Hoy en día hablamos de fintech a pesar de que hay a quien le suena raro e incluso a quien directamente no le suena. Sin embargo, las empresas dedicadas a esta actividad llevan años desarrollándose en España, donde aún queda mucho por hacer.

Empezando por los que no saben de qué estamos hablando, fintech, o lo que es lo mismo, financial technology, es algo que podemos traducir como el conjunto de soluciones que utilizan la tecnología para prestar servicios financieros. El emprendimiento internacional ha puesto su punto de mira en él debido a que es un sector que se encuentra aún por explotar, a pesar de llevar desarrollándose desde hace algún tiempo.

Los años 2002 y 2003 supusieron el punto de partida de las primeras organizaciones españolas, que protagonizaron un mayor despliegue diez años más tarde, pues fue entre 2011 y 2014 cuando se crearon un 74% de las empresas fintech nacidas durante este periodo.

Después de ver cuándo surgieron queda decir que las fintech, cuando hablamos de España, prefieren Madrid. En la capital se concentran el 57% de las compañías, seguida de Barcelona, que acoge al 17% y Valencia, que llega al 4%. Por otro lado, el 48% de estas empresas cuentan con menos de 10 empleados, el 41% tiene entre 11 y 50 empleados, y tan solo un 1% llega está por encima de los 200 trabajadores. Aunque el porcentaje más curioso es el referente a los fundadores o responsables, ya que tan solo un 5% son mujeres, mientras que el 95% de estas compañías se encuentran lideradas por hombres.

Durante la celebración del evento The App Date Fintech, Mooverang presentó el primer mapa del sector fintech español, en el que se recoge que el 50% de las empresas tienen como objetivo ofrecer servicios B2C, mientras que el 37% se dedica a los negocios entre empresas (B2B), y solo un 13% de las mismas abarca servicios para ambos mercados.

Atendiendo a los tipos de empresa nos encontramos con que las especializadas en pagos y préstamos son las que concentran la mayor actividad con un 24% y un 17% respectivamente, seguidas de las dedicadas a crowdlending y los agregadores financieros, que alcanzan un 15% y un 11% respectivamente.

Por otro lado nos encontramos con que en España los proyectos fintech dedicados al cambio de divisas no han tenido tanta acogida entre los emprendedores, con solo un 4% de empresas dedicadas a estos servicios.

A pesar de estos datos lo cierto es que en España aún queda mucho por hacer en cuestión de fintech, que encuentra en los países anglosajones su máximo exponente. El I Informe Fintech Captio & ASSET revela que solo el 34,4% de los profesionales de las finanzas de las PYME y el 30,9% de las grandes corporaciones conocen el término fintech. Aunque hay que ser optimistas, ya que al parecer esta es una tendencia en alza, sobre todo porque cada vez resulta más necesario disponer de soluciones financieras ágiles que respondan a las necesidades de las empresas.

Cinco premisas para emprender con éxito en el ámbito de las ‘fintech’

Ahora, una vez que conocemos el lugar que ocupan las empresas fintech en España y teniendo en cuenta las previsiones de crecimiento, las soluciones sin explotar y las necesidades que tienen los posibles clientes, os dejamos con cinco ideas que debemos tener en cuenta a la hora de poner en marcha un proyecto basado en el sector fintech

Conoce el entorno legislativo local. Es imprescindible conocer la regulación de cada país en el que se va a operar antes de poner en marcha un proyecto fintech. En España nos encontramos con el problema de que no existe una regulación clara en este ámbito, algo que nos hace estar en desventaja frente a países como Reino Unido. Sin embargo hay que tener en cuenta que esto no supone que no pueda haber emprendimiento en fintech, pues como hemos visto ya son varias las empresas que lo han hecho.

Encuentra tu nicho de mercado. Fintech es utilizar tecnología e innovación para ofrecer servicios financieros, por lo que el abanico de cuestiones que nos encontramos es inmenso. Aún queda mucho por explotar en este sector, por ello la creatividad del empresario es imprescindible, al igual que lo es realizar un análisis de la situación del mercado así como de los posibles competidores. El fintech se desarrolla para satisfacer una necesidad, y por ello el emprendedor debe decidir cuál es la solución que va a ofrecer al mundo financiero.

Es importante estar al corriente de las tendencias del mercado, conocer el público al que va dirigido el servicio y hacerlo de manera intuitiva, clara y cómoda.

Búsqueda de financiación. Hay que tener en cuenta que existen dos ámbitos: el privado y el público. Aquí nos encontramos que la financiación pública tiene mucha competencia pero es una buena opción, mientras que la financiación privada sobretodo viene representada por los bancos. Sin embargo, dentro de la financiación privada existen muchas más opciones, como el crowdfunding, Business Angels, créditos privados o plataformas de financiación, entre otras.

La enorme oferta con la que nos encontramos nos obliga a informarnos sobre qué tipo de inversores hay, qué ofrecen y cuál se adapta mejor a mi producto o servicio.

Prueba que tu proyecto funciona. Es importante probar el modelo de negocio antes de ponerse a buscar financiación, para así poder mostrar a los inversores un proyecto factible. Mucho mejor aún si se cuenta con una pequeña cartera de clientes que dejen constancia de que realmente hay gente interesada en utilizar tu servicio o comprar tu producto. Desde luego no existe mejor carta de presentación.

Storytelling, storytelling y más storytelling. Algo crucial para seducir a posibles inversores es presentar las ideas de forma correcta. Es muy importante comunicar bien para que las buenas propuestas no queden en un segundo plano. Y es que además debemos tener en cuenta que los inversores escuchan y analizan cientos de proyectos al año, por lo que el emprendedor debe diferenciarse del resto y captar la atención siendo claro y conciso.

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