Pleno del Ayuntamiento de Valladolid. Foto: Ecologistas en Acción

El Ayuntamiento de Valladolid «intenta justificar su dejación al no activar el Plan de Acción en Situaciones de Alerta por Contaminación del Aire Urbano en Valladolid atribuyendo al ozono un origen naturalrelacionado con las altas temperaturas», denuncia Ecologistas en Acción.

Según la nueva teoría científica del Gobierno municipal el ozono no tendría que ver con el tráfico rodado “y por ello se considera que no es necesario restringir la circulación”.

Ante este hallazgo, afirma la organización que «sobran las décadas de investigación científica internacional sobre la contaminación del aire por ozono, y desde luego sobra el vigente Plan de Alerta municipal, que establece la necesidad de adoptar medidas de promoción del transporte público y restricción del tráfico cuando se prevea una superación en 120 ug/m3 de ozono como máximo diario de las medidas móviles octohorarias, en una estación, durante tres días consecutivos”.

La pasada semana, las seis estaciones de la red municipal que que miden ozono, la de la central de cogeneración de Michelín y la de las fábricas de Renault (también ésta es una estación oficial) «han superado durante el martes, miércoles y jueves el objetivo establecido para este contaminante por la normativa, que es de 120 microgramos de ozono por metro cúbico de aire (ug/m3), como promedio de ocho horas».

Qué es el ozono troposférico

El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción en presencia de radiación solar de alta intensidad entre el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos volátiles emitidos por los automóviles y algunas industrias.

Si el tráfico y la industria no emitieran estos contaminantes precursores del ozono, éste no se formaría, desplazaría ni acumularía, por mucha radiación ultravioleta que se recibiera. Por eso según señalan las Bases científicas para un Plan Nacional de Ozono recientemente publicadas por el Gobierno (pág. 134) “las mayores reducciones de ozono se han asociado a las medidas planificadas sobre el tráfico rodado”. Como las previstas en el Plan de Alerta municipal.

Al haberse previsto para el jueves la tercera superación del objetivo legal, según Ecologistas en Acción, «el Ayuntamiento de Valladolid debió haber activado con efecto desde el viernes las restricciones de circulación de la Situación 2: Aviso de su Plan de Alerta, incluyendo el cierre del centro urbano al tráfico motorizado, hasta que se supere el nuevo episodio de alta contaminación», tal y como han actuado esta semana ciudades francesas como Aviñón, Marsella, Niza o Tolón.

Asimismo, apuntan que «las autoridades municipales no han actuado conforme a sus propias normas, y ni siquiera han informado a la población más sensible (niños, ancianos, mujeres embarazadas y enfermos cardiorespiratorios)».

Una ración de negacionismo

También critican que «a toro pasado intentan cubrirse con una ración de negacionismo. Negar la evidencia científica, en este caso la contaminación atmosférica, el cambio climático y la estrecha relación entre contaminación y salud, no es una postura política solvente y sobre todo no respeta el derecho a la salud de las personas que más necesitan de la protección pública».

Ecologistas en Acción reitera su preocupación «no sólo por la dejación municipal durante el peor episodio de ozono del presente verano», sino por el retroceso en las políticas ambientales y de movilidad que está impulsando el nuevo Gobierno municipal, «con el recorte de la zona de bajas emisiones aprobada y el desmantelamiento anunciado de carriles bus y carriles bici, y por el discurso negacionista con el que empieza a vestir este injustificado ataque a la salud».

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