El Secretario General de la ONU ha pedido terminar de una vez por todas con la mutilación genital femenina. En su mensaje por el Día Internacional contra esa lesiva práctica, que se celebra este domingo, António Guterres ha manifestado su esperanza de acabar con ella durante esta década.
“Es imperioso detener esta flagrante manifestación de la desigualdad de género. Con inversiones urgentes y medidas oportunas podemos cumplir la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de eliminar la mutilación genital femenina para 2030 y construir un mundo que respete la integridad y la autonomía de las mujeres”, ha exhortado.
Guterres ha recordado que la mutilación general es “una violación abominable de los derechos humanos” y que produce daños “profundos y permanentes” a mujeres y niñas en diversas partes del planeta.
“Cada año, más de cuatro millones de niñas corren el riesgo de ser sometidas a esta forma extrema de violencia. Lamentablemente, la pandemia de COVID-19 ha repercutido en los servicios sanitarios y ha puesto en peligro a incluso más niñas”, ha destacado.
El titular de la ONU ha explicado que la Organización y sus socios apoyan iniciativas orientadas “a cambiar las normas sociales que perpetúan esta práctica” y ha pedido “que se aceleren las inversiones para acabar con la mutilación genital femenina y defender los derechos humanos de todas las mujeres y niñas”.
UNICEF denuncia retrocesos en la lucha contra la mutilación genital femenina
Por su parte, UNICEF se suma a la advertencia del Secretario General sobre el aumento del riesgo de que las niñas sean víctimas de mutilación genital femenina durante la pandemia del COVID-19. El Fondo de la ONU para la Infancia destaca que el cierre de las escuelas, los confinamientos y la alteración de los servicios sanitarios son las principales causas por las que las niñas pueden llegar a sufrir esta peligrosa práctica de la que podrían producirse dos millones de casos durante la próxima década.
La asesora superior de UNICEF para la prevención de prácticas nocivas, Nankali Maksud, ha alertado sobre esta situación y destacó que se está “perdiendo terreno” en la lucha contra la mutilación genital femenina.
“Cuando las niñas no pueden acceder a servicios vitales, a las escuelas y a las redes comunitarias, su riesgo de sufrir la mutilación genital femenina aumenta significativamente, amenazando su salud, su educación y su futuro”, remarcó.
La especialista indicó que la conmemoración este domingo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, junto al segundo aniversario de la pandemia del COVID-19, han de servir para “renovar nuestro compromiso con una acción concertada y bien financiada para retomar el camino y acabar con esta práctica en todas partes.»
UNICEF recuerda que la mutilación genital femenina es una violación de los derechos de las niñas y puede provocar graves complicaciones de salud e incluso la muerte. Además, destaca que las menores que sufren esta práctica corren un mayor riesgo de contraer matrimonio infantil y de abandonar la escuela, un escenario que amenaza su capacidad de construir un futuro mejor tanto para ellas como para sus familias y comunidades.
La OMS lanza dos nuevas publicaciones para ayudar a afectadas y personal sanitario
La Organización Mundial de la Salud ha anunciado el lanzamiento de dos nuevas herramientas para ayudar a los profesionales de la salud a prestar la mejor atención posible a las niñas y mujeres que han sido sometidas a la mutilación genital femenina, así como para apoyar los esfuerzos mundiales para poner fin a esta práctica nociva y a la violación de los derechos humanos.
«La comunicación centrada en la persona para la prevención de la mutilación genital femenina: Guía del facilitador para la formación del personal sanitario» orienta a los profesionales del área de la salud a analizar sus conocimientos respecto a esta práctica, y a desarrollar sus y habilidades sobre cómo capacitar a sus pacientes en el proceso de toma de decisiones para detenerla.
La científica de la Organización y experta en mutilación genital femenina, Christina Pallitto, resaltó la clara posición de la OMS sobre esta práctica al indicar que «no hay ninguna justificación – médica o de otro tipo – para llevar a cabo la mutilación genital femenina. Sólo causa daños y es una grave violación de los derechos humanos”.
Sin embargo, indicó que para algunos profesionales de la salud puede ser difícil saber qué hacer cuando una familia les pide que practiquen la mutilación genital femenina.
“Esta nueva formación les ayuda a aprender a decir ‘no’ y, sobre todo, a escuchar a las personas a su cargo y a hacerles cambiar de opinión, todo ello con un enfoque centrado en la persona», aseguró.
Del mismo modo, la «Integración de los contenidos sobre la mutilación genital femenina en los planes de estudio de enfermería y partería» responde a la necesidad de integrar el contenido sobre la prevención y la atención de la mutilación genital femenina en los currículos académicos de ambas disciplinas -así como de otros proveedores de salud- de forma sistemática y sostenible.
Últimos datos sobre la mutilación genital femenina
Al menos 200 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de mutilación genital femenina. Otros dos millones de niñas podrían estar en riesgo para 2030 debido a la COVID-19, lo que supondría una reducción del 33% en el progreso hacia el fin de esta práctica nociva
Aproximadamente una de cada cuatro mujeres y niñas, unos 52 millones en todo el mundo, fueron sometidas a la mutilación genital femenina por parte de personal sanitario. Esta proporción es dos veces mayor entre las adolescentes, lo que indica un crecimiento de la medicalización de esta práctica.
De los 31 países con datos disponibles sobre mutilación genital femenina, 15 se enfrentan a conflictos, al aumento de la pobreza y a la desigualdad, una situación que genera una doble crisis para las niñas más vulnerables y marginadas del mundo
La mutilación genital femenina sigue siendo una práctica casi universal en algunos países: cerca del 90% de las niñas de Yibuti, Guinea, Malí y Somalia están afectadas por este flagelo. Se practica a edades cada vez más tempranas en la mitad de los países, lo que reduce la oportunidad de intervenir. Por ejemplo, la edad media para someterse a esta práctica en Kenya ha descendido de los 12 a los 9 años en las últimas tres décadas.
El progreso es posible. Aunque hoy en día la probabilidad de que las niñas sean sometidas a la mutilación genital femenina es un tercio menor que hace tres décadas, es necesario que los avances sean al menos 10 veces más rápidos para alcanzar el objetivo mundial de eliminación para 2030. Múltiples crisis como la COVID-19, el aumento de la pobreza, la desigualdad y los conflictos, están exponiendo a millones de niñas a un mayor riesgo de mutilación genital femenina.
En las dos últimas décadas, se ha doblado la proporción de niñas y mujeres de países con alta prevalencia que se oponen a esta práctica. Cada día se hace más necesario garantizar el acceso de las niñas a la educación, a la atención sanitaria y el empleo es fundamental para acelerar la eliminación de la mutilación genital femenina y permitir que contribuyan a un desarrollo social y económico equitativo.