Internet es ese lugar que poco a poco ha ido ganando popularidad en nuestras vidas, que comenzaron usando unos cuantos para acabar en manos de todos. Ahora tanto los más pequeños como los más mayores saben lo que es conectarse a la red, aunque lo que parecen no conocer tan bien son los peligros que esto puede suponer.

Todas las generaciones utilizan hoy en día Internet, lo usan a diario para trabajar, entretenerse, aprender idiomas, hablar con su hijo que viven en la otra punta de la Tierra, etc. Diferentes opciones que convencen a cualquiera de lo fantástico del invento.

Sin embargo, bajo este arcoíris de felicidad y grandes posibilidades hay que tener en cuenta que se esconden peligros, engaños que pueden desembocar en importantes problemas y que tienen en el punto de mira a las personas de mayor edad.

Mayores de 65 años: 1 de cada 4 usan Internet a diario pero desconocen cómo protegerse

Los abuelos, las personas mayores de 65 años, están cada vez más acostumbradas al uso de Internet pues, según recogen los últimos datos de la EGM, el 27,4 de los mayores se conectan a diario. El Barómetro UDP nos deja otros datos sobre el uso que hacen de Internet quienes superan los 65 años de edad: nueve de cada diez (89,2%) lo hacen para informarse, la mitad realiza gestiones bancarias (51,1%) o administrativas (47,0%) y 4 de cada 10 (39,2%) realizan compras por internet.

Son necesarias unas precauciones mínimas para que el navegar no acabe en un desastre ya que, como vemos, los mayores acceden a Internet donde realizan acciones que suponen la facilitación de datos personales y bancarios. La vulnerabilidad y el desconocimiento convierten a las personas mayores en un blanco fácil para los ciberdelincuentes, que tratan de atacar al usuario mediante falsos cupones o premios, la suplantación de la personalidad para poder obtener datos bancarios, falsos correos electrónicos o correo no deseado con objetivo malicioso, programas que vulneran la intimidad del usuario u otras acciones que tienen básicamente el mismo fin:

  • Robo de datos personales.Los datos personales son muy valiosos debido a que los ciberdelincuentes pueden sacar beneficio de ellos de diferentes formas: vender al por mayor para construir grandes bases de datos verificados que posteriormente pueden usarse para campañas de spam, suplantar la identidad para cometer fraudes bajo nuestro nombre o para dar mayor veracidad a la hora de estafar a nuestros conocidos.
  • Números premium.Lo más sencillo es que suscriban a la víctima aun servicio de SMS Premium con el que facturarán importantes cantidades de dinero en el caso de que haya introducido su número de teléfono.
  • Instalación de malware. En muchas ocasiones, para conseguir un cupón de descuento es necesario descargar un archivo o acceder a una web que irremediablemente infectaran nuestro ordenador, poniendo en riesgo nuestra seguridad.

Las personas mayores deben aprender a ser más desconfiadas en Internet, comprender que igual que ocurre en la vida real con las estafas de los supuestos revisores de gas, en la red también existen engaños que aparecen disfrazados, como es el caso de los falsos cupones de 500 euros de Zara que no hace mucho inundaban Internet.

Para evitar engaños o virus que puedan poner en peligro nuestros datos y los de las personas mayores, que son quienes más sufren estos ataques, aquí tenemos algunos consejos:

  • Las promociones, concursos y “regalos” siempre deben despertar nuestras dudas. Para asegurarnos de que no estamos ante un engaño podemos llamar a la empresa que realiza el obsequio.
  • Cuidado con los correos mal escritos, que piden información personal, ofrecen dinero, premios o proceden de bancos, instituciones públicas o marcas conocidas. No acceder a los enlaces recibidos en un correo no deseado o de dudosa procedencia.
  • No dejes tu información personal a la vista de todos, evita conectarte a redes Wifi públicas a la hora de hacer alguna transacción y asegúrate de utilizar una buena contraseña a la que solo tú tengas acceso.
  • Cuando realices compras por internet accede a la dirección bajo https, realiza el pago, mediante pasarelas seguras y asegúrate de que el sitio web es fiable, buscando siempre algún tipo de contacto, como correo electrónico, teléfono o dirección física para comprobar que no nos encontramos ante un fraude, o identificando referencias de organismos, como por ejemplo, Confianza Online.

Aunque estas pautas son importantes y pueden salvarnos de grandes problemas, hay que tener en cuenta que el sentido común, así como navegar teniendo cuidado, es en muchas ocasiones lo más adecuado para evitar sorpresas desagradables.

Menores: el 67% de las aplicaciones infantiles recopilan sus datos

Si con el tema de los mayores todos nos sentimos muy orgullosos de que generaciones que comenzaron a vivir cuando los ordenadores aún no habían llegado a las casas y los smartphones no estaban ni pensados hayan sabido adaptarse a los cambios para acabar utilizando internet y teléfonos táctiles, con los niños nos ocurre más bien lo contrario.

Imagen | pandasecurity.com

Los niños ya no nacen con un pan bajo el brazo, lo hacen con una tablet entre las manos, algo que ya aceptamos como lo más normal. Los menores llevan en sus bolsillos smartphones y saben cómo entretenerse con las apps.

Sin embargo esto, más allá de evitar preocupaciones, nos lleva a  tener que prestar atención sobre lo que ocurre mientras los niños se encuentran utilizando las webs y aplicaciones, puesto que casi la mitad de estas páginas infantiles plantean serios interrogantes sobre el tratamiento de los datos personales del menor, los datos que recogen y cómo son compartidos con terceros.

Esto es algo que preocupa y mucho, y por ello las agencias de protección de datos de 29 países y organizaciones supranacionales de todo el mundo han realizado una investigación en el marco de la Global Privacy Enforcement Network (GPEN), con el objetivo de velar por la privacidad de los ciudadanos a nivel internacional, analizando las leyes que la protegen y los aspectos en los que se puede ver comprometida.

Fueron analizadas cerca de 1.500 apps y páginas webs, de las que un 41% presentan algún aspecto preocupante según los reguladores. Un porcentaje aún mayor, el 67%, recopila datos personales de sus usuarios (nombres y direcciones de correo electrónico, sobre todo), y la mitad comparte dichos datos con terceros (por ejemplo, empresas del sector publicitario).

Algunas van más allá y ofrecen al menor la posibilidad de introducir su número de teléfono (22%) o compartir fotos o vídeos (23%). Unos datos realmente alarmantes y sobre los que parece no haber demasiada concienciación.

Y es que el 31% de estas plataformas carece de controles que limiten la recolección de datos de los menores, siendo destacable que existen organizaciones cuyas webs o apps populares entre los niños se definen en sus políticas de privacidad como no dirigidas a menores, algo que es falso.

De acuerdo con GPEN, solo el 24% de las páginas y aplicaciones analizadas promueve que los padres se involucren de algún modo en el uso que realizan sus hijos. Y lo que es más grave: el 71% pone las cosas muy difíciles al progenitor si decide eliminar la cuenta o parte de los datos personales que el menor haya introducido previamente.

No olvidemos que Apple y Google ya han tenido que pagar multas por haber permitido durante años que los niños realizasen compras en sus tiendas virtuales sin necesitar el permiso de sus padres. Ante esto cabe decir que controlar las aplicaciones que descargan los niños y las páginas que visitan es imprescindible para evitar esta sustracción de datos, así como las compras indeseadas. 

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