Germán Alarcón Castellanos , cuñado del recluso Francisco Granados y todavía concejal por el PP del Ayuntamiento de Valdemoro, es el próximo objetivo de la Operación Púnica, según ha podido conocer SABEMOS de fuentes de la investigación. El cuñado de Granados era el concejal de deportes cuando se sustrajo el listado de socios del club de natación para que el cerebro de la trama, David Marjaliza , los utilizara en su gimnasio.

Por Froilán Bravo y José Luis Lorente

El hermano político del preso preventivo y ex número dos del Gobierno de la Comunidad de Madrid tendrá que explicar, entre otras muchas cosas, por qué permitió que se sustrajera de los archivos de la concejalía de deportes que él dirigía el listado de socios de la Escuela Municipal de Natación, para que los utilizara el también preso David Marjaliza, alias Mortimer”, en un gimnasio particular dotado de piscina que montó y explota con gran éxito en Valdemoro. Ese trasvase de datos produjo un grave quebranto en las arcas municipales, caudal que terminaría en los bolsillos de Mortimer.

Varios vecinos presentaron denuncias por escrito ante el entonces alcalde, José Carlos Boza Lechuga, para que investigara lo ocurrido y pusiera fin a esa situación. Pero el edil no hizo nada para evitarlo porque se encontraba atado de pies y manos. De un lado Boza, presunto responsable de la sustracción, revelación y entrega de documentos a un constructor amigo, es el cuñado de Francisco Granados, el hombre al que le debe el haber dejado su puesto de ferroviario en Torrejón de Ardoz, para convertirse en teniente alcalde de Ciempozuelos y después dar el salto a la alcaldía de Valdemoro.

La testaferro de Mortimer

Otro de los impedimentos que tenía José Carlos Boza para poner fin a ese desaguisado no era nada más ni menos que su cuñada Ana María Pilar Ramírez, casada con su hermano, Jesús Manuel. Éste, cabo de la Guardia Civil, era la testaferro de Marjaliza en la mercantil Team Gestión Deportiva SL, propietaria del Centro Supera en Valdemoro, el gimnasio de más de 7.000 metros cuadrados propiedad de Mortimer, donde fueron a parar las listas de asociados de la Escuela Municipal de Natación sustraídas de los ordenadores del Ayuntamiento. Ana María continúa en situación de prisión preventiva por orden del juez Eloy Velasco.

Esta mujer es propietaria de un lujoso chalet situado en el número 32 de la calle Portugal de Valdemoro, y de otro recientemente construido cerca de las instalaciones deportivas del Centro Supera. Lo que resulta embarazoso es explicar de dónde sacó Ana María el dinero para adquirir esas propiedades, disponiendo de un sueldo de secretaria y otro de cabo de la Guardia Civil, el de su marido.

Como cobertura para filtrar esos datos secretos, el cuñado de Granados, en su calidad de concejal de deportes del Ayuntamiento de Valdemoro, alegó que las instalaciones municipales tenían una larga lista de ciudadanos de la localidad aspirantes a que se les admitiera para practicar deportes en ella. Fue entonces cuando Germán Alarcón dirigió una carta a los valdemoreños en la que decía: «El próximo año abrirá sus puertas un nuevo centro deportivo que se construirá en suelo de titularidad pública y tendrá gestión privada, contará con piscina climatizada y un gimnasio moderno, amplio y equiparado con todo tipo de máquinas para la práctica de actividad aeróbica y de musculación«.

Lo que se le olvidó a Alarcón Castellanos fue informar a sus convecinos de que el propietario de ese nuevo centro deportivo era David Marjaliza, el número 2 de la trama ahora desarticulada por la Guardia Civil.

Foto: @PPMadrid en Flickr

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