Uno de los vecinos de Arganzuela-Madrid Río durante la protesta contra la tala por las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro

Ayer, la vecindad del madrileño distrito de Arganzuela se levantó con la imagen más temida: maquinaria y operarios iniciando la tala de los árboles en el parque de Madrid Río. Ante la inminente desaparición de más de 160 ejemplares del parque, decenas de vecinos y vecinas comenzaron a manifestarse espontáneamente en el Paseo de Yeserías, a la altura del número 51, por donde entran y salen los camiones y la maquinaria pesada, con el fin de mostrar su rechazo.

El movimiento vecinal lleva 10 meses de movilizaciones para protestar contra las talas masivas de árboles y la destrucción desproporcionada de zonas verdes por las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro, un proyecto que ejecuta la Comunidad de Madrid. Denuncian que el Gobierno de Ayuso ha decidido ir, «una vez más, a hechos consumados sin atender a razones».

El portavoz de Ecologistas en Acción, Jesús Martín, explica a Diario16 que «ya hace meses se descubrió que el proyecto había sido modificado sustancialmente con respecto al proyecto que se había informado públicamente. Había muchas modificaciones y todas ellas iban encaminadas a afecciones a zonas verdes y tala de arbolado que no se contemplaba en el proyecto original. Respecto a eso, empezaron las movilizaciones ciudadanas y las acciones jurídicas. Desde Ecologistas en Acción presentamos un recurso contencioso administrativo que sigue en marcha con respecto a ese proyecto. La oposición vecinal y los movimientos jurídicos que hicimos, llevaron a la Comunidad de Madrid a reconsiderar el seguir con las obras».  

Desde entonces, dice que han pedido «por activa y por pasiva» que hubiese canales de comunicación abiertos para proceder a las modificaciones, «siempre con las líneas rojas de demandar que se recuperasen los aspectos del proyecto original que impedían esta afección al arbolado, como puede ser que la estación de Madrid Río no se ubicase en el parque de Arganzuela -originalmente estaba planteada en la vía pública, en el Paseo de Yeserías- o que las instalaciones de la tuneladora, y esto es muy grave, no se colocasen en el Parque de Comillas, que se incluyó en el proyecto para tener una estación».

Vecinos y ecologistas despliegan varias pancartas en la zona donde se está procediendo a la tala de árboles.

Martín denuncia que la Comunidad de Madrid aprovechó la modificación «sin aviso alguno, sin comunicarlo con nadie para colocar las instalaciones que no estaban previstas en ese lugar dentro del parque. Entonces lo que prevén es arrasar completamente el parque para llenarlo de las instalaciones de obra que afectan a toda la Línea 11 de Metro. Esto conlleva, además, afecciones terribles a la gente que vive allí, puesto que va a ser una zona cero de las obras, con muchísima contaminación acústica, por no decir que implica arrasar completamente un parque sólo para evitar afecciones por parte de las instalaciones a zonas que no sean naturalizadas».

Asimismo, recuerda que «la Comunidad de Madrid, también sin comunicarlo, en verano, sacó un modificado del proyecto en el cual se reducían sustancialmente las talas, pero no se contemplaban los cambios que estábamos demandando. Se hacían cambios pequeños, lo cual demostraba además que el proyecto constructivo era bastante deficiente, puesto que con simples reconsideraciones de los métodos de construcción se han salvado bastantes árboles, pero no se contempla ninguna modificación del proyecto que retorne a las condiciones originales».  

Estudian pedir la paralización de las obras al TSJM

Jesús Martín considera que «este movimiento lo ha hecho la Comunidad de Madrid con bastante complicidad del Ayuntamiento de Madrid para acelerar y, por la vía rápida, aprobar un proyecto nuevo que sufre modificaciones, pero que no atiende a las alegaciones que se presentaron por parte no sólo de Ecologistas en Acción, sino de múltiples organizaciones y asociaciones vecinales».  

