Podemos recoge el guante de IU para sentarse en una mesa con todas las fuerzas de izquierda, pese a que Sánchez continúe hablando con Rivera. También renuncia a la exigencia de mantener primero una cumbre bilateral con el líder socialista.

Pablo Iglesias rectifica. A regañadientes y obligado por el devenir de los acontecimientos, el líder de Podemos ha levantado el veto a Ciudadanos y está dispuesto a negociar con el PSOE pese a que las conversaciones Sánchez-Rivera continúen. También renuncia a la exigencia de mantener primero una entrevista personal con el líder socialista.

La salida se la ha puesto en bandeja Alberto Garzón. El candidato de IU ha ejercido de mediador y ha propuesto a los partidos de izquierda (PSOE, Podemos y Compromís) que se sienten con él en una mesa conjunta para hablar «sin condicionantes» sobre un pacto que provoque el cambio de Gobierno. Garzón se mantiene en la línea de negociar solo cuestiones programáticas y el posible apoyo a la investidura de Sánchez, aunque no vetará que otros actores planteen en esa mesa lo que consideren.

A eso se aferra Iglesias para indicar que su postura es la misma: acudirá a la cita para impulsar el Gobierno «progresista» que viene defendiendo desde hace un mes. Si el PSOE se aviene a ello, ya habrá elegido buscarle a él en detrimento de Rivera, según su lógica. Compromís también ha saludado la iniciativa de IU, mientras los socialistas se limitan a decir que lo pensarán.

«Trabajamos en clave de Gobierno, no en clave de relato; lo importante es lo que vaya a ocurrir después de la investidura», ha aseverado el secretario general de Podemos, que mantiene la exigencia de entrar en el Ejecutivo de Sánchez con un peso similar al del PSOE y de que también tengan carteras IU y Compromís.

Los avances en las negociaciones PSOE-Ciudadanos ya no solo no le hacen rechazar el diálogo con Sánchez, sino que le mueven a tratar de «hacerle cambiar de opinión» si le encuentra partidario de entenderse «con las derechas». «La palabra veto no forma parte de nuestro vocabulario político», ha continuado, simplemente ve «imposible» acordar un Gabinete con los dos emergentes a la vez.

Iglesias ha presionado al líder socialista con la postura de Ciudadanos, que sigue diciendo que en el mejor de los casos solo se abstendría. «Blanco y en botella», ha concluido: solo hay una posibilidad «donde es posible un Gobierno» y es la que él defiende en las 98 páginas de su programa de legislatura. Sánchez aún no le ha enviado la contraoferta prometida a ese documento, aunque lo hará a lo largo del día o como muy tarde el viernes.

Iglesias, por su parte, mantendrá la agenda de contactos paralela que ya anunció el lunes. Tras verse hoy con Garzón, mañana recibirá a Mónica Oltra (Compromís) y el lunes a los independentistas catalanes. En esta última cita planteará, tal y como ha reconocido, que tanto ERC como DiL se abstengan en la investidura de Sánchez si se pacta un programa que contente a Podemos.

De momento no hay fecha para la cita a cuatro, que está pendiente de que el PSOE se decida. Este jueves ha habido una nueva reunión de los negociadores socialistas con los de IU, profundizando en los «avances» de los últimos días pero sin llegar a un «acuerdo», en palabras de Garzón. Sánchez continúa sin tomar definitivamente un camino u otro convencido de poder lograr un pacto de mínimos con Rivera y en paralelo con Podemos y el resto de la izquierda. La posibilidad era inexistente hasta ahora, por el veto de Iglesias a C’s, pero este jueves se le ha abierto una pequeña ventana de oportunidad.

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