La coronación de Carlos III de Inglaterra ha tenido muchos protagonistas pero, sobre todo, ha sido la consolidación internacional del presidente de República Dominicana, Luis Abinader, que ha contado con espacios en los principales medios de comunicación del mundo. En todas las galerías fotográficas, junto a los royals, siempre ha aparecido la imagen de Abinader y de la primera dama, Raquel Arbaje.
Cabeceras como Vogue, CBS, Tatler o Global News han reservado un espacio privilegiado a mostrar la presencia del presidente dominicano y su esposa, lo que, desde un punto de vista sociopolítico, muestra que su nuevo estilo de gobernar ha calado a nivel internacional.
En la coronación de Carlos III estaban todos los mandatarios y representaciones diplomáticas de las grandes potencias globales y, junto a ellas, se hallaba Luis Abinader. Los reportajes que están siendo vistos por miles de millones de personas en todo el mundo contemplan a Emmanuel Macron, Justin Trudeau, Rishi Sunak, Jill Biden, Felipe VI, y entre todos ellos, la omnipresente imagen de Luis Abinader.
Además, es el único líder latinoamericano que ha contado con la atención de los grandes medios internacionales. Esto es la consecuencia de la gestión que está realizando a nivel interno que está traspasando las fronteras dominicanas.
Este hecho es histórico y es la constatación evidente de que Luis Abinader se ha colocado en la vanguardia del liderazgo mundial. Ningún presidente dominicano ha tenido la atención de los medios globales en un evento de la importancia geopolítica como la coronación del rey de Inglaterra.
Hasta ahora, República Dominicana prácticamente no gozaba de la atención de la política mundial. Los anteriores presidentes habían implementado una serie de políticas que no tenían trascendencia más allá de las fronteras del país. El mundo veía al país caribeño como un destino vacacional…, y poco más.
Sin embargo, desde agosto de 2020, en una situación muy difícil a nivel global por culpa de la pandemia, Luis Abinader comenzó a gobernar para y por el pueblo, lo que le granjeó la atención mundial por el éxito de la lucha contra el coronavirus y la reactivación de la economía.
Desde entonces, Luis Abinader ha conseguido que tanto las consecuencias de la pandemia como de la guerra en Ucrania no hayan frenado el crecimiento, la resiliencia y la estabilidad económica. Esta es una de las causas principales de que los inversores internacionales se hayan fijado en República Dominicana como objetivo de inversión, no sólo en el sector turístico, sino en otros nichos económicos que van a modernizar al país y lo van a poner en la vanguardia del crecimiento tecnológico.
Todo esto lo ha logrado Luis Abinader en base a la aplicación de políticas que sólo buscan el bienestar de la ciudadanía sin recurrir a los recortes o a la implementación de una estrategia basada en una austeridad que no beneficia a nadie, tal y como se pudo ver en la Unión Europea y la situación de deuda pública tras la crisis de 2008.
El hecho de que tanto el presidente dominicano como la primera dama hayan captado la atención del mundo es la demostración de que República Dominicana empieza a contar en los ámbitos donde se toman las grandes decisiones. Jamás había ocurrido esto ni que las decisiones de Abinader están siendo analizadas y copiadas entre los países del G20.
En España, por ejemplo, ahora se ha aprobado una Ley de Vivienda en la que se pondera la importancia de la vivienda pública para las familias con menos recursos. Ese es, precisamente, uno de los pilares de la gestión de Luis Abinader. Casi todos los meses el propio presidente entrega personalmente las llaves de viviendas públicas a las familias.
La estrategia de vacunación también ha sido copiada en muchos países de Latinoamérica. Las políticas implementadas por Abinader para que la inflación derivada de la crisis energética no impacte de la manera más cruel en la ciudadanía también han sido aplicadas en alguna de las grandes potencias. Las políticas contra la corrupción y el crimen organizado han sido alabadas por presidentes como Joe Biden. Presidentes como Emmanuel Macron o el propio secretario general de Naciones Unidas han señalado que las recetas de Abinader para acabar con la crisis en Haití son las únicas adecuadas.
El presidente dominicano se ha convertido en el estadista que, no sólo necesitaba su país, sino toda Latinoamérica, y eso se pudo comprobar en la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo. No se trata de un elemento caudillista, sino que Abinader ha demostrado que su gestión se basa en el respeto absoluto de los valores de la democracia en contra de la tendencia que se basa en el populismo y el trumpismo pero que no aporta soluciones.
El pueblo dominicano, por primera vez en la historia, puede estar orgulloso de su presidente porque, con la ética y moral por bandera, ha logrado colocar al país en la primera línea de la línea política mundial.
La diáspora dominicana, no sólo en Londres, sino en toda Gran Bretaña y los países en los que está asentada, dormirán más felices, más tranquilos por ver en el presidente y la primera dama el orgullo de su Patria bien y justamente representada junto, no solo a las monarquías europeas, sino a la gran mayoría de mandatarios de las potencias. La coronación de Carlos III es la constatación de que República Dominicana se está convirtiendo en un gran país gracias al nuevo estilo de gobernar del presidente Abinader.