En febrero se aprobó en el Parlamento Vasco la nueva Ley de Transición Energética y Cambio Climático de Euskadi con el respaldo del 82% de los votos de la Cámara, gracias al acuerdo entre PNV y PSE y con el apoyo de EH-Bildu. Ahora, Ecologistas en Acción acaba de analizar con detenimiento la ley y el Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables al que se alude en la misma y que ya ha recibido más de 4.000 alegaciones. Para los ecologistas, «se trata de una ley que no encara la problemática con la ambición que requiere y demanda la comunidad científica ante la grave situación de emergencia climática y pérdida acelerada de biodiversidad en la que nos encontramos».
Entre los aspectos negativos de la ley, destacan que no se definen los instrumentos y calendarios para cumplir las escasas ambiciones, ya que sólo plantea los objetivos a alcanzar, no el cómo hacerlo. Asimismo, consideran que los objetivos de reducción de emisiones son muy tímidos. Para 2030, se plantea una disminución del 32% en las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990, muy similar al ya planteado en el borrador del Plan de Adaptación del Estado Español, del 31%, cuando el ratio de emisiones de Euskadi es mayor. En un territorio con unas emisiones per cápita de gases de efecto invernadero de 8.0 CO2-eq(kt)/cap. en 2021 superiores al promedio europeo de 7.4 CO2-eq(kt)/cap, como se puede ver en Eustat, «aspirar a una reducción de emisiones del 32% en 2030, cuando la ambición europea es del 55%, nos parece muy escaso».
En la ley se habla también de realizar esfuerzos para alcanzar la neutralidad en 2045, pero sin vinculación jurídica, cuando por responsabilidad histórica se solicita que se llegue a la neutralidad climática en 2040 con un plan desarrollado y vinculante. A juicio de los ecologistas, contiene, además, «muy pocas obligaciones y muchos principios de impulso y promoción, que no son de obligado cumplimiento para las empresas y las Administraciones Públicas y sin un calendario urgente ni régimen sancionador definido».
En lo referente al patrimonio natural, «la mirada es limitada y no asegura la integración de la conservación de la biodiversidad en la transición energética. Nos preocupan especialmente los impactos de los proyectos energéticos renovables en el medio natural y en los suelos agrícolas, que esta ley no previene».
También se hace referencia en el análisis a la instalación de renovables que se basa en el desarrollo de un Plan Territorial Sectorial (PTS) de Energías Renovables de Euskadi, «aún no aprobado y con muchos déficits», recuerda la organización. «Más de 4.000 alegaciones fueron presentadas, incluidas las 250 páginas de alegaciones presentadas por Ekologistak Martxan, que no se han tenido en cuenta. En dichas alegaciones, se pide su paralización y reelaboración lo antes posible por su urgencia en la situación climática actual, con un mejor proceso de participación pública y priorizando los criterios ambientales a los de recurso energético».
Además, la Ley no limita proyectos de infraestructuras viarias altamente impactantes y el apartado de movilidad es demasiado genérico, «siendo un sector que ha aumentado sus emisiones considerablemente en los últimos años. Tampoco plantea claramente un cambio profundo de la política económica, energética y forestal de explotación ilimitada, hacia un decrecimiento ordenado, democrático y con justicia social, única opción en un planeta de recursos finitos».
Aspectos positivos, «pero poca concreción»
Desde la organización ecologista, no obstante, resaltan algunos aspectos positivos de la Ley, entre ellos la inclusión de la perspectiva energética y climática en toda nueva normativa y planificación, así como la educación y sensibilización en todos los sectores y presupuestos públicos, ya que esta medida puede impulsar cambios positivos.
En cuanto al consumo final energético, en la ley se refleja una reducción de «al menos un 32% en el año 2030”. Sin embargo, “es de nuevo muy escasa, mucho menor que los objetivos de la UE (45%) y PNIEC (48%), y muy inferior al que consideramos necesario. y de nuevo sin desarrollar normativamente».
El plan de desinversión en combustibles fósiles es una iniciativa adecuada, consideran los ecologistas, «pero se deben idear mecanismos para evitar una privatización encubierta, ya que el abandono de las fuentes fósiles debe implicar también a los inversores privados. Una vez más, faltan en la Ley mecanismos efectivos y concretos de cierre de dichas infraestructuras».
Respecto a la Hoja de Ruta de Autoconsumo prevista, que ha de ser aprobada por el Gobierno Vasco en el plazo de 1 año, creen que «debe ser ambiciosa, para que se facilite lo más posible la extensión de este modelo a toda la sociedad. No obstante, las menciones al consumo de proximidad, la reducción de residuos o la economía circular se aprecian como algo positivo, aun cuando deben concretarse más».
En materia de energías renovables, Ecologistas en Acción resalta un aspecto de la Ley: «el mejor desarrollo de las energías renovables, priorizando que las necesarias para alcanzar los consumos estén instaladas en la CAV, no generando más deuda climática con los territorios cercanos, y el fomento de renovables in-situ en las edificaciones. Especialmente interesante es el establecimiento de un canon para las grandes instalaciones eólicas y fotovoltaicas, por sus grandes impactos, para las zonas que resulten afectadas por las instalaciones renovables».
Por último, desde la organización valoran también positivamente la promoción de la participación local en proyectos de energías renovables con la oferta del 20% de la potencia total del proyecto como inversión para la ciudadanía y para las industrias y comercios prioritariamente en el municipio donde se ubique la planta de aprovechamiento renovable o en los municipios limítrofes o comarca a la que pertenezcan. En este aspecto, «consideramos como negativo, y es de resaltar, que la ley incide en que esta medida sólo es aplicable en los proyectos que no hayan iniciado el procedimiento para la obtención de la autorización administrativa que les habilite para su desarrollo, cuando sabemos que ya hay muchos presentados, y creemos que se deberían incluir todos los que aún no se hayan conectado a la red», advierten.