Ecologistas en Acción, afirma Martín, «defiende que el proyecto sigue siendo ilegal. Hay todavía en marcha un contencioso administrativo que tenemos presentado, sobre el que no se ha emitido sentencia y que en el caso de que la sentencia demuestre que, efectivamente, el proyecto es ilegal, se hará posteriormente a la tala de árboles, con lo cual el daño ya se habrá causado.

Desde su organización estudian presentar una petición al Tribunal Superior de Justicia de Madrid para que se proceda a la paralización de las obras «de forma inmediata», al entender que «no tiene ningún sentido continuar con las obras cuando aún no se ha emitido sentencia. Y más, si se procede a la tala como se está haciendo –encima se está haciendo de manera rápida y coordinada en los dos puntos fuertes, que son Comillas y Arganzuela-, han empezado esta mañana y están yendo deprisa», comenta Martín. 

«El Ayuntamiento de Madrid ha dado los permisos»

La oposición vecinal se ha movilizado para impedir que esto ocurra porque, además, el propio informe ambiental emitido por la Comunidad de Madrid con respecto al proyecto modificado indica «que se deben acometer acciones de mejora para impedir la tala en lo máximo posible», apostilla. 

Originalmente eran 1.027 árboles. Con el modificado del proyecto constructivo son 676. En cambio, desconocen «la afección final que se está llevando a cabo porque nos llegan noticias de que sí que se ha intentado cambiar el proyecto para reducir en algún arbolado más, pero como siempre, sin comunicación previa y sin transparencia. Desconocemos la cantidad de árboles que van a talar, pero del orden de los 600, en varios distritos de Madrid. Esto no afecta sólo a Arganzuela y a Carabanchel. También afecta a El Retiro y muchos barrios de Madrid que se ven afectados por estas obras».

Respecto a los permisos para llevar a cabo la tala, «el Ayuntamiento tiene que dar permisos, y los ha dado. Los permisos de tala han sido concedidos». No sólo eso. Según Martín, demuestra que «está completamente en complicidad con la Comunidad de Madrid, puesto que algunos de los otros requisitos, que llevamos denunciando desde el origen, había otras ilegalidades del proyecto, como la inclusión de zonas de uso, según el Plan General de Madrid destinadas a transporte, como es este caso, no se pueden ubicar en zonas verdes. El plan lo impide, sin embargo lo han hecho, y no pidieron ningún permiso». 

Dos activistas durante la acción.

Declarada Obra de Interés Público General «por la vía rápida»

A raíz de las protestas y de intentar llevarlo por la vía jurídica, «el ayuntamiento se vio obligado a emitir un informe en el que reconocía que efectivamente eso era ilegal. Pero inmediatamente lo que ha hecho la Comunidad de Madrid, entendemos que en complicidad con el ayuntamiento, es ampararse en un artículo de la ley del suelo de la Comunidad de Madrid para declarar la obra de Interés Público General y desplazar los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento para modificar el Plan General, para permitir estos usos, posteriormente a las talas, lo cual es absurdo porque se hará el trámite del plan especial para garantizar todo esto cuando las tablas ya han sido acometidas».  

Otra de las cuestiones que denuncia el portavoz de Ecologistas en Acción es «que lo no se podía hacer era destrozar parques como el Parque de El retiro, Carabanchel, el de Comillas o Madrid Río, que son zonas con cierto nivel de protección, también por el Plan General, requerían un informe del organismo de Protección Patrimonial. Lo que ha hecho también el Ayuntamiento de Madrid inmediatamente ha sido expulsar a todos los grupos municipales contrarios a su administración de ese organismo para poder emitir ese informe favorable de manera unilateral. Son todo indicaciones y todo eso se ha cometido en las últimas semanas por la vía rápida. Nos íbamos sorprendiendo con cada noticia que nos llegaba porque todo indicaba que efectivamente no iban a atender a razones, iban a proceder con las talas de forma inmediata». 

