Hace una semana, ante el comité ejecutivo del PP, Rajoy achacó el varapalo sufrido por su partido en las elecciones del 24-M a la crisis y la corrupción, al tiempo que mostraba su deseo de ser inflexible con los escándalos que afectan a la clase política, dando a entender que los populares querían ponerse a la cabeza de las fuerzas políticas en la lucha contra esa plaga. Ayer, sin embargo, las palabras de Rajoy quedaron en nada: el Grupo Popular en el Congreso utilizó su rodillo parlamentario para tumbar la creación de una comisión de la Cámara que investigue la financiación de los partidos políticos.

Temía el PP que dicha comisión derivará en un examen a la trama Gurtel y los papeles de Bárcenas. Y ésa era, precisamente, la intención del grupo proponente. Llevaba meses la Izquierda Plural intentando que el Congreso debatiese una iniciativa con la que pretendía una investigación de la Cámara sobre la Gurtel.

Semana tras semana, la mayoría popular en la Mesa del Congreso rechazaba tal pretensión. Al final, el grupo de Cayo Lara decidió ampliar el contenido de la investigación (de la financiación de los partidos políticos, en general) y plantearla como moción, que, sin efectos jurídicos, podía ser, al menos, debatida y votada por el Pleno de la Cámara.

La votación en el Congreso de la moción de la Izquierda Plural demostró ayer que el PP está solo en este asunto. Los populares echaron mano de su rodillo para que la iniciativa no saliese adelante. Frente al Grupo Popular se situó toda la izquierda y el centro parlamentarios: desde el PSOE a IU-ICV, pasando por UPyD y el Grupo Mixto. En terreno de nadie se quedaron con su abstención los nacionalistas catalanes y vascos.

Durante el debate de la moción –celebrado el pasado martes-, el PP justificó su rechazo con el argumento de que el parlamento español ha celebrado durante esta legislatura 87 debates relacionados con la lucha contra la corrupción (64 en pleno y 23 en comisión) Tras tachar la iniciativa de la Izquierda Plural de broma, tomadura de pelo y brindis al sol, dados los pocos meses que faltan para la disolución de las Cortes y convocatoria de elecciones, los populares consideran que la moción incluía un «mensaje subliminal que une la corrupción a los partidos que han traído la democracia y el mayor periodo de paz, prosperidad y bienestar de la historia de España».

«No vale con decir borrón y cuenta nueva»

Por su parte, los socialistas creen que era bueno y necesario que el Congreso constituyese una comisión de investigación, porque el PP está bajo fianza por el juicio pendiente de la trama Gürtel y los papeles de Bárcenas. «No vale con decir borrón y cuenta nueva», sostuvieron los socialistas olvidando el papelón de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, con el caso de los ERE falsos.

Quien no se olvida de los ERE falsos es la Izquierda Plural. El grupo autor de la iniciativa insistió durante el debate en la necesidad de que la Cámara baja investigue a todos los partidos. Tras recordar la desconfianza y desapego de los ciudadanos hacia el Parlamento y la política en general, los comunistas y ecologistas reivindicaron que la financiación de los partidos no solo corresponde al Tribunal de Cuentas, sino también al Congreso.

Envueltos en su calculada equidistancia, los nacionalistas vascos y catalanes se abstuvieron. Aunque ven buenas intenciones en la Izquierda Plural, CiU y el PNV declinaron dar su apoyo a la comisión de investigación por la falta de tiempo para el final de la legislatura y por el hecho de que ya se han aprobado en la Cámara numerosas medidas contra la corrupción.

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