Las hotelera Starwood, la plataforma de alquiler Airbnb y la agencia de viajes online Booking.com son los primeros grandes grupos en llegar a la isla aprovechando las nuevas relaciones entre Washington y La Habana.

El desembarco de las empresas estadounidenses en Cuba ya ha comenzado. Hace poco más de un año Washington y La Habana iniciaban el deshielo de sus relaciones bilaterales en un camino sin sobresaltos sonados y que se ha culminado con la visita estos días del presidente Barack Obama a la isla.

Y si la recuperación de las relaciones diplomáticas es el esperado haz, el envés evidente es económico y las compañías norteamericanas no han tardado en moverse… con las grandes empresas del sector turístico como primer ariete corporativo. Unos movimientos que preocupan entre las empresas del turismo español, que hasta ahora han sido los actores principales de las alianzas con las compañías estatales que gestionan el turismo cubano.

Las hoteleras mueven ficha

El gigante Starwood (propietario de marcas tan reconocidas como Sheraton, St. Regis, Westin o W) se ha convertido este fin de semana en la primera hotelera estadounidense en más de medio siglo en firmar un convenio con el Gobierno de Cuba para asumir la gestión de dos hoteles en la isla.

El acuerdo de Starwood y el régimen cubano, el primero desde 1959 y suscrito en la víspera de la histórica visita de Barack Obama a la isla, contempla la explotación de dos establecimientos en La Habana antes de 2017: el mítico Hotel Inglaterra, que se incluirá en la exlcusiva ‘The Luxury Collection’ del grupo, y el Hotel Quinta Avenida, que será operado bajo la marca económica Four Points by Sheraton. Asimismo, Starwood ha suscrito una primera cara de intenciones con las autoridades cubanas para sumar próximamente un tercer establecimiento en La Habana, el Hotel Santa Isabel, que también entraría en ‘The Luxury Collection’.

En paralelo, Marriott otra vez en vías de fusión con la propia Starwood ha obtenido ya la autorización oficial del Tesoro de Estados Unidos para poder hacer negocios en Cuba. El grupo hotelero negocia con el Gobierno cubano la incorporación de algún establecimiento, pero aún no ha sellado ningún acuerdo formalmente.

El esperado boom tecnológico

Airbnb ya fue hace justo un año una de las primeras compañías estadounidenses que aprovecharon la nueva era en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba para desembarcar en la isla. Airbnb venía comercializando desde abril del año pasado viviendas para uso turístico en Cuba. Pero hasta ahora los clientes que se alojaban en esos apartamentos sólo podían ser viajeros estadounidenses (que tenían con carácter general prohibidos sus viajes a la isla, con la salvedad de esgrimir una docena de causas eximentes del veto).

Airbnb ha anunciado ahora que a partir del próximo 2 de abril los turistas de todo el mundo pueden acceder al alquiler de la oferta de apartamentos que comercializa en la isla. El Departamento de Hacienda de EEUU ha concedido a Airbnb una autorización especial para que ciudadanos de todas las nacionalidades –no sólo procedentes de Estados Unidos- pueden acceder a las 4.000 viviendas en alquiler en Cuba. Una oferta que ha convertido a la isla en el mercado que más rápido ha crecido en la historia de Airbnb.

A la fiesta de los grandes del turismo de Estados Unidos en Cuba también se ha sumado Booking.com. La filial del grupo Priceline se convertirá en la primera agencia de viajes online en entrar en el mercado cubano. En un primer momento, las reservas en Booking.com sólo las podrán realizar ciudadanos estadounidenses que viajen a la isla. El acuerdo es resultado de meses de trabajo con las autoridades cubanas y con los hoteles cubanos para crear la primera plataforma común de reservas online.

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