Marín Quemada mantiene en su puesto al director de Promoción de la Competencia, Antonio Maudes, pese a que seis de los diez consejeros del supervisor había pedido su destitución.

El presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, ha mantenido en su cargo al director de Promoción de la Competencia del regulador, Antonio Maudes, a pesar de que seis de los diez consejeros del organismo han reclamado su cese durante el Pleno de este miércoles por pérdida de confianza en el técnico, indicaron a Europa Press en fuentes conocedoras de la reunión.

El departamento de Maudes fue el encargado de elaborar el reciente informe sobre economía colaborativa de la CNMC, que fue aprobado por la Sala de Competencia sin llegar al Pleno y en el que el regulador se muestra partidario de mayor libertad de acceso a los mercados del taxi, del alquiler de coches con conductor (VTC) y de alquiler de viviendas vacacionales, tras la llegada de servicios como Uber y Airbnb. Este informe ha propiciado que un grupo de consejeros, los designados en su momento por el PP, se haya posicionado en contra del informe y a favor del cese de Maudes, cuya continuidad en el cargo depende directamente de Marín Quemada. Estos consejeros, señalan las fuentes, también se han mostrado en contra del reciente registro de ‘lobbies’ impulsado por el regulador.

Entre los consejeros que reclamaban la salida de Maudes por «falta de independencia interna» figuran la vicepresidenta María Fernández y los también vocales de la Sala de Regulación Eduardo García Matilla, Diego Rodríguez y Clotilde de la Higuera. Además, en este grupo también se encuentran los dos vocales de la Sala de Competencia Benigno Valdés y Fernando Torremocha, que han venido emitiendo votos particulares en contra de algunas de las principales decisiones del regulador en esta área, algunas de ellas contrarias a los intereses de grandes empresas.

La CNMC había comenzado a trabajar en el informe de economía colaborativa en noviembre de 2014 al considerar que entre sus responsabilidades no solo estaba la de investigar conductas anticompetitivas, sino también promover la competencia mediante el análisis de sectores disruptivos y las posibles trabas administrativas a los que, por su novedad, se ven sometidos. Bajo esta óptica, lanzó un procedimiento de consulta pública que ha recibido 1.114 respuestas, muchas de ellas procedentes de taxistas, y que ha sido pionero en España, hasta el punto de suscitar el interés de la Comisión Europea, interesada en realizar un estudio similar.

Pese a su ambición, este informe ha servido para ampliar las diferencias existentes entre los consejeros de la CNMC y, además, para ampliar el grupo de vocales díscolos, al que ahora se suman Diego Rodríguez y Clotilde de la Higuera.

Estos vocales, señalan las fuentes, han llegado a reclamar la intervención del abogado del Estado para lograr el cese de Maudes, si bien esta fórmula carece de recorrido, ya que el letrado al que evocan es el secretario del consejo, quien ha avalado la legalidad de todas las decisiones adoptadas.

División interna

En el entorno de Marín Quemada se considera que existe un sector de la CNMC sensible a las presiones de los grupos de interés y reacio al objetivo de promover un regulador completamente independiente del Gobierno y de las empresas. La economía colaborativa se ha convertido en el punto de choque entre los dos grupos enfrentados.

En todo caso, las propuestas elevadas al pleno por los consejeros díscolos solo han podido plantearse para su debate y no para la emisión de un voto vinculante, ya que solo el presidente de la CNMC está habilitado para proponer el cese o nombramiento del director de Promoción de la Competencia.

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