Llevan más de diez años trabajando codo a codo en los procesos de automatización para fábricas y grandes industrias. Han conseguido que las máquinas “hablen” entre ellas, o al menos que se comuniquen. Esa ha sido la labor de Rockwell Automation y Cisco, que ahora se enfrentan al reto que representa el internet de las cosas y las empresas conectadas.

El dato es alarmante: el gasto por paradas no planificadas en fábricas industriales supone más de 20.000 millones de euros en pérdidas en todo el mundo. Y no solo eso. El 21% de fábricas, a nivel mundial, confiesa que ha sufrido pérdida de datos en materia de propiedad intelectual. Para colofón, según los datos aportados por Rockwell en un encuentro con la prensa, por ejemplo en Estados Unidos el 75% de las fábricas tiene más de 20 años.

Ante esta situación es buen momento para reconducir las necesidades tecnológicas. Para ello, Rockwell Automation y Cisco ayudan a las empresas en su transformación digital para mejorar sus procesos productivos a través de la iniciativa Empresa Conectada.

“Connected Enterprise” o “Empresa Conectada” es el nombre que se ha dado a la nueva revolución industrial, basada en el intercambio de información entre todo tipo de dispositivos y sistemas, tanto de fábrica, como del resto de la cadena de suministro”, ha explicado José Paredes, director general de Rockwell Automation Iberia.

Por su parte, Ignasi Errando, director de Internet of Everything en Cisco España, ha señalado que “la transformación digital del sector fabricación implica conectar las máquinas, los sensores y los sistemas de control a Internet, capturar y analizar los datos, garantizar la seguridad y obtener una completa visibilidad para tomar mejores decisiones en tiempo real”.

La realidad el concepto conectado

Para las personas no expertas en materia de conectividad e internet de las cosas, quizá es complicado asumir qué supone todo esto para la industria. Aunque la traducción es sencilla.

Por ejemplo, en estos momentos el 92% de la maquinaria industrial en todo el mundo no está conectada. Esto quiere decir que si en una cadena de montaje hay un fallo, el resto sigue funcionando porque no es consciente de la anomalía. Lo que busca este concepto de “empresa conectada”, entre otras cosas, es que una máquina informe al resto de la avería, y en consecuencia se pueda detener o aminorar la producción.

Otro caso. Resulta que una máquina, después de un uso intensivo necesita limpiarse. Hasta ahora los operarios debían controlar este tipo de situación. Gracias a los sensores conectados, mediante el software preciso la máquina sabrá en qué momento debe dar un aviso para que se pase a su limpieza.

Mismo caso para la producción, bien por defecto o por exceso. De ahora en adelante será la propia maquinaria la que indique si se está llegando o no a las cotas de producción deseadas. Para ello alertará sobre la intensidad que se debe llevar a cabo en la producción de la misma.

Todo eso que puede parecer a relativa ciencia ficción, simplemente es parte de este proceso que pretenden llevar a cabo Rockwell y Cisco. Hablan de más situaciones donde la industria conectada dará un giro a la producción. Si un operario tiene que reparar una máquina, de ahora en adelante será ésta misma quien guie paso a paso al trabador sin la necesidad de que haya un proveedor de por medio.

Otro de los grandes retos que afronta la “Empresa Conectada” es la realidad aumentada y la introducción de dispositivos móviles en las tareas cotidianas. Así, han hablado de casos en los cuales ya se utiliza una simple tablet para el tratamiento operativo con la máquina. Eso, con la confluencia de la realidad aumentada, provoca una simplificación del trabajo que agradecen las fábricas.

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