Las peticiones de investigación para identificar a los responsables de posibles crímenes de guerra en Gaza o Ucrania se multiplican por momentos. En el Consejo General de la ONU, António Guterres, ya recordó la obligatoriedad de proteger a los civiles establecida en el derecho humanitario internacional.
El 28 de febrero, apenas cuatro días después de la invasión de Ucrania por las tropas rusas, la Corte Penal Internacional (CPI) anunció que quería abrir una investigación. «Estoy convencido de que existe una base razonable para creer que los presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad se cometieron efectivamente en este país», declaró el fiscal de la CPI, Karim A.A. Khan. La investigación se abrió el 2 de marzo. Tres días después, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió crear urgentemente una comisión de investigación internacional independiente tras la agresión.
La investigación de la CPI sobre Palestina y territorios ocupados se remonta al 3 de marzo de 2021. Fue entonces cuando la fiscal de la Corte Penal Internacional abrió una investigación formal por presuntos crímenes de guerra en los territorios palestinos para examinar a ambas partes del conflicto.
Y tras estas peticiones, tan antiguo como la guerra, el derecho internacional humanitario, que ha servido a modo de árbitro en los conflictos bélicos y armados en todo el mundo. A pesar de que sus normas han cambiado a través de la historia, sus principios siguen siendo los mismos: la protección de la comunidad civil y el trato humano y digno de quienes la conforman.
Si bien a los trabajadores humanitarios que prestan servicios a las poblaciones afectadas por conflictos los cobija un conjunto de leyes que los protegen, algunas partes beligerantes violan estos acuerdos globales, con acciones como ataques a hospitales y escuelas, o impidiendo, mediante sitios o la destrucción de infraestructuras civiles, que esos trabajadores humanitarios lleguen a la población civil con bienes y servicios vitales.
Desde los pasajes de la Biblia y el Corán
Desde los pasajes de la Biblia y el Corán, hasta los códigos de caballería medievales europeos, este creciente conjunto de normas de enfrentamiento tiene por objeto limitar los efectos de un conflicto sobre la población civil o los no combatientes. Pero ¿cuáles son exactamente las reglas de la guerra y qué ocurre cuando se infringen?
Las normas de guerra se aplican desde el momento en que se inicia un conflicto armado. Las leyes vigentes hoy en día se basan principalmente en los Convenios de Ginebra, el primero de los cuales precede a la ONU en casi 200 años.
Tras la declaración de neutralidad internacional «perpetua» de Suiza en 1815, una guerra entre Austria y Francia en 1859, provoco que Henri Dunant, un ciudadano suizo que atendía a los heridos en el campo de batalla, propusiera lo que se convertiría en el Comité Internacional de Ayuda a los Heridos.
Poco después, este grupo se transformó en el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), seguido del Primer Convenio de Ginebra, firmado en 1864 por 16 naciones europeas. Desde entonces, han tenido lugar cuatro convenios y dos protocolos adicionales, y un número creciente de naciones los han adoptado.
El Protocolo I amplió la protección de los Convenios de Ginebra y La Haya a las personas implicadas en guerras de «autodeterminación», redefinidas a partir de entonces como conflictos internacionales y permitieron el establecimiento de comisiones de investigación en casos de presuntas violaciones de la Convención.
El Protocolo II amplió la protección de los derechos humanos a las personas implicadas en graves conflictos civiles que no estaban cubiertos por los acuerdos de 1949. A modo de curiosidad, Estados Unidos no es parte del Protocolo II.
Las nuevas normas de guerra y protocolos de los Convenios de Ginebra se han desarrollado a medida que el armamento y los conflictos armados se han vuelto más sofisticados y siniestros.
También han surgido tratados internacionales para prohibir una serie de armas desencadenadas por conflictos del siglo XX, desde el uso de gas mostaza en las trincheras de la Primera Guerra Mundial hasta el lanzamiento aéreo de napalm en Vietnam. Estas convenciones vinculantes también obligan a los signatarios a respetar el derecho internacional humanitario.
¿Quién está protegido?
Los hospitales, las escuelas, los civiles, los trabajadores humanitarios y las rutas para prestar ayuda de emergencia se encuentran entre las personas y los lugares protegidos por el derecho internacional humanitario.
Un protocolo de los Convenios de Ginebra adoptado en 1977 contiene la mayoría de las normas sobre protección de civiles. En general, los principios fundamentales se dividen en dos grupos. El primero se centra en el respeto de la dignidad y la vida de la persona y en el trato humano. Esto incluye la prohibición de las ejecuciones sumarias y la tortura. Y el segundo se aplica a la distinción, la proporcionalidad y la precaución a la que están sometidas todas las partes beligerantes. No se pueden atacar a civiles, se debe garantizar que las operaciones y las armas que se decidan utilizar minimicen o eviten las víctimas civiles, y se debe advertir a la población civil de un ataque inminente.
Acabar con la impunidad
El Derecho Internacional Humanitario también puede violarse fuera de una guerra como tal. Mientras tanto, los crímenes de lesa humanidad nunca se han recogido en un tratado específico de derecho internacional, aunque el Estatuto de Roma ofrece el consenso más reciente de la comunidad internacional sobre lo que se puede incluir y también es el tratado que ofrece la lista más amplia de actos específicos que pueden constituir un crimen.
Cuando se producen violaciones, se han establecido mecanismos, desde los tribunales de las Naciones Unidas para Camboya, Ruanda y la antigua Yugoslavia hasta esfuerzos nacionales como se vio en 2020 en la República Democrática del Congo, cuando un tribunal militar llevó ante la justicia a un criminal de guerra.
La Corte Penal Internacional, con sede en La Haya y creada por el Estatuto de Roma en 2002, también ha tenido jurisdicción sobre las denuncias de violaciones de derecho internacional humanitario.
Tribunal mundial
Siendo el primer tribunal penal mundial permanente creado para ayudar a poner fin a la impunidad de los autores de los crímenes más graves de trascendencia para la comunidad internacional, la Corte es una organización internacional independiente y no forma parte del sistema de las Naciones Unidas.
Sin embargo, tiene un vínculo directo con la ONU. El Fiscal de ese tribunal puede abrir casos o investigaciones remitidos por el Consejo de Seguridad de la ONU, por los Estados que forman parte del Estatuto de Roma, o basándose en información de fuentes fiables.
Aunque no todos los 193 Estados miembros de la ONU reconocen la Corte, el tribunal puede iniciar investigaciones y abrir casos relacionados con acusaciones desde cualquier parte del mundo. Se han visto casos y se han dictado sentencias sobre toda una serie de violaciones, desde el uso de la violación sexual como arma de guerra hasta el reclutamiento de niños como combatientes.
El tribunal está investigando actualmente 17 casos. Parte de su trabajo consiste en emitir órdenes de detención contra presuntos autores. Esto incluye una orden pendiente contra el presidente ruso Vladimir Putin en relación con la invasión a gran escala de Ucrania por su país.
En cuanto a las organizaciones internacionales, poco después de que estallara el conflicto Israel-Gaza el 7 de octubre, el tribunal abrió una investigación en curso, habilitando un enlace para proporcionar la presentación de denuncias de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, genocidio y agresión, que violan el derecho internacional humanitario.