Ningún representante público del partido de Iglesias percibe más de 2.000 euros netos al mes. El resto de su sueldo se destina a financiar la formación y proyectos sociales elegidos por las bases.

Dos mil euros limpios al mes. Ese es el tope salarial que los cargos públicos de Podemos se autoimponen. Como todavía no tienen capacidad de rebajarse el sueldo, la medida no supone un ahorro al contribuyente, sino que consiste en donar la diferencia entre esos 2.000€ y el salario total que les corresponde por el desempeño de su labor. Cuando el partido contaba con solo cinco diputados en el Parlamento Europeo, se dejaba libertad para que cada uno eligiera el destino de las donaciones. Ahora, con 184 miembros de Podemos en las instituciones -sin contar los tres diputados catalanes con carné morado ni los concejales que se diluyeron en las plataformas municipalistas-, el partido ha implementado mecanismos que controlan el destino de esas cantidades.

¿Y a dónde van? “A proyectos sociales y a Podemos”, tal y como refleja la web de la propia formación. Concretamente, la mitad del excedente se destina a financiar la actividad ordinaria y las campañas del partido y la otra mitad a sufragar los citados proyectos sociales. En el marco de la participación y transparencia con que Podemos quiere revestir cualquier maniobra económica de este estilo, son las bases las que eligen el fin último de ese 50% que se destina a iniciativas altruistas. Todo ello está regulado por el plan Impulsa, donde cualquier ciudadano puede postularse para recibir financiación, siempre que su iniciativa no tenga ánimo de lucro y cumpla con el resto de requisitos.

El plan ‘Impulsa’ recopila las donaciones y las reparte entre proyectos sociales elegidos por las bases del partido

Las donaciones de los cargos se acumulan en una caja común y posteriormente se distribuyen entre los proyectos ganadores de una votación abierta a la militancia. La primera fase del plan Impulsa se ejecutó en mayo, con el reparto de 50.000 euros donados por los eurodiputados, mientras que la segunda edición dio a conocer los ganadores hace tan solo unos días en un acto donde participó el secretario de Política, Íñigo Errejón. En total, se repartieron premios por valor de 300.000 euros.

“Nacimos diciendo que nuestros representantes tenían que vivir como nuestros representados”, exclamó Errejón en dicho evento, celebrado en el madrileño Teatro Alfil. Podemos dividió los premios en tres categorías: Impulsa tu país -dos galardones de 50.000 euros-, Impulsa tu entorno -33 premios de 3.000 euros- y Podemos Impulsa -100.000 euros para proyectos seleccionados a nivel autonómico-. “Los Premios Impulsa son la demostración de que las cosas se pueden hacer de forma diferente (…) damos ejemplo de democracia, de participación y de decencia”, zanjó el número dos del partido desde el escenario.

Presencia en el tejido social

Yendo más al detalle, 50.000 euros fueron a parar a la Fundación NIPACE para que ejecute un plan de neurorehabilitación de niños y jóvenes con parálisis cerebral y trastornos neuromotores. El otro galardón de Impulsa tu país fue para Vozes, iniciativa que potenciará la “cohesión social, inclusión e integración de niños y jóvenes a través de la música”. 

Entre los 33 agraciados con 3.000 euros de dotación hay proyectos ecologistas –Plantamos árboles: nuevas placas solares en el vivero-, educativos –Universidad Popular de Zamora– o tecnológicos –Desarrollo de la plataforma digital ‘Participa’ para procesos de participación democrática de Zaragoza en Común y Podemos Aragón-. El plan Impulsa es también una manera efectiva de mantener presencia en el tejido social del país, de tratar que el partido sea algo más que una herramienta política, gran meta de Pablo Iglesias desde sus inicios.

Así no solamente se da visibilidad a ese gesto de no cobrar más que la media de los españoles, del que Podemos presume con frecuencia. Además de escenificar empatía con los sectores más desfavorecidos, se trabaja por consolidar el proyecto como un instrumento útil para la sociedad antes incluso de ejercer el poder. En este mensaje insistió Errejón en la entrega de los premios, así como otros cargos del partido. Los partidos emergentes tienen difícil consolidar una estructura similar a la de los tradicionales, una presencia cotidiana en la vida del ciudadano medio, y con iniciativas así tratan de neutralizar la desventaja.

“La retribución neta mensual con la que cuentan los cargos públicos y electos de Podemos en el Parlamento Europeo es de tres veces el salario mínimo interprofesional”, garantiza el partido en su web. Dicha medida fue ampliada luego a los 132 diputados autonómicos, cuatro senadores, 19 junteros vascos, y 24 representantes de cabildos canarios y consells baleares que fueron elegidos este 2015. A todos ellos afecta «la limitación salarial que se establezca con carácter general para cada nivel de responsabilidad», tal y como recoge el código ético de la formación.

También los concejales de las plataformas de confluencia cumplen con ese código, aunque no aparezcan en el registro oficial de Podemos, que contabiliza cargo a cargo el salario del resto e informa de la parte que donan, que como ha quedado dicho es la diferencia entre el triple del salario mínimo (648,20€ en 14 pagas) y el sueldo establecido para el puesto. Lo mismo ocurrirá con los diputados y senadores que sean elegidos en diciembre. Iglesias hace bandera de ello cada vez que tiene ocasión. La última vez, en la entrevista que concedió a El Español: “Yo dono dos tercios de mi sueldo; si eso hace que a alguna gente le caiga mal, pues muy bien. (…) Uno es lo que va demostrando, nosotros hemos donado 300.000 euros de nuestro sueldo para un proyecto de apoyo a los emprendedores que se llama Impulsa, eso otros no lo hacen”.

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