Hay algo en común entre el punto más profundo del océano, la fosa de las Marianas , y el pico más alto del mundo, el monte Everest. A pesar de figurar entre los entornos más remotos e inaccesibles del planeta, ambos contienen diminutos trozos de plástico originados a kilómetros de distancia provenientes de las actividades humanas.
Los plásticos constituyen la fracción más grande, dañina y persistente de la basura marina y representan al menos un 85% del total de los desechos que hay en el mar. La basura marina se encuentra en volúmenes cada vez mayores a lo largo de costas y estuarios, en enormes remolinos de las corrientes mesoceánicas, en islas remotas, en los hielos marinos, en el fondo del océano, desde las regiones polares hasta las fosas más profundas y oscuras, dañando la vida marina y los hábitats a su paso.
Fuente de vida
El océano cubre más del 70% del planeta. Es nuestra fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la tierra. Prueba de ello es que el océano produce al menos el 50% del oxígeno del planeta, alberga la mayor parte de la biodiversidad de la tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. Además resulta clave para nuestra economía, ya que se estima que, para 2030, habrá en torno a 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con los oceános.
Sin embargo, a pesar de todos sus beneficios, necesita más apoyo que nunca.
Un nuevo equilibrio
Con el 90% de las grandes especies marítimas de peces mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, según Naciones Unidas, estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer. Debemos trabajar juntos para crear un nuevo equilibrio en el que no agotemos todo lo que este nos ofrece, sino que restauremos su vitalidad y le devolvamos una nueva vida.
Por ello, “Revitalización: Acción colectiva por el Océano”, es el lema del Día Mundial de los Océanos 2022, un año enmarcado en el Decenio de Ciencias Oceánicas de la ONU, en el que a su vez se celebrará la Conferencia de los Océanos de Lisboa, del 27 de junio al 1 de julio.
Conferencia de los Océanos de Lisboa
La Conferencia sobre los Océanos, organizada conjuntamente por los Gobiernos de Kenia y Portugal, llega en un momento crítico en el que el mundo está reforzando sus esfuerzos para movilizar, crear y promover soluciones que permitan alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de 2030. Como parte de las primeras etapas de la recientemente lanzada Década de Acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, la Conferencia promoverá una serie de soluciones innovadoras con base científica muy necesarias con el objetivo de iniciar un nuevo capítulo en la acción mundial para los océanos.
El Día de los Océanos se declaró por primera vez el 8 de junio de 1992 en la Cumbre de Río de Janeiro, en el Foro Global, un evento paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) que brindó una oportunidad para que las organizaciones no gubernamentales (ONG) y la sociedad civil expresaran sus puntos de vista sobre temas ambientales. La Declaración se inspiró en un evento organizado ese día por el Instituto de los Océanos de Canadá: “Día de los Océanos en el Foro Global- Planeta Azul».
