Con inversiones, pero también reduciendo su participación en China Unicom. Telefónica afronta su presencia en China con moderado optimismo ante las acciones que está llevando a cabo el Gobierno del gigante asiático, que pueden conducir a su país a un apagón tecnológico y digital sin precedente.

No coge por sorpresa. Pero el último movimiento del Gobierno chino puede provocar que, definitivamente, muchas compañías se replanteen su estrategia. En China, donde internet tiene bastante censura, el Gobierno prepara una reforma legal que podría aumentar aún más el control estatal sobre este canal de comunicación, y hace temer incluso un corte y aislamiento total de la red china con la del resto del mundo.

Un borrador de esta reforma ha sido publicado el pasado viernes por el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT) para recoger opiniones y sugerencias durante un mes. El proyecto de regulación estipula que todos los dominios de internet que operen en el país deben estar registrados dentro del territorio chino, lo que en teoría supondría que los alojados fuera de China dejarían de ser «legales» y podrían ser bloqueados.

Ante esta situación, Telefónica se muestra algo dubitativa en su estrategia. Y no es para menos. Hace más de un año el operador azul hizo efectiva la venta a través de su filial Telefónica Internacional de un 2,5% de China Unicom por 687 millones de euros. Esta desinversión equivale a cerca de la mitad de la participación de la compañía española en el grupo chino, que rondaba hasta ahora el 5%, tras las ventas parciales acometidas anteriormente.

El otro movimiento de Telefónica en China lo ha llevado a cabo esta semana. El incumbente español y China Unicom tienen nuevos planes para su joint venture especializada en big data, puesta en marcha recientemente. Así, ambos grupos han acordado aportar de forma conjunta un capital social de 16 millones de euros a esta compañía. En su sociedad conjunta, Telefónica tendrá una participación del 45% del capital, a través de su filial Telefónica Digital España, mientras que China Unicom tendrá el 55% restante. La joint venture basará sus proyectos en la tecnología de ‘Smart Steps’ desarrollada por la propia Telefónica. La nueva compañía tiene sede en Pekín, y entre sus objetivos está la venta de ideas de datos en el mercado chino.

Esta es la tímida perspectiva inversora de Telefónica en los últimos meses. Aunque parece justificado. Otras compañías tienen problemas en China de manera clara, y no sé sabe hasta qué punto podrá afectar al resto de empresas. Por ejemplo, algunas de las páginas web más populares del mundo, como Google, Facebook, Twitter o YouTube, sufren bloqueos y, aunque no es una práctica generalizada aún, la nueva regulación hace presumir que en un futuro cercano sí lo será.

Miedo institucional y empresarial

Ante estos temores, que han sido aireados incluso por internautas chinos en las redes sociales, responsables del MIIT han respondido este miércoles que «las webs de instituciones gubernamentales como la Casa Blanca o las Naciones Unidas aún serán accesibles desde China». Una afirmación que, lejos de tranquilizar, aumenta los temores, pues parece dar a entender que sólo las webs oficiales o gubernamentales escaparían de la nueva regulación.

Algunas voces autorizadas han querido expresar su opinión. Por ejemplo, el bloguero experto en tecnología, Long Weilian, advirtió en declaraciones al diario ‘The Paper’ de que grandes firmas chinas como Taobao (el «eBay chino») o Baidu, el buscador más usado en el país, tienen servidores fuera del país y se podrían ver igualmente afectados. Algunas de ellas se alojan fuera del país por aumentar la seguridad, ya que los dominios en China suelen ser más propensos a ataques de piratas informáticos, por lo que Long predice un mayor peligro de «hackeos» con la nueva regulación.

Los menos alarmistas

No todos son tan pesimistas, y hay quien piensa que sólo las páginas web cuyos servidores están ya alojados en China se verían afectados, lo que quizá no causaría la temida «desconexión» entre la red china y la mundial, si bien aumentaría el control de las autoridades y de la censura sobre todas las webs nacionales.

Fuentes chinas del sector tecnológico consultadas por Efe pidieron no exagerar posibles consecuencias y vaticinaron que la regulación afectará sobre todo a las firmas chinas, aunque eso sí, con miras a acrecentar aún más su vigilancia.

Sea como sea, el plan regulador es una vuelta de tuerca más en el ya muy estricto control de los contenidos de internet en China, en un momento en el que el país, según activistas de derechos humanos y en defensa de la libre expresión, vive la peor represión de libertades desde los años 90.

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