El acto central de campaña de los independentistas de Junts pel Sí se celebró ayer en l’Hospitalet de Llobregat. Toda una declaración de intenciones. La candidatura es consciente de que la movilización del área metropolitana barcelonesa es clave para conseguir la mayoría absoluta que necesita para tirar adelante su hoja de ruta, que, según la última encuesta de Metroscopia para El País , tienen al alcance. Y, en un auditorio en el que cabían más de 9.000 personas -según la organización-, sus dirigentes al completo quisieron reivindicar el cambio de tendencia en las urnas en una zona normalmente incómoda para el soberanismo.

“Yo también he venido unas cuantas veces a este recinto de l’Hospitalet, y quién me había de decir que el día que está más lleno desde su inauguración lo han llenado los soberanistas catalanes en busca de la independencia y de la libertad”, dijo el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ante un público desatado en gritos de independencia. Hasta este momento, Mas había aparecido en campaña en lugares menos hostiles que el Baix Llobregat, llamado el cinturón rojo por ser un histórico feudo de los socialistas catalanes. A ritmo de rumba catalana, el acto quiso ser un guiño a todos los hispanohablantes del área metropolitana, por la que también pugnan el PP, Ciutadans (Rivera apeló a convertir la zona en el cinturón naranja) y la Catalunya Sí Que Es Pot de Lluís Rabell y Pablo Iglesias, ante las malas previsiones electorales del PSC de Miquel Iceta.

Junts pel Sí quiere apostar por una zona en la que se ha notado un cambio de tendencia en las últimas contiendas electorales. Los socialistas consiguieron en las últimas elecciones autonómicas de 2012 un 21 % de los votos, cuando en 1999 poseían casi la mitad de las papeletas. En las europeas del mismo año, ERC quedó a medio millar de conseguir ser la segunda fuerza en l’Hospitalet, por detrás del PP. El próximo domingo se comprobará si un votante tradicionalmente de izquierdas confía en la fusión de los republicanos con CDC, exsocialistas nacionalistas y otras personalidades públicas que abogan por la separación de Cataluña del resto de España.

Por esto, otro de los más aplaudidos fue Eduardo Reyes, el presidente de Súmate, una asociación que defiende por el independentismo de los castellanoparlantes. “En mi carnet de identidad, como algunos me preguntan, dice que soy español y cordobés. Pero estoy donde quiero estar y por lo tanto, soy catalán. Nos han amenazado para ver si cogemos miedo, pero no tenemos miedo porque ya no tenemos nada que perder. Nos lo han quitado todo, hasta el miedo”, aseveró Reyes en referencia a la clásica pregunta del futuro de los pensionistas en una futura Cataluña independiente.

La amenaza de los bancos, tema central.

Pero si hubo una temática que marcó todos los discursos de los candidatos fue la polémica declaración institucional que emitieron el viernes las patronales de la banca española (AEB) y las cajas de ahorro (CECA), en que afirmaron que los principales entidades bancarias moverían sus sedes de Cataluña en caso de una hipotética independencia que conllevara la exclusión de la Comunidad Autónoma del Euro y de la Unión Europea.

Un movimiento que no da miedo a la izquierda independentista, que criticó las actuaciones de los bancos en los años de recesión económica. “Está muy claro que los depósitos y los fondos de pensiones son de los depositarios, es decir de los ciudadanos. No de los mismos que en gran medida han provocado la crisis en la que estamos, y que se han hecho rescatar por nosotros y por nuestros impuestos”, respondió el presidente de ERC y número 5 de la lista, Oriol Junqueras. “Que se vayan los bancos de las preferentes, de las hipotecas abusivas, de los desahucios. Si no respetan la voluntad del pueblo de Cataluña no merecen tener nuestros ahorros. No hay ningún país del mundo democrático en que la banca condicione los votos de los ciudadanos”, coincidió la expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y número 2, Carme Forcadell.

Mientras, el líder convergente quiso poner los pies sobre tierra y negó el escenario propuesto por las entidades financieras. “Carme, tranquila, que no marchará nadie”, respondió Mas a las declaraciones de su compañera de lista. “Porque Cataluña representa el 20 % del mercado español, la primera economía exportadora, el primer destino turístico. Tenemos la mejor universidad de todo el sur de Europa. ¿Os creéis que se marcharán del Paseo de Gracia de Barcelona, que es el lugar de compras más importante de todo el estado español? ¿De la plaza de Europa de l’Hospitalet, donde está la Fira de Barcelona, la feria más importante de todo el sur de Europa? ¡Que no son ni las hijas de la caridad ni las hermanitas de los pobres, que lo hacen por interés!”, asintió.

Así, todos los dirigentes que fueron desfilando por un acto presentado en castellano y en catalán entonaron el mismo argumento en rechazo del “temor” que a su juicio las instituciones estatales y los partidos unionistas quieren infundir a los indecisos. “Esta es la campaña del miedo para algunos, pero para nosotros es la campaña de las sonrisas y de las esperanzas”, rebatió un Raül Romeva que se fue pronto para acudir a un debate televisivo. La lista unitaria independentista quiere jugar el papel positivo y de unidad en las que consideran las elecciones más trascendentales para la región, y a la espera de más contratiempos provenientes del Estado. “Si no hace viento, remaremos, remaremos y remaremos”, resumió Forcadell en l’Hospitalet.

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