que se prevé para Europa en el corto plazo.

“A pesar de las medidas del BCE y de las políticas fiscales expansivas el crecimiento para este año sigue rondando el 1,6%, lo que refleja claramente un falta de potencial a corto plazo”, sentenciaba.

 

 

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