El presidente del Gobierno en funciones y Albert Rivera se reúnen por cuarta vez desde el 26-J para tratar de avanzar hacia un acuerdo de investidura. El partido naranja asegura que no negociará nada mientras el PP siga sin firmar el pacto anticorrupción y sin fijar fecha para la investidura. El fantasma de las terceras elecciones se cierne sobre la Navidad.

Un día más. Ciudadanos consideró excesivo el plazo de una semana que se dio el PP para decidir sobre el ultimátum de Albert Rivera, pero, una vez vencido y sin haber recibido respuesta pública alguna, acepta celebrar otra cumbre bilateral Rajoy-Rivera (este jueves, 13h, en el Congreso) y confía en que ahí llegue el ‘sí’ a sus condiciones previas. En tanto eso no se produzca, en cualquier caso, no iniciarán las negociaciones en busca de un pacto de investidura. José Manuel Villegas, número dos de C’s, eludió criticar que Mariano Rajoy no llevara al Comité Ejecutivo del PP el tema que motivó su convocatoria -debatir esas condiciones previas-, aunque lamentó que se hayan “perdido siete días” y se dijo “sorprendido” por ello. Entienden, o quieren entender, que la nueva cita que Rajoy ha pedido a Rivera es para transmitirle en persona una respuesta. Si es positiva, iniciarán conversaciones; si no, seguirán apostando por la abstención ante la investidura de Rajoy.

Villegas es “optimista” al respecto y espera que pronto PP y Ciudadanos puedan sentarse en torno a una mesa. Por eso va el líder naranja a la cita, explicó, no porque se haya saltado su promesa de no negociar en tanto en cuanto Rajoy no asuma las exigencias. Si la respuesta sigue sin llegar o no es satisfactoria, el bloqueo seguirá exactamente en el mismo punto en que estaba en junio, en abril o en diciembre.

La entrevista es la cuarta que los presidentes de ambos partidos mantienen desde el 26-J. Si va bien, irá seguida de la designación de equipos negociadores para articular un acuerdo exprés que permita a Rajoy pedir la confianza del Congreso a finales de agosto o principios de septiembre. Ese es su plan, para hacerlo antes de la campaña de las elecciones vascas y gallegas, para poder presentar a tiempo los Presupuestos y para cumplir con los compromisos comunitarios.

Rajoy no puede prolongar mucho más el limbo en que está España, so pena de comprometer a las instituciones

El PP ha jugado con los tiempos para que la presión siga haciendo sus efectos sobre el resto de partidos, a los que necesita para lograr la reelección, y para que no parezca que es C’s quien lleva la iniciativa en los contactos. Todos los portavoces y pesos pesados de Génova explicaron los días previos que las condiciones no eran inasumibles, sino solo matizables en algún caso, principalmente por cuestiones técnicas o jurídicas. También Rajoy celebró la “buena noticia” del paso dado por Rivera y pidió al PSOE que hiciera lo mismo, cambiando el ‘no’ por la negociación sin complejos.

Y en eso sigue, aunque al tiempo mantenga conversaciones con Ciudadanos y Coalición Canaria para granjearse 170 escaños a favor. No servirían de nada sin al menos once abstenciones de la bancada socialista, y Rajoy y los suyos ya han mostrado sus abiertas reticencias a ir a una investidura con visos de resultar fallida.

La decisión de acudir la tiene que tomar el presidente en funciones cuanto antes. No solo porque es condición sine qua non de Rivera para seguir hablando, sino porque el limbo en que España está sumida desde que el Rey realizó su mandato no puede durar mucho más sin comprometer seriamente a los protagonistas, muy en especial a la Presidencia del Congreso. Pedro Sánchez considera que son maniobras que mantienen “cautiva” a la democracia y prepara una iniciativa parlamentaria a presentar mañana viernes con el mayor apoyo posible de la Cámara para instar a Ana Pastor a que fije una fecha.

Esa es la principal incógnita a resolver, porque establecerá de modo definitivo los plazos a PP y C’s, hará que todas las miradas vayan de nuevo hacia el PSOE si por el medio hay pacto Rajoy-Rivera y fijará en el horizonte el fantasma de las terceras elecciones. La firmeza con que Sánchez defendió su ‘no’ al candidato popular en la jornada del miércoles hace que sea impensable un viraje del socialismo con este secretario general al frente, como también lo es la construcción de una alternativa o el paso atrás de Rajoy. El bloqueo podría materializarse en investidura fallida el 30-31 de agosto, lo que llevaría esos hipotéticos nuevos comicios al día de Navidad. Antes ya difícilmente puede ser y si el proceso se retrasa una o dos semanas la cita con las urnas llegaría en Año Nuevo o a los dos días de Reyes.

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