Martín comenta que tienen «los permisos originales que se dieron en su momento, con respecto al proyecto anterior y podemos argumentar efectivamente que son permisos que se dieron de manera ilegal porque se ha demostrado y el Ayuntamiento ha reconocido que el proyecto constructivo tenía ilegalidades que no eran resueltas y, sin embargo, el Ayuntamiento permitió esas talas. Otra cosa es con los permisos actuales, que se han debido emitir en los últimos días. Yo creo que era el documento final que estaban esperando a tener en sus manos para poder proceder a las talas con el disfraz de que todo se está haciendo de acuerdo a la legalidad». 

La FRAVM: «Esto lo que demuestra es chulería, analfabetismo, que te importa un pepino la naturaleza»

Por su parte, Vicente Pérez Quintana, responsable de Urbanismo y Vivienda de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) ha manifestado que le parece «una verdadera salvajada que se tale esta cantidad de árboles cuando el proyecto permite otras soluciones mucho menos lesivas para el arbolado, cuando hay alternativas. No entiendo, no entiendo lo que están haciendo por no cortar el tráfico, cuando perfectamente, Madrid río, si la estación en vez de ir en el parque va en el Paseo de Yeserías, se cortarían menos árboles, se cortarían algunos, pero se disminuiría el número. En Comillas se habría reducido muchísimo los árboles que hay que cortar, si en vez de meter la tuneladora por ahí, la metieran por otro sitio, como estaba en el primer proyecto que hizo la Comunidad de Madrid, que no entraba por ahí, que entraba por Conde de Casal. En el caso del Paseo de la Infanta Isabel, que todavía no han cortado, pero que tienen previsto llevarse por delante el parque de Jimena Quirós, perfectamente se podría evitar eso si la estación la desplazan hacia el paseo y no al parque. Esta Línea 11 a mí me parece que es una mejora para la red de Metro de Madrid, pero se podría hacer de otra forma con muchísimo menos. Con muchísima menos afección al arbolado». 

Pérez explica que llevan 6 meses movilizándose, «haciendo manifestaciones, yendo al Parlamento Europeo, yendo al Banco Europeo de Inversiones, yendo a los tribunales…» y no pierde la esperanza. «Pues seguiremos en esa línea de evidenciar que la Comunidad de Madrid no ha querido las alternativas, porque algunas de esas alternativas le suponían ciertos cortes de tráfico en algunas calles, y han preferido no hacer eso». 

Para el portavoz de la FRAVM, «todo esto connota que la naturaleza les importa un pito. Que el hormigón, la obra dura, está por encima de todo. Cargarse hoy árboles, por ejemplo, en el caso de El Retiro, cedros que tienen 100 años, cuando hay alternativa, hombre… esto lo que demuestra es chulería, analfabetismo, que te importa un pepino la naturaleza, que no entiendes que los árboles son necesarios porque absorben carbono, porque emiten oxígeno, etc, etc…» 

En plena COP28

La protesta vecinal por la tala, que se ha producido coincidiendo con la celebración de la COP28 (la Cumbre del Clima que tiene lugar en Dubái hasta hoy 12 de diciembre), se ha sumado Rebelión o Extinción, movimiento que denuncia la inacción de los gobiernos para tomar medidas contra la emergencia climática y que ve la desaparición de árboles en el contexto urbano como «una consecuencia más de la misma. Ante la negligencia de líderes y gobernantes, los activistas han unido su protesta a la del movimiento vecinal para mostrar la importancia de seguir presionando desde las calles por un cambio real y por toda la vida en el planeta».

El «negacionismo climático» de la Comunidad de Madrid

Los colectivos vecinales y ecologistas condenan «el negacionismo climático de la Comunidad de Madrid, que, sin esperar siquiera el fin de la COP28, da la espalda a las voces de los científicos que nos alertan de la situación de emergencia climática y calentamiento global que afecta gravemente ciudades del sur de Europa, como Madrid». Y recuerdan que «renaturalizar las ciudades pasa obligatoriamente por preservar las zonas verdes, los suelos naturales y el arbolado maduro que ya existe».– Publicidad –

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