Poco a poco se van filtrando detalles del próximo buque insignia de los coreanos: el Samsung Galaxy S8. Siempre ha sido así. Cuando se acerca el ‘Mobile World Congress’ de Barcelona, empieza el reguero de rumores y suposiciones. Todo sería rutina de no ser porque Samsung se juega mucho prestigio (y dinero).

Habrá que esperar hasta el próximo 26 de febrero de 2017 para conocer el nuevo Galaxy S8. Eso, siempre que Samsung cumpla con la hoja de ruta de los últimos años donde presenta su dispositivo tope de gama en la feria de móviles de Barcelona.

Ante esta llegada inminente, muchos portales especializados en tecnología móvil ya empiezan con sus apuestas sobre lo nuevo, lo mejorable y lo prescindible. Por ejemplo, se cree que se prescindirá el conector minijack, que se usa para los auriculares, al igual que ha hecho Apple con su último iPhone. También se estima que el próximo Samsung Galaxy S8 vendrá con el puerto USB-C para la carga y conexión con otros equipos.

Rumores, rumores y rumores. Se especula con la ausencia del tradicional botón de inicio que los coreanos ponen en sus terminales, que tendrá 6 GB para explorar, más aún, las posibilidades de los videojuegos… ¿Cámara dual? ¿O ausencia de la misma? Hardware de altavoces hechos por un fabricante externo…  Cada uno, con sus fuentes, especula sobre la estructura y corazón del próximo Galaxy S8. Pero nada de eso importa.

Al margen de cualquier evolución técnica o tecnológica, el próximo dispositivo de Samsung ya viene marcado. Lo sucedido con el Galaxy Note 7 y su combustión a cuenta del sobrecalentamiento no lo pondrá fácil.

Un reto económico y social

Prensa generalista de papel y digital, radio, televisión… el Note7gate dio la vuelta al mundo. No se quedó en anécdota. Al margen del impacto económico que supondrá a Samsung, el verdadero problema fue la imagen que proyectó.

A todo eso se sumó los avisos en los aviones, la bromas al respecto, los memes en las redes sociales… Casi nadie quedó al margen de la situación.

Por eso, este Samsung Galaxy S8 es mucho más que un móvil. Cualquier innovación, por llamativa que sea, se verá relegada a un segundo plano. Lo primero que harán muchos usuarios y la prensa especializa será llevar el terminal a su máxima exigencia de uso. Se buscará hasta el último matiz para sacar a la luz cualquier defecto.

Sea como sea, Samsung se verá expuesta a un juicio sumario. Todo dará lo mismo. La cuestión será ver cómo afronta la compañía este reto. No será sencillo. Más que tecnología será comunicación.

Imagen | ‘Peru.com

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