Llamas en Bolivia | Foto: FAO

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dedicará 2024 a los camélidos con la finalidad de reconocer las importantes contribuciones de estos animales a los medios de vida, la seguridad alimentaria y la nutrición.

Los camélidos, entre los que se incluyen los camellos bactrianos, los camellos salvajes y los dromedarios, así como los camélidos sudamericanos, entre ellos las llamas y las alpacas, que son especies domesticadas, y las vicuñas y los guanacos, que son especies salvajes, cumplen una función esencial en diversos ecosistemas. Son especialmente importantes en las regiones desérticas y montañosas, donde son parte integrante de los medios de vida y las prácticas tradicionales de las comunidades indígenas.

Según QU Dongyu, director general de la FAO, durante la presentación de las actividades previstas, «incluso en las condiciones climáticas más extremas, producen leche, carne, fibra y fertilizante orgánico y proporcionan un medio de transporte, impulsando la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida al tiempo que ayudan a conservar ecosistemas frágiles. Los camélidos también incrementan la resiliencia ante las repercusiones de la crisis climática, especialmente en las montañas y las tierras secas, y pueden contribuir a la transformación de los sistemas agroalimentarios».

Hace 45 millones de años

Los camélidos, fundamentales para millones de hogares de más de 90 países, se originaron en América hace 45 millones de años. Dado que sirven como animales de carga, apoyan el trabajo de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales de los altiplanos andinos de América del Sur, así como en los desiertos de África y Asia. Por ejemplo, los camellos bactrianos y los dromedarios, a los que se conoce como “barcos del desierto”, son esenciales para la vida nómada en las tierras secas.

El Año Internacional de los Camélidos pretende sensibilizar a nivel mundial sobre el papel polifacético de los camélidos, no sólo como fuentes de fibra, leche y carne, sino también como factores resilientes y sostenibles de las economías locales. En entornos difíciles, los camélidos son indispensables por su capacidad para soportar duras condiciones y prestar un apoyo esencial a las comunidades.

La celebración fue propuesta por el Gobierno de Bolivia y aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017. La nación andina, junto con Arabia Saudita, desempeñará un papel clave. Además de reconocer la importancia económica, social y cultural de estos animales, el Año Internacional de los Camélidos alentará a los gobiernos y a las partes interesadas a invertir más en ese sector. Esto incluye programas y proyectos para reforzar los medios de vida sostenibles en todos los lugares del mundo.

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