Se regodea en su condición de jarrón chino, pero él sabe que ya no lo es. No tiene un puesto orgánico dentro del PSOE, pero su capacidad de influencia es cada vez mayor. Perdió protagonismo en las etapas de Zapatero y Rubalcaba, pero ahora ve cómo se han multiplicado sus apariciones públicas en entrevistas en medios y actos del partido. Y es que Felipe González vuelve a ser el líder con más peso en el Partido Socialista, si se tiene en cuenta el número de titulares que protagoniza en la prensa. La lucha por el liderazgo, las guerras internas y el desconcierto de la militancia ante el auge de Podemos han llevado al ex presidente a la primera línea política a sus 73 años y tras casi 18 de su marcha de la arena política.

Mucho ha llovido desde aquel 22 de junio de 1997, cuando Felipe González anunció por sorpresa su renuncia a presentarse a la reelección, dando paso a Joaquín Almunia como secretario general del PSOE. Eran tiempos de la dulce derrota y del gobierno del centro-derecha de la mano de José María Aznar.

Después llegó Zapatero a la Moncloa y Felipe González pasó al ostracismo. Se hablaba más entonces de las puertas giratorias y de su sueldo de 126.500 euros brutos por ocupar un sillón en Gas Natural que de sus ideas políticas y su capacidad de influencia dentro del PSOE.

Hace algo más de un año dejó su puesto en el consejo de la gasista y, poco después, Pedro Sánchez alcanzó la secretaría general del PSOE. Fue entonces cuando el nuevo líder señaló al ex presidente del Gobierno como su referente en política. Arrinconados en el olvido de la memoria los líderes anteriores -Zapatero y Rubalcaba-, las declaraciones de Sánchez hicieron subir como la espuma las acciones de Felipe González en la bolsa socialista.

Desde hace un mes, todo el PSOE vive pendiente de lo que hace y lo que dice este viejo rockero de la política. En el partido se elogia su contundencia en los ataques contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, al tiempo que se aplaude que se haya converido en uno de los pocos que pone en su sitio al líder de Podemos, Pablo Iglesias. Ningún político del PSOE hace frente como él a esa fuerza emergente –y alternativa- de la izquierda que es Podemos. Así lo reconocen muchos de sus compañeros socialistas.

En cuestiones internas, hay expectación por saber a quién apoya: si a Pedro Sánchez o a Susana Díaz. El pasado 12 de abril, durante el pistoletazo de salida a la precampaña del PSOE para las elecciones municipales, Felipe González fue exhibido al lado del actual secretario general del partido, restando protagonismo a otros líderes como José Luis Rodríguez Zapatero. Sus declaraciones apoyando a Sánchez fueron portada en todos los periódicos al día siguiente.

Dardos envenados contra Susn Díaz

El pasado martes, la entrevista que le hizo Susana Griso en Antena 3 fue uno de los espacios más vistos en la franja matutina. Ayer volvió a ser portada de algún medio al señalar que su respaldo a Pedro Sánchez es “probable” pero no seguro. En esa entrevista no tuvo empacho en lanzar dardos envenados contra Susana Díaz, al afirmar que él nunca habría sacrificado a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán para gobernar en Andalucía.

Fuentes bien conocedoras de lo que pasa en el partido del puño y la rosa comentan a SABEMOS que el ex presidente del Gobierno está pletórico. “No se le veía tan exultante y tan comprometido con el PSOE desde hace muchos años. El protagonismo le da la vida”, señalan.

A su parecer, ya nadie se acuerda de aquella negra legislatura, entre los años 1993 y 1996, en la que se pudo ver a un Felipe González hundido por escándalos sin paragón entonces en la democracia española, como fueron la condena a su ministro del Interior y al secretario de Estado de Seguridad por la guerra sucia contra ETA, más conocido del caso GAL; la probada financiación ilegal del PSOE a traves de empresas coo Filesa, Malesa y Times Sport; la huida de Luis Roldán por enriquecimiento ilícito; y el auge de la beautiful people, con la caída del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, por tráfico de influencias, como icono de todo una época.

Esas fuentes interpretan que el auge actual de Felipe González es coyuntural, ya que se ha visto favorecido por la batalla de liderazgo en el PSOE, las guerras internas en el partido y la desorientación de la militancia socialista ante la lucha por la supremacía en la izquierda que ha planteado Podemos.

“Felipe González –recalcan las mismas fuentes- volverá a aburrirse en el consejo de administración de otra empresa, como le pasó en Gas Natural, cuando las aguas vuelvan a su cauce en el PSOE, se encuentre un líder fuerte, que puede ser Pedro Sánchez u otro/a, y el partido recupere autoestima tras el desconcierto de la etapa final de Zapatero y los fracasos de la época de Rubalcaba. Las urnas dirán si para ello debe haber una catarsis o no dentro del PSOE”.

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