Ayuso riega con miles de euros su batalla contra el consumo de porros en Madrid

70.000 euros para frenar el avance del cannabis entre jóvenes madrileños

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en Leganés
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en Leganés

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha decidido emprender una cruzada contra el consumo de cannabis entre los jóvenes, canalizando 70.000 euros de fondos públicos hacia la contratación de una empresa privada especializada en impartir talleres de prevención.

Esta decisión, que destaca por su singular enfoque y por la cantidad desembolsada, plantea una serie de preguntas sobre su eficacia, la percepción del cannabis en la sociedad actual y las prioridades en la agenda política regional. Pero para educación sexual y prevención de enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes no vemos que se inviertan tantos fondos públicos.

Ayuso contra los porros

El cannabis, una droga ilegal en España, se sitúa como la tercera sustancia psicoactiva más consumida en el país, solo superada por el alcohol y el tabaco. A pesar de ser menos consumida en comparación, su presencia es significativamente alta entre los jóvenes, con un 26,9% de estudiantes de entre 15 y 18 años admitiendo haberla probado. Estos datos ponen de manifiesto la creciente normalización del consumo de cannabis, especialmente entre las nuevas generaciones, lo que ha encendido las alarmas de las autoridades.

La administración de Ayuso ha lanzado una campaña que busca contrarrestar esta tendencia, destinando recursos a la educación y la prevención directa entre los jóvenes de segundo y tercero de la ESO en institutos públicos y concertados. La iniciativa comprende la realización de 700 talleres, con dos sesiones de 50 minutos cada uno, que se llevarán a cabo entre septiembre y diciembre de 2024. Estos talleres están diseñados para concienciar sobre los riesgos del consumo de cannabis, en un intento de frenar su normalización.

La decisión de Ayuso de externalizar esta tarea a una empresa privada ha levantado ciertas quejas, especialmente considerando que justifica esta acción por la falta de personal cualificado dentro de la Dirección General de Juventud. La Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales está dispuesta a pagar 72.400 euros para que una empresa privada gestione esta iniciativa, que según fuentes de la consejería se empezará a impartir “después del verano”, entre septiembre y diciembre de 2024.

Aunque la contratación de entidades especializadas no es una práctica inusual en la gestión de programas públicos, en este caso particular ha generado debate sobre la eficiencia y el enfoque de las políticas de prevención de drogas.

Preocupación por el consumo de drogas

La medida, si bien pone de relieve la preocupación por la salud pública y el bienestar de los jóvenes, también abre el diálogo sobre las mejores estrategias para abordar el consumo de drogas en la sociedad. La efectividad de los talleres de prevención, que se enfocan en el mensaje de los peligros del consumo sin abordar la complejidad del problema ni las causas subyacentes que llevan a los jóvenes a consumir, ha sido cuestionada por expertos en la materia.

Además, la iniciativa de Ayuso se inscribe en un contexto más amplio de políticas sobre drogas y salud pública, donde el equilibrio entre prevención, educación y represión sigue siendo un tema de intenso debate. Mientras algunos sectores aplauden la inversión en prevención, otros abogan por un enfoque más integral que incluya la educación para un consumo responsable, el tratamiento de las adicciones y una revisión de las políticas de drogas hacia modelos más progresistas y menos punitivos.

¿Una medida efectiva?

La inversión de más de 70.000 euros en la lucha contra el consumo de cannabis entre los jóvenes madrileños refleja no solo la posición de Ayuso y su administración frente a este fenómeno, sino también las tensiones y desafíos inherentes a la formulación de políticas públicas efectivas en un área tan compleja y polémica como es el consumo de drogas. A medida que la iniciativa se desarrolle, será crucial observar sus resultados y el impacto real en la reducción del consumo de cannabis entre los jóvenes, así como la evolución del debate público sobre las mejores estrategias para enfrentar este desafío de salud pública.

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