La fragmentación parlamentaria abre la puerta a los acuerdos de Estado en materia de pensiones, sistema electoral, mercado laboral, educación o medidas anticorrupción. El PSOE tratará de desmarcarse del PP impulsando enmiendas a su gestión, pero Unidos Podemos cree que la gran coalición marcará toda la legislatura y vaticina «un ciclo de movilizaciones» como respuesta: «La oposición somos nosotros».

Los partidos se preparan para afrontar una de las legislaturas más singulares de la democracia. El exiguo apoyo parlamentario que tendrá el Gobierno (137 diputados) otorgará a las Cortes más protagonismo que nunca, cosa que las formaciones de la oposición pretenden aprovechar para desarrollar, en la medida en que sea posible, sus respectivos idearios. El día después de la decisión del PSOE de permitir un Ejecutivo de Rajoy estuvo marcado por las advertencias en este sentido: el PP tendrá que buscar apoyo para cada iniciativa, se encontrará a menudo mayorías en contrario y puede haber llegado el momento de abordar las grandes reformas de Estado pendientes.

En este punto, las formaciones se dividen en dos bloques: las dispuestas a explorar acuerdos con los populares y las decididas a combatir al Ejecutivo con todas sus fuerzas. Ciudadanos y Coalición Canaria figuran en el primero; Unidos Podemos y los independentistas en el segundo; y PSOE y PNV es muy probable que naveguen entre dos aguas, pese a su declarada intención de oponerse enérgicamente a los planes de Rajoy.

La reforma electoral y el fin de los aforamientos políticos se abordará antes de febrero

Así, Albert Rivera espera “que el PP entienda que se acabó ningunear al Parlamento” y que el PSOE comprenda “que estar en la oposición no es decir que no a todo”. El líder de C’s ve llegar un momento crucial para su partido, una legislatura con el Congreso fragmentado y sus 32 escaños condicionando la acción de Gobierno. Según el pacto firmado con el PP, antes de febrero tendrán que ponerse en marcha medidas como la reforma electoral, la eliminación de los aforamientos políticos o la limitación de mandatos para el jefe del Ejecutivo. Igualmente, habrá de ponerse en marcha una comisión de investigación en el Congreso sobre la presunta financiación ilegal de Génova.

No son las únicas reformas en ciernes. La resolución del Comité Federal del PSOE de este domingo, además de acordar la abstención ante Rajoy, detalla las prioridades legislativas del partido, que tendrán un rápido reflejo en el Congreso. Los socialistas asumirán “el ejercicio y el liderazgo de la oposición parlamentaria” con el objetivo de “revisar las políticas antisociales del PP”. Y mencionan la reforma laboral, la LOMCE y la Ley de Seguridad Ciudadana como normas a enmendar cuanto antes, además de abogar por un nuevo pacto educativo, abrir el debate sobre la reforma de las pensiones, implementar nuevas medidas anticorrupción, impulsar un acuerdo nacional contra la violencia de género o estudiar una respuesta al reto secesionista catalán. Esto último se hará en breve: “desde el Parlamento abriremos, con carácter inmediato, un proceso de diálogo con las fuerzas políticas para afrontar los serios desafíos presentes en la vertebración territorial de España, en particular con el objeto de recuperar la normalidad institucional con Cataluña”.

El PP, abierto a negociar

Son reformas ambiciosas, que en algún caso requieren cambiar la Constitución, y que el PP no rechaza de plano. Al contrario: Rajoy se dijo este lunes dispuesto a escuchar todas estas propuestas. Desde hace meses reclama que se aproveche la atomización parlamentaria para forjar consensos en torno a materias estratégicas que requieren amplias e inmediatas actuaciones. Ya en febrero apostó por acuerdos de Estado para potenciar el empleo, reformar el sistema fiscal, cambiar la Ley Educativa y fortalecer las instituciones. El 30 de agosto, en la fallida sesión de investidura, ofreció ocho grandes pactos al PSOE: educación, energía, ciencia e investigación, empleo, pensiones, contra la violencia de género, contra el terrorismo y por la unidad de España.

Se da, pues, el caldo de cultivo para explorar esos acuerdos y también los partidos constitucionales parecen coincidir a grandes rasgos en sus prioridades, aunque partan de posiciones distintas y en algún caso contrapuestas. “El PSOE realizará desde el primer día una oposición tan firme como constructiva”, anunció el Comité Federal, dejando una puerta abierta al entendimiento con Rajoy más allá de la investidura. En Unidos Podemos dan por hecho que esa alianza se afianzará. Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, detecta “compromisos de gobernabilidad” por parte de los socialistas y vaticina que se entenderán con el PP porque necesitan “ganar tiempo” para rearmarse. “La oposición somos nosotros”, zanjó este lunes tras entrevistarse con el Rey.

Garzón acudirá a la protesta callejera contra la investidura de Rajoy y califica de «traición histórica» el viraje del PSOE

Su grupo parlamentario no contempla pactos con el PP porque “no nos necesitan” y “somos antagónicos”, como tampoco tiene grandes esperanzas puestas en que la izquierda se organice para operar desde el Congreso de forma coordinada. Cree que el PSOE ha elegido al PP, en lo que considera una “traición histórica”, y que esa decisión ya se puso de manifiesto hace unos días, cuando los socialistas rechazaron las enmiendas de Unidos Podemos a la reforma de la LOREG y de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. “Se frustraron los dos intentos”, lamentó Garzón, porque la gestora de Ferraz ha tomado el camino de la gran coalición. Y por ahí seguirá. “No puede boicotear sistemáticamente al PP, es un uso mental de la lógica”, concluyó: “Nadie inicia un golpe oligárquico para encontrarse con las terceras elecciones a la vuelta de la esquina”.

Unidos Podemos pretende colocarse en un espacio distinto al de los partidos constitucionalistas, descartando su concurso en reformas de estado y advirtiendo de que viene por delante “un nuevo ciclo de movilizaciones” en la calle. El propio Garzón tiene intención de acudir a la protesta contra la investidura de Rajoy que tendrá lugar en las inmediaciones del Congreso y seguramente esté acompañado por más diputados del grupo que preside Pablo Iglesias. Tampoco puede esperarse que ERC, PDC o EH Bildu participen de pacto nacional alguno, sin perjuicio de que la antigua Convergència se entienda puntualmente con los populares en materia económica.

Más posibilista es un PNV que este lunes subrayó su deseo de que la “actitud de voluntad de pacto” del PP llegue “a buen fin”. Su portavoz en el Senado, Jokin Bildarratz, aseguró que están dispuestos a negociar “todo lo que suponga el desarrollo de la agenda vasca y el beneficio de la ciudadanía vasca”. Al igual que Garzón, se mostró convencido de que la legislatura se prolongará más de lo que muchos creen: “Durará en tanto que el PSOE necesite tiempo para restañar sus heridas y clarificar su estrategia de cara al futuro”.

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