El exdiputado Sosa Wagner ha avisado a la portavoz nacional de UPyD, Rosa Díez, de que «puede seguir intentando mangonear la organización, pero la organización se le deshace en los territorios».

Además, ha saludado a quienes antes le criticaban cuando él exponía que a lo mejor era bueno algún tipo de aproximación con Ciudadanos, y le armaron «un aquelarre tremendo», y ahora se pasan a su terreno.

«Rosa Díez ordenó a la diputada Irene Lozano que me insultase», ha rememorado, acusando a Díaz de haber organizado un «Consejo Político de seis horas» en el que le «estuvieron insultando». A su juicio, algunos de los que entonces «aplaudían a rabiar», ahora «parecen entusiasmados con la idea de colaborar» con el partido que lidera Albert Rivera.

En una entrevista en la Cope recogida por Europa Press, Wagner ha dicho que vio la rueda de prensa de Díez «un poco patética». De hecho, ha comparado la actitud de la líder de UPyD con la de un conde que vive en su castillo y en los alrededores están sus súbditos que se dan cuenta que se ha vuelto «mochales» y le van abandonando pero éste sigue dando órdenes y «al final se convierte en un poseso».

Irene Lozano. La diputada de UPyD Irene Lozano, que anoche dimitió de la dirección del partido, declaró ayer mates que Rosa Díez, debería renunciar a su puesto para asumir responsabilidades por el fracaso en las elecciones andaluzas y para permitir la renovación de UPyD. En una línea parecida, el actor y todavía candidato de la formación a la Presidencia de la Generalitat, Toni Cantó, ha calificado de «decepcionante» el discurso de Rosa Díez y ha propuesto el acercamiento a Ciudadanos.

En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, Lozano detalló que el lunes ella había planteado que debía dimitir toda la dirección de UPyD por llevar al partido a «no obtener representación alguna» en el Parlamento andaluz. «Hemos reconocido el fracaso pero la consecuencia obvia es que alguien tenía que dimitir», dijo.

De hecho, afirmó que le había sorprendido la reacción de Díez dejando claro que no dimitiría y avisó de que, como ella, los miembros de UPyD se sumaron al proyecto porque una de las cosas que no le gustaban de la política son las «reacciones de política vieja» como la gente que «se aferra al sillón» y los partidos que dejan de ser «un instrumento para los ciudadanos» y se convierten «en un fin en sí mismos».

Lozano dejó el lunes su puesto en la dirección de UPyD pero dejó claro que no se planteaba dejar del partido, porque comparte sus fines. Sin embargo, sí confía en que Díez reflexione y «se dé cuenta de que lo primero son los fines y no las personas».

En medio de tantas desafecciones contra la «lideresa», la eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundúa ha rechazado la «caza de brujas» contra Rosa Díez y ha defendido la importancia de mantener «la estabilidad» de los equipos en un año electoral que se antoja «complicado» para la formación magenta. En un tono más contundente, el ‘número dos’ del partido, Carlos Martínez Gorriarán, calificó martes de «irresponsables» a quienes «abandonan el barco» cuando las cosas van mal y les acusó de haberse implicado en política pensando en su carrera personal «y nada más».

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