Este texto, elaborado en el seno del Grupo de Trabajo del lobo ibérico, también ha sido remitido, para información, a las cinco grandes ONG ambientales, así como a las principales asociaciones agrarias y ganaderas interesadas.
El borrador de la nueva estrategia pone el foco en la coexistencia entre la especie y la ganadería extensiva con la aplicación de medidas preventivas para intentar evitar daños antes que se produzcan y otras paliativas, que estarán acompañadas de adecuadas indemnizaciones. El documento se aplicará en las áreas de distribución actual y potencial del lobo, que serán delimitadas y recogidas en los planes de conservación o gestión de cada comunidad autónoma.
Las administraciones competentes deberán disponer de planes que aseguren el buen estado de conservación del lobo por medio de estudios y trabajos técnicos, una compensación de daños adecuada, ayudas para mejorar la defensa del ganado y protocolos de actuación en caso de conflicto, entre otros.
Para apoyar estas actuaciones, el pasado 7 de octubre el Consejo de Ministros aprobó destinar 20 millones de euros procedentes de los Presupuestos Generales del Estado para 2022. De este montante, 9,5 millones de euros se dedicarán para colaborar con las comunidades autónomas en la mejora de las indemnizaciones de los daños. Por otro lado, se destinarán 10,5 millones de euros para medidas de prevención, ya que existe probada evidencia de que las explotaciones ganaderas que las aplican tienen una tasa menor de incidencias con el lobo.
La estrategia subraya en este sentido que el análisis científico de 95 planes de gestión del lobo publicados entre el 1982 y 2019 en otros tantos países de Norteamérica y en Europa, demuestra que la mayoría de ellos contemplan la prevención de daños como pilar fundamental de las respectivas políticas de manejo de este carnívoro.
Registro nacional y radiomarcajes
Dentro del capítulo dedicado a la prevención, se incluye la creación de un registro nacional de expedientes de daños de lobo, tal y como existe en otros países de nuestro entorno, centralizado en el MITECO con datos aportados cada año por las comunidades autónomas.
Además, se elaborarán unas directrices comunes de intervención y/o extracción de individuos con carácter excepcional, cuando se cumplan las condiciones establecidas en la normativa de aplicación, para aquellas situaciones con reiterados casos de depredación que hayan sufrido explotaciones dotadas con medidas de protección del ganado apropiados.
Otra de las novedades que contempla este borrador es la creación de un programa nacional de radiomarcaje de ejemplares, con el que se podrán establecer indicadores eficientes sobre las amenazas y evolución de la especie, como el seguimiento de la distribución y evolución de las poblaciones o la incidencia del furtivismo.
En este sentido, está previsto para 2022 reforzar estas labores de seguimiento a través de un grupo especial de gestión del lobo que permita dar respuesta técnica a las necesidades y requerimientos de actuación que sean solicitadas, en colaboración con las comunidades autónomas.
Además, para el desarrollo de la estrategia se establecerán mesas sectoriales de diálogo sobre el lobo a nivel nacional y autonómico, integradas por las administraciones concernidas, con participación de expertos, naturalistas, ONG, profesionales de la ganadería en extensivo, personal técnico, ayuntamientos, sector de la ciencia, administraciones, profesionales del turismo, etc.
Un nuevo estatus legal
Tras la inclusión el 21 de septiembre del lobo en Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) es necesario disponer de una nueva estrategia de la especie acorde al nuevo estatus legal establecido, que facilite a las comunidades autónomas la aplicación de las medidas para su conservación de forma armonizada y que incluya los avances científicos más exhaustivos.
La vigente «Estrategia de Conservación y Gestión del Lobo (Canis lupus) en España» fue aprobada en 2005 y su actualización, que deberá ser aprobada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, está prevista para acompañar el nuevo estatus legal de la especie. La orden que incluía a la especie en el listado determinaba la necesidad de que esta Estrategia sea aprobada antes de 2022.
Para ello, desde 2020 se viene trabajando de manera coordinada entre el MITECO y las comunidades autónomas en el seno del Grupo de Trabajo del lobo, dependiente del Comité de Flora y Fauna Silvestres, para evaluar las necesidades de la nueva Estrategia y así actualizar las líneas prioritarias de actuación.
La mejor evidencia científica posible
El Grupo de Trabajo se reunió con este objetivo en noviembre de 2020, así como en febrero y en mayo de 2021, realizando una revisión del diagnóstico del estado de conservación de la especie, como primer paso para la actualización. Este trabajo de diagnóstico ha recopilado la mejor evidencia científica y técnica disponible, incorporando los datos y estadísticas aportados por las comunidades autónomas en lo referido a la situación poblacional de la especie, impacto a la ganadería o líneas de ayudas para facilitar la coexistencia.
A partir de este diagnóstico, en mayo de 2021 se elaboró un borrador que fue nuevamente objeto de consulta con las comunidades autónomas en el seno del grupo de trabajo, así como con las organizaciones interesadas. Las aportaciones recibidas han servido para obtener una versión consensuada de estas Bases, a partir de las cuales se ha preparado un primer borrador de Estrategia.
El resultado es el documento que ha sido remitido hoy al Comité de Flora y Fauna Silvestres, para su posterior consideración en la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad y aprobación en la Conferencia Sectorial de medio Ambiente durante 2021 para dar cumplimiento a lo dispuesto en la normativa.