El mercado turístico parece grande. Se trata de un sector donde hay margen para la innovación y la entrada de nuevos actores. De ahí que algunos de los principales (nuevos) protagonistas, como Booking.com o Airbnb no se sientan amenazados el uno por el otro. ¿Pero cuánto durará esa tranquilidad?

En apariencia, son negocios distintos. Buscan un público, también en apariencia, diferente. Pero eso quizá sea sobre el papel. De ahí que, sobre todo Booking.com, tenga tanta prisa por aclarar que no son lo mismo y que no tienen miedo.

En concreto, el portal de reservas manifiesta que no está inquieto ante la entrada en el mercado de la plataforma de alquiler de alojamientos particulares Airbnb porque, sostiene, al final son empresas «muy diferentes» que trabajan de forma diferente. «Airbnb es una gran compañía pero es muy diferente», ha asegurado esta semana en Lisboa la consejera delegada de Booking.com, Gillian Tans.

Tans protagonizó la charla ‘Ganar la guerra de las reservas’, una de las más concurridas en la ‘Web Summit’, el prestigioso congreso tecnológico que reúne a más de 50.000 personas en la capital lusa. Preguntada por la irrupción de Airbnb, la ejecutiva comentó que entre ambas compañías «hay muchas diferencias en la forma en que nos acercamos al producto», y también en la experiencia para el usuario, ya que Booking.com ofrece además reservas en hoteles y hostales.

Tans recordó asimismo el importante volumen de su compañía, que tiene actualmente 24 millones de habitaciones disponibles en todo tipo de alojamientos y genera un millón de transacciones al día; a nivel general, es la tercera mayor por detrás de Amazon y Alibaba, subrayó. Para mantener esa posición, preparan innovaciones que les permitan responder ante los viajes «más espontáneos» que se realizan ahora, principalmente entre los llamados milennials, así como ajustarse a necesidades más específicas de los viajeros.

¿Son tan diferentes?

Sí. Por el momento Airbnb se dedica solo a conectar inquilinos con usuarios para alquilar la casa. Pero dentro de su línea estratégica de crecimiento, según ha manifestado su CEO, hay dos puntos que deberían hacer replantearse las cosas a Booking.com. La cual, por cierto, sí reserva alquiler vacional como hace Airbnb.

En cuanto a ese futuro, la compañía dirigida por Brian Chesky quiere empezar a apostar por «otro tipo de alojamiento». En principio, siempre de alquiler, pero estiman que algunos usuarios quieren tener mejores experiencias y comodidad y, por eso, buscan ofertar algo más cercano al hotel tradicional. Es decir, que alguien podría ir a buscar en Airbnb lo que ahora hace en Booking.com.

Por otro lado, la compañía de alquiler quiere generar una «experiencia de viaje» distinta para sus usuarios. Para ello, ya está comprando startups especializadas. Con esto, también choca de frente con Booking.com que mira con buenos ojos entrar en los negocios de reservas de restaurantes, por ejemplo. Al final, se trata de ofrecer una experiencia integral al viajero.

Bajo estas perspectivas, y teniendo en cuenta que Airbnb también está haciendo una ingente base de datos de clientes con información privada, no es de extrañar que en muy poco tiempo choquen en varias líneas de negocio. Sobre todo si los lobbies hoteleros siguen peleando contra ellos y éstos tienen que entrar en segmentos que causen menos conflictos legales.

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