Los aparatos eléctricos y electrónicos desechados contienen materiales potencialmente perniciosos que contaminan el medio ambiente y ponen en mayor riesgo a las personas involucradas en el reciclado

Los dispositivos electrónicos y los equipos eléctricos definen la vida moderna: desde lavadoras y aspiradoras hasta teléfonos inteligentes y ordenadores, es difícil imaginar la vida sin ellos. Sin embargo, los residuos que generan se han convertido en un obstáculo para los esfuerzos de la UE por reducir su huella ecológica.

Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) abarcan muchos productos diferentes que se desechan cuando dejan de usarse. Desde grandes electrodomésticos, como las lavadoras y las estufas eléctricas, a equipos informáticos y de telecomunicaciones (ordenadores portátiles, impresoras), pasando por los equipos de consumo y paneles fotovoltaicos (videocámaras, lámparas fluorescentes), los pequeños electrodomésticos (aspiradoras, tostadoras) o el resto de categorías, como las herramientas eléctricas y los dispositivos médicos.

Tasa de reciclado de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en la UE

Los RAEE representan uno de los flujos de residuos de la UE de crecimiento más rápido, y se recicla menos del 40%, según los últimos datos aportados por el Parlamento Europeo.

La cantidad de aparatos eléctricos y electrónicos comercializados en la UE pasó de 7,6 millones de toneladas en 2012 a 13,5 millones de toneladas en 2021. El total de aparatos eléctricos y electrónicos recogidos pasó de 3,0 millones de toneladas en 2012 a 4,9 millones de toneladas en 2021.

Las prácticas de reciclado varían de un Estado miembro a otro: en 2021, Austria se situó a la cabeza de los países de la UE en recogida de residuos electrónicos, con una media de 15,46 kg por habitante. Ese año se recogieron 11 kg de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos por habitante de media en la UE.

¿Por qué debemos reciclar los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos?

Los aparatos eléctricos y electrónicos desechados contienen materiales potencialmente perniciosos que contaminan el medio ambiente y ponen en mayor riesgo a las personas involucradas en el reciclado. Para hacer frente a este problema, la UE ha aprobado una serie de reglas dirigidas a evitar el uso de determinadas sustancias químicas, como el plomo.

Muchos minerales raros necesarios para la tecnología moderna proceden de países que no respetan los derechos humanos. Para no apoyar involuntariamente los conflictos armados y las violaciones de los derechos humanos, los diputados al Parlamento Europeo han dado luz verde a las normas que exigen a los importadores europeos de minerales de tierras raras que comprueben los antecedentes de sus proveedores.

Plan de Acción para la Economía Circular en la UE

En marzo de 2020, la Comisión Europea presentó un nuevo Plan de Acción para la Economía Circular que establece como una de sus prioridades clave la reducción de este tipo de residuos. La propuesta expone específicamente objetivos inmediatos como el «derecho a la reparación» y la mejora de la reutilizabilidad en general, la introducción de un cargador común y el establecimiento de un sistema de recompensa para fomentar el reciclaje de productos electrónicos.

El USB tipo C se convertirá en el cargador común de la mayoría de dispositivos electrónicos en la UE a finales de 2024. De esta manera, llega una armonía que afectará también a los ordenadores portátiles, que tendrán que estar equipados con esta interfaz de conexión para el 28 de abril de 2026.

El año pasado, la Comisión presentó una nueva propuesta para fomentar la reparación de bienes. Dentro de la garantía legal, obligaría a los vendedores a arreglar los productos a menos que sea más barato sustituirlos. Más allá de la garantía, proporcionaría derechos para facilitar y abaratar las reparaciones.

La UE cuenta con normas sobre recogida, tratamiento y reciclado de aparatos eléctricos y electrónicos para atajar el problema de la creciente cantidad de residuos electrónicos.
En febrero de 2023, la Comisión presentó una propuesta de actualización de la directiva sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos para aplicar una sentencia del Tribunal de la UE sobre el alcance de las obligaciones de los productores de paneles fotovoltaicos.

El Parlamento y el Consejo alcanzaron un acuerdo provisional sobre la actualización en noviembre de 2023. Además, acordaron que, para 2026, la Comisión deberá revisar la directiva y, en caso necesario, sugerir nuevos cambios junto con una evaluación exhaustiva de su impacto en la sociedad y el medio ambiente.

Posición del Parlamento Europeo

En febrero de 2021, el Parlamento votó el Plan de Acción para la Economía Circular y demandó medidas adicionales para avanzar hacia una economía neutra en carbono, sostenible, libre de tóxicos y completamente circular en 2050. Estas deben incluir leyes más estrictas sobre reciclaje y objetivos vinculantes para 2030 de reducción de la huella ecológica por el uso y consumo de materiales.

En el ámbito de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, los eurodiputados han reclamado que la UE promueva alargar el funcionamiento del producto mediante la reutilización y la capacidad de reparación.

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