Informe Faros impacto del medio ambiente en la salud materno infantil.

El cambio climático está transformando la economía y fisonomía de los países y está sometiendo a la población que vive en ellos a temperaturas extremas, olas de calor y frío, desastres naturales, epidemias, falta de agua. A este fenómeno se suman otros factores ambientales que inciden negativamente en la salud de las personas como la contaminación del aire, ruido, contaminantes orgánicos persistentes, pesticidas y agentes químicos, entre otros.

El 13º «Informe FAROS. El ambiente y su impacto en la salud maternoinfantil: ¿a qué nos enfrentamos?. Un llamamiento a la reflexión y a la sensibilización» espera contribuir a visibilizar los factores de riesgo y efectos en la salud de los principales factores medioambientales. Dicho informe también propone llevar a cabo intervenciones para garantizar la calidad del aire en las escuelas, que es donde pasan más tiempo los niños, y convertir las zonas de juego en pequeños espacios naturales.

Efectos en la etapa prenatal

Los niños son más vulnerables que los adultos a los riesgos ambientales y lo son incluso antes de nacer. Los contaminantes a los que se exponen las gestantes durante el embarazo tienen consecuencias perjudiciales en la salud, metabolismo, neurodesarrollo y función respiratoria e inmunitaria del recién nacido, y no solo durante el período perinatal sino también durante la edad adulta.

Algunos estudios apuntan que algunos contaminantes ambientales pueden llegar a la placenta del embrión e incluso modificar el ADN del bebé. Es por ello que los expertos aconsejan a las parejas que desean tener descendencia que presten especial cuidado a la exposición a estas substancias –evitando la utilización en casa de productos que pueden contener substancias químicas y cuidando su dieta- incluso antes de concebir a la criatura.

Contaminación del aire

Existe una relación directa entre el diseño urbano, cómo se desplazan las personas y cómo afecta esto a la exposición ambiental. Un alto nivel de tráfico comporta también un alto nivel de contaminación del aire y los niños son especialmente vulnerables a ella porque debido a sus diferencias fisiológicas -por ejemplo, alta frecuencia respiratoria proporcionalmente- y conductuales -mucha actividad física- pueden exponerse a dosis más altas de contaminantes del aire que los adultos. 

En Barcelona casi el 50% de los casos de asma infantil se deben a la contaminación del aire, según un estudio realizado por investigadores de ISGlobal, y en el mundo el 93% de los niños respiran aire que no cumple los criterios de calidad fijados por la OMS, lo que supone 600.000 muertes infantiles prematuras todos los años.

Más casos de bronquiolitis en la UCI

Un estudio reciente liderado por investigadores del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona-Institut de Recerca Sant Joan de Déu, revela que los niños tienen mayor riesgo de ingresar en la UCI con una infección grave por rinovirus cuando están expuestos a niveles elevados de óxidos de nitrógeno (contaminantes ambientales que emiten los coches y algunas instalaciones industriales). Este virus, responsable del refriado común, normalmente cursa con un cuadro clínico leve, pero un pequeño porcentaje desarrolla una sintomatología más grave, en forma de bronquiolitis y broncoespasmos que requiere de ingreso.  

Los investigadores analizaron 150 ingresos registrados en la UCI del Hospital Sant Joan de Déu y procedentes del área metropolitana sur-Baix Llobregat durante 9 años, de 2010 a 2018, los contrastaron con diferentes indicadores medioambientales, como temperatura, niveles aéreos de pólenes, niveles de compuestos de nitrógeno o lluvia entre otros, y descubrieron que el número de pacientes ingresados en la UCI con una infección por rinovirus aumentaba tres días después que se registrara un aumento de los niveles de óxidos de nitrógeno. 

Intervenciones en las escuelas

Los autores del 13º informe Faros, consideran necesario llevar a cabo actuaciones en las ciudades para reducir estos factores ambientales negativos y, proponen intervenciones en las escuelas para garantizar la calidad del aire en los espacios en los que los niños pasan la mayor parte del tiempo, como plantar más árboles en los patios de los colegios, crear muros verdes que generen sombras, con fuentes y zonas de juegos, entre otros. El objetivo es reducir la contaminación del aire, pero también el ruido y el efecto isla de calor a la vez que favorecer la actividad física, lo que reduce la incidencia de diabetes y otras enfermedades asociadas a la obesidad. Transformar las zonas de juego en pequeños espacios naturales de biodiversidad también mejoran el sistema inmunitario de los niños en muy poco tiempo.

También animan a las familias a realizar salidas a la naturaleza. La falta de contacto con la naturaleza impulsa el sedentarismo y actúa como un factor clave en el incremento de la obesidad, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, trastornos de la conducta, comportamiento, atención, empeoramiento de las enfermedades crónicas, disminuye los niveles de vitamina, etc. El contacto con la naturaleza, en cambio, tiene muchos beneficios: mejora el sueño, el neurodesarrollo motor, reduce la ansiedad y estrés, mejora, entre otras cosas, el rendimiento escolar.

Contaminantes ambientales que inciden en el neurodesarrollo

Aproximadamente un 20% de los menores de 18 años presenta alguna alteración o dificultad asociada al neurodesarrollo. Estudios científicos destacan el papel que desempeñan los contaminantes ambientales en el aumento de la prevalencia de este tipo de trastornos. Ya que muchos metales atraviesan fácilmente la barrera placentaria produciendo una exposición directa al feto durante el embarazo y prueba de ello es que se hallan concentraciones de estos metales en la sangre del cordón umbilical al nacer. La barrera hematoencefálica, que protege al cerebro de la entrada de sustancias químico-tóxicas, no se forma completamente hasta seis meses después del nacimiento, lo que abre una ventana directa de vulnerabilidad del cerebro en desarrollo, tanto fetal como postnatal temprano. 

Problemas de salud mental

Los cambios en el medio ambiente provocados por la globalización y el cambio climático también están incidiendo en estado de ánimo y salud mental en la población en general y en los niños y adolescentes. La ecoansiedad es un temor crónico y preocupación que, sin llegar a tratarse de una enfermedad, se produce al observar el impacto del cambio climático. Los jóvenes que la presentan tienen un estado de ánimo bajo, impotencia, sentimientos de rabia e ira, pánico, culpa, etc. El informe incluye recomendaciones prácticas para que la familia pueda detectar cuando los niños y adolescentes presentan estos problemas.

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