Panda gigante. Foto: WWF

En los bosques templados de hoja ancha y mixtos del Sudoeste de China, en zonas como Gansu, Shaanxi y las provincias de Sichuan hasta el este de la planicie tibetana, se escucha el lamento de los 2.000 ejemplares de osos panda gigante que viven en libertad. 

El panda gigante es una de las especies más queridas del planeta. Además, su imagen es el símbolo de lucha por la conservación de WWF desde 1961. El logo de WWF, el oso panda, fue diseñado en 1961 por el primer presidente de la organización, el naturalista y pintor Sir Peter Scott.

La población de pandas salvajes, según el último censo del Gobierno chino en 2015, ha crecido en 268 ejemplares en la última década. Con este aumento de un 16,3% respecto al último censo de 2003, ya hay un total de 1.864 pandas en libertad. 

WWF viene apoyando de forma activa la conservación del panda desde 1980, cuando impulsó los trabajos de campo del científico Dr. George Shaller y sus colegas chinos realizados en la reserva natural de Wolong. Fuimos la primera organización internacional invitada por China para trabajar sobre el terreno.

Hábitat y área de distribución del panda gigante:

Según el último censo del Gobierno chino de 2015, ha aumentado el área de distribución de los pandas gigantes. El hábitat actual cubre una superficie de 2.577.000 hectáreas, un aumento del 11,8% desde 2003. El censo ha revelado que 1.246 pandas viven en el interior de reservas naturales (un 66,8% de la población salvaje) y el hábitat dentro de estas reservas supone un 53,8% del total. Existen en la actualidad 67 reservas naturales para el panda en China, 27 más que en 2003.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cambió el estado de la amenaza de esta especie de “En peligro” a “Vulnerable” en 2016. No obstante, este pacífico animal, que cuenta con una población de 1.864 ejemplares en libertad según el último censo del gobierno chino que data de 2015, enfrenta múltiples amenazas. 

La conversión de los bosques en áreas agrícolas, la recolección de hierbas medicinales, las talas, la cosecha del bambú y las actividades como el desarrollo de la energía hidráulica, la minería y la construcción de carreteras fragmentan el hábitat de los osos pandas. Estos factores contribuyen al aislamiento y la reducción de las poblaciones de osos panda que no pueden migrar de un espacio a otro debido a la presencia de asentamientos humanos.

La dificultad de encontrar nuevas áreas para alimentarse en los periodos de escasez de bambú produce un mayor riesgo de desnutrición y una menor resistencia a enfermedades, dificultades en la reproducción, así como una menor capacidad para adaptarse a los cambios medioambientales. 

El oso panda también es víctima del tráfico ilegal y sufre consecuencias de las trampas y cepos para cazar otros animales: heridas y muertes accidentales.

Una red de reservas naturales

En los últimos años, la organización conservacionista ha ayudado al gobierno chino a llevar a cabo su Programa Nacional de Conservación para el panda gigante y su hábitat, creando una red de reservas naturales y corredores ecológicos para conectar poblaciones aisladas. Asimismo, está trabajando con las comunidades locales para desarrollar medios de vida sostenibles y minimizar su impacto en los bosques. 

Estos esfuerzos han conseguido que ya existan 67 reservas naturales de pandas, que en la actualidad protegen a casi dos tercios de todos los pandas salvajes. Estas reservas han ayudado a proteger grandes zonas de bosques montañosos de bambú, donde habitan un gran número de especies.

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