El fútbol se ha declarado en huelga para la penúltima jornada de una de las ligas más disputadas de los últimos años. La razón central es el decreto de reparto de derechos televisivos pero en la foto se colaron algunos de los futbolistas mejor pagados de este país, a algunos de los cuales inspecciona Hacienda. El órdago miraba al Gobierno desde esa foto. Te estoy retando, decían en silencio, y lo sabes.

Benito, alias Gadget, era la estrella del Retranca C.F. Un búnker de manos y piernas en la portería, un pulpo elástico, capaz de llegar con el pie cambiado a la esquina por la que pretendiese colarse el esférico. Benito era el talismán de las cuentas del Retranca, que desde que lo fichó, lucía en sus camisetas el logotipo de Recambios Torres, del hotel Pineda y, sobre todo, de la mancomunidad financiera del aceite de girasol. Entre su actividad bajo los palos y su faceta de hombre anuncio, Benito se sacaba un pico, mucho más de lo que ganaba su primo Esteban, que nunca se creyó que alguien cercano a él pudiese llegar a vivir del fútbol. Esteban no se perdía un partido del Retranca pero ni se había hecho socio ni le había pedido jamás una entrada a su primo, ni siquiera cuando le bajaron el sueldo. Ni cuando le subieron el IRPF y el IBI. Ni cuando le subieron el IVA de las entradas, dos veces. El orgullo de los oriundos de Utarquilla lo conoce todo el mundo.

El caso es que aquel año, en un partido en casa del Olavide Balompié, un jugador del equipo rival le dijo a Benito, básicamente, que estaba haciendo el tonto. Una ley (en concreto se refería a una ley de 1996, pero esto no se lo dijo porque no lo sabía) permitía a los jugadores de fútbol pagar menos impuestos. ¿Una ley para jugadores de fútbol?, flipó Benito. Y se prometió enterarse bien de aquello. En el partido de vuelta, Gadget informó al delantero del Olavide de que ya tenía una sociedad propia para facturar a través de ella sus derechos de imagen y pagar menos impuestos. Además iba a deducirse allí sus gastos personales, como le había explicado su asesor cuando le pidió todas las facturas de compras que tuviera. «Has cogido a uno de los buenos», le dijo el del Olavide. Benito sonrió orgulloso.

Ahora se acordaba de aquel momento mientras leía la notificación de Hacienda. Le estaban inspeccionando. A él. Al orgullo del Retranca. 

Y el fútbol se puso en huelga

La Real Federación Española de Fútbol ha convocado una huelga para la penúltima jornada de la Liga más disputada de los últimos tiempos. La ha secundado la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). El motivo de que sea ahora es el Real Decreto que centraliza el reparto de los derechos televisivos. Pero en las reivindicaciones de la AFE no han tardado en colarse las inspecciones de Hacienda a jugadores que gestionan sus derechos de imagen a través de una sociedad, como desveló La Ser. Y de repente, los primeros espadas del fútbol patrio se colocan en primera fila de la foto. Los capitanes del Real Madrid y el Barcelona, Iker Casillas y Xavi Hernández, se ponen codo con codo con el presidente de la AFE, Luis Rubiales, para hacer el anuncio de la huelga. El jugador del Barcelona Lionel Messi declara que está con lo que decida la AFE. ¡Qué cosas! Y de repente, se estaba hablando más de los impuestos de los derechos de imagen de los futbolistas que de si el reparto de la tarta televisiva es bueno o malo para el deporte rey.

La AFE ve que pierde la iniciativa y, después de no haber hecho ascos a la participación de los vips, difunde una nota en la que asegura que el único motivo de la huelga es el asunto de los derechos (los televisivos, no los de imagen). Pero la hemeroteca no miente. El presidente de la AFE, Luis Rubiales, ha dicho en diferentes ocasiones en los últimos meses que quiere una cita con Montoro para negociar lo que considera un cambio de criterio de Hacienda. Centrar el tiro no es fácil y los que se han hecho la foto lo saben. 

La Asociación de Inspectores de Hacienda emitió un duro comunicado pidiendo al Ministerio que dirige Cristóbal Montoro que no cediese ante semejante chantaje, que parecía pedir que el fútbol quedase al margen del control fiscal. 

¿Qué dice la norma? ¿Se ha roto algún pacto entre política y fútbol? ¿Si la política pacta con el deporte, la inspección fiscal ya no puede mirar si se está cumpliendo la ley? ¿Por qué no se defienden todos los jugadores ante los tribunales, firmando en disconformidad las actas de inspección de Hacienda como ha hecho Gerard Piqué?

