La alcaldesa de Madrid limitará su sueldo y el de sus concejales y promete esforzarse para «seducir» también a quienes no votaron por su candidatura. «Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila, que nos tuteen», proclama.

La era Carmena ha comenzado. Apenas dos horas después de ser investida alcaldesa de Madrid, la exjueza Manuela Carmena ha presidido su primera Junta de Gobierno y ha comenzado a tomar decisiones simbólicas. Tal y como ha explicado después de la reunión con su equipo, prescindirá «en general» de los asesores muncipales, cumpliendo así con lo que establece el código ético firmado por ella y los otros 19 concejales de Ahora Madrid.

Carmena ha explicado que esa labor de asesoría la desempeñarán los funcionarios -«buscaremos entre ellos los que se puedan convertir en los mejores expertos»- salvo en el caso de «necargo concretos» que sí se externalizarán. Además, la alcaldesa ha expresado su voluntad de bajarse el sueldo -Ana Botella cobraba 100.000 euros anuales-, así como a sus concejales, si bien aún tienen que ver la manera en que ejecutan dicha determinación. No se tocará de momento el salario de los miembros de la oposición, que están «en todo su derecho de recibir las retribuciones establecidas por el Pleno». «Más adelante, ya veremos», ha rematado.

Se declara «emocionada» por el cariño recibido y promete «seducir» también a quienes no votaron por ella

Otra medida que tomará de manera inmediata afecta a su despacho, que considera «excesivamente grande». Por ello, lo reorganizará «para sacarle más partido», además de abrirlo a la ciudadanía madrileña, pues se ha mostrado dispuesta a «recibir a todo el mundo que lo solicite». Igualmente, continuará utilizando el transporte público para sus desplazamientos.

La alcaldesa se ha reconocido «emocionada» por el apoyo recibido en la mañana de hoy, con cientos de vecinos dándose cita en Cibeles para celebrar su logro. «Lo que hace tantísima gente es constatar la gran ilusión de Madrid por el cambio», ha dicho.

Estas palabras y gestos han sido la continuación del no-discurso de investidura que ha dado ante el Pleno del Ayuntamiento. Tal y como ella mismo había advertido, no ha desgranado una hoja de ruta programática sino que se ha limitado a hacer una declaración de intenciones sobre las líneas maestras que van a marcar la gestión de Ahora Madrid.

«Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila, que nos tuteen y siempre en la línea que ellos nos digan», ha aseverado, una actitud que contrapone a lo que viene siendo el consistorio en los últimos tiempos, donde hay «demasiados discursos y pocas palabras». Como ya hiciera en la intervención con que celebró el resultado electoral el 24-M, Carmena ha lanzado un guiño a quienes no le votaron y ha dico que tratará de «seducir con propuestas» a todos ellos, desde la «equidad e igualdad, honestidad pública, estructuras de participación real y captación de inversión nueva y renovada».

 

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