Qué decía la ley a la que se acogió Benito

El Gobierno de José María Aznar modificó en 1996, a los pocos meses de llegar al poder, la Ley sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Uno de los cambios consistió en que, los profesionales (los futbolistas, por ejemplo) pudiesen gestionar una parte de lo que cobrasen de su empleador (el club), en concreto la parte de derechos de imagen, a través de una sociedad o una persona física. En caso de cederlos a una sociedad, el beneficio obtenido por esta pagaría a Hacienda en base al Impuesto de Sociedades (30%), en lugar de hacerlo por IRPF, lo que en determinados niveles de futbolistas supone entregar al Fisco en torno al 50% de sus ingresos. Además, los gastos de la sociedad, refiriéndose claro está a los que se deriven de la gestión de los derechos en sí, podían restarse de los ingresos (deducirse). 

Solo el 15% de los ingresos totales del futbolista acordados con el club podían ser por derechos de imagen y disfrutar de ese estatus fiscal privilegiado de ser gestionados por una sociedad.

¿Eso era todo? No. Si hubiera bastado esto los futbolistas podrían haber cedido todos los ingresos obtenidos del club a la sociedad y eso se parece mucho a lo que en el argot de Utarquilla se conoce como hacerse un Monedero. Para acogerse a la norma había que cumplir una condición. Solo el 15% de los ingresos totales del futbolista acordados con el club podían ser por derechos de imagen y disfrutar de ese estatus fiscal privilegiado de ser gestionados por una sociedad. El resto (85%) debían pagar impuestos por IRPF como rentas del trabajo.

Esta ley sigue en vigor pero Hacienda debió ver que aquello no estaba lo bastante definido. Que la sociedad de Benito le cobraba a Benito por gestionarle los derechos de imagen tanto como valían esos derechos, lo que a la postre equivalía a que Benito teóricamente no recibiese nada de esos derechos y no pagase IRPF por ellos. Si además Benito cargaba a la sociedad los gastos del cumpleaños de los niños, los jarrones que compró en el viaje a Shanghai y el último coche, la sociedad tampoco tenía mucha ganancia, lo que llevaba a pagar también poco Impuesto de Sociedades o muchos menos de lo debido. En 2006 se hizo un cambio (en concreto se modificó el artículo 16 del Impuesto de Sociedades). Desde ese momento, el acuerdo entre el futbolista y la sociedad (operación vinculada) no podía hacerse a cualquier precio sino que debía basarse en precios de mercado como si se hubiera contratado a una empresa totalmente ajena al futbolista y su entorno. Además, debían presentar documentación que acreditase cómo habían llegado a determinar el precio correcto por los servicios prestados.   

Todo parecía claro en la norma. Nadie protestó. Ningún futbolista de alto copete se plantó en las primeras filas de las ruedas de prensa de la Asociación de Futbolistas para adosar su reivindicación a la que tuviese el colectivo (el de los futbolistas ricos y los no tanto) en aquel momento. 

Las irregularidades que mira Hacienda

Y en esto que llega la crisis. La sociedad y la economía se dan la vuelta y junto con el derrumbe del ladrillo acaban por menguar también las inspecciones de Hacienda dirigidas al sector inmobiliario. Los limitados recursos de la Agencia Tributaria, aún más limitados puesto que durante la crisis solo se ha sustituido a uno de cada diez trabajadores que se jubilaban, cambian el foco. En los últimos ejercicios, los planes de control tributario se fijan con especial interés en los profesionales. Investigan varios ejercicios, aquellos en los que el delito no ha prescrito, sobre todo donde se pueda lograr mayor volumen de recaudación, y mirando con especial interés las relaciones entre los citados profesionales y las sociedades con las que tienen relación, las operaciones vinculadas. Y al investigar a los futbolistas se encuentran unas cuantas cosas.

Según expertos fiscalistas, lo que se encuentra Hacienda y se puede leer en las actas incluye:

.- cesiones de derechos sin contraprestación, es decir, sin que el futbolista reciba oficialmente nada por sus derechos una vez cedidos.

.- cesiones con contraprestación muy baja, que demuestran que los acuerdos no se hicieron a precio de mercado.

.- casos en los que el futbolista ejerce un control total sobre sus derechos aunque figura como gestora una sociedad y actuaciones «personalísimas», en las que todo tiene que pasar por el futbolista, demostrando que la sociedad solo es una cáscara.

.- sociedades que no solo contratan los derechos de imagen acordados con el club sino que incluyen otros contratos individuales del futbolista con las marcas, por los que debería pagar IRPF.

.- gastos personales cargados a la sociedad como si fuesen gastos de gestión.

.- y la guinda:  casos en los que se ha creado una estructura para ocultar la relación del futbolista con la sociedad, radicada en un paraíso fiscal, mediante sociedades intermedias. El caso más conocido de este tipo de estructuras es el jugador del Barcelona, Lionel Messi.

Sabe a fraude, huele a fraude y la Inspección empezó a levantar actas coincidiendo, lógicamente, con el mayor foco puesto sobre los profesionales. 

Hay gastos personales cargados a la sociedad como si fuesen gastos de gestión y estructuras para ocultar la relación del futbolista con una sociedad radicada en un paraíso fiscal.

Al comunicar sus actuaciones a los afectados empiezan a pasar cosas. El Mundo publica un articulo en octubre de 2014 titulado «Hacienda exige a Iniesta, Iker, Xavi y Ramos que paguen más por sus ingresos de imagen» que levanta ampollas en la Agencia Tributaria. En él se dice que lo que está cuestionando la Agencia Tributaria es la propia norma del 85/15. Se habla de «inspección en masa», de que se está «cuestionando la estructura salarial de los futbolistas, surgida de un pacto político llevado a la Ley del IRPF en 1996». Reconoce el artículo que lo que inspecciona Hacienda es si las sociedades no tienen actividad real y, de decir que son inspecciones en masa, pasa a concretar que «las revisiones e inspecciones se han generalizado especialmente en los vestuarios de los dos grandes, aunque otras plantillas, como la del Valencia o el Atlético de Madrid, también se han visto afectadas».

Inspeccionar o no, esa es la cuestión

Esta es la clave del conflicto fiscal surgido en torno a determinados futbolistas, algunos de los mejor pagados de este país pero también otros. La Inspección defiende su competencia a la hora de comprobar que se está cumpliendo la ley. Los inspeccionados dicen, directamente o a través de otras bocas, que si les inspeccionan y les obligan a pagar más, se está quebrando el pacto del 85/15 que, defienden en apariencia convencidos, fue un acuerdo de su mundo con la política por el que el 15% de sus ingresos entraba en una especie de cercado en el que nadie iba a mirar. La ley ya no les sirve y piden que se cambie.

«Es inaceptable que se pretendan conseguir cambios en las leyes fiscales con una medida de presión pensada para un conflicto laboral entre un empresario y sus trabajadores», comenta Francisco de la Torre, inspector de Hacienda y autor del libro ¿Hacienda somos todos? (Debate, 2014). «Las leyes fiscales nos afectan a todos», añade. «No puedes hacer una huelga para pedir un mejor trato fiscal». 

Expertos del sector privado consultados no lo ven exactamente igual. Creen que el cambio en la inspección ha despertado el conflicto, aunque reconocen que lo que se está inspeccionando es «la existencia o no de negocio económico valido en las sociedades creadas» al calor de la ley, así como que «se cumpla la normativa sobre vinculación societaria», comenta a SABEMOS Miquel Terrassa, experto en la materia y socio de PwC. «La norma es la misma que ha sido siempre, el 85/15 se creó para dar cierto margen a la industria del fútbol para que el 15% de los ingresos puedan ser derechos de imagen», comenta. «La norma había tenido un desarrollo pacífico hasta ahora, no creíamos que fuesen a meterse con las sociedades de los profesionales del fútbol. Pero si se observan los planes de inspección anuales de la Agencia Tributaria entre 2013 y 2015, se ve que los objetivos de la inspección pasan a ser los profesionales de alto nivel, futbolistas y deportistas». Lo que ha hecho la Inspección, según Terrassa, «es inspeccionar todas las sociedades». 

Que hay una intención en los futbolistas vip de sacar partido al conflicto de los derechos del fútbol para sus propios intereses, no le cabe mucha duda a Terrassa. «Me resulta muy extraño ver a determinados jugadores haciéndose la foto en la AFE», comenta. 

Benito no es de los que más cobran pero hay dos cosas que han cambiado en su vida: ha dejado de fiarse de que la política siga entendiendo que el fútbol cumple una función social (como él dice) y ya no quiere que le llamen Gadget. No quiere oír nada que le suene a un inspector. 

 

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