El 5 de marzo de 2024, UNICEF y sus aliados entregaron 23 incubadoras a hospitales de Rafah, en el sur de Gaza | Foto: UNICEF/Eyad El Baba

La situación de hambre e inanición que se vive en Gaza es consecuencia de las amplias restricciones impuestas por Israel a la entrada y distribución de ayuda humanitaria. Así lo ha asegurado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, justo cuando la Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA) señala que la hambruna puede ser ya una realidad para más de 210.000 personas en el norte de la Franja.

Tras recordar que esta posible catástrofe fue anunciada por la ONU hace meses, Volker Türk explicó que el bloqueo de Gaza por parte de Israel, que dura ya 16 años, ha tenido graves consecuencias para los derechos humanos de la población civil, ha devastado la economía local y ha creado una dependencia de la ayuda.

«El alcance de las continuas restricciones de Israel a la entrada de ayuda en Gaza, junto con la forma en que sigue dirigiendo las hostilidades, puede equivaler al uso de la inanición como método de guerra, lo que constituye un crimen de guerra», ha señalado Türk.

Recién nacidos a punto de morir

Coincidiendo con sus comentarios, los trabajadores humanitarios de la ONU alertan de que aumenta el número de recién nacidos y niños al borde de la muerte debido al hambre, causada por cinco meses de intensos bombardeos israelíes y constantes denegaciones de acceso a la ayuda.

«Cada vez más, vemos niños que están al borde de la muerte que necesitan realimentación«, ha manifestado en este sentido el portavoz de la Organización Mundial de la Salud, un día después de que expertos mundiales en nutrición advirtieran de que la hambruna podría producirse «en cualquier momento» antes de mayo en el norte de la Franja de Gaza, una extensión de terrenos como dos veces la isla de Manhattan.

De hecho, el portavoz de OCHA ha aclarado que «no se trata de proyecciones en las que se diga que probablemente ocurrirá a finales de mayo, sino que lo más probable es que ocurra en un periodo que empezó hace dos días, a mediados de marzo. Así que, lo que están diciendo, claramente, es que el umbral de la hambruna puede estar dándose ya en el norte de Gaza«

¿A dónde ha ido a parar la humanidad?

Mientras los lactantes y los niños pequeños se encuentran entre los que menos pueden hacer frente al hambre crónica, la agencia sanitaria de la ONU ha afirmado que los equipos médicos del enclave asolado por la guerra han estado admitiendo a un número cada vez mayor de mujeres embarazadas con un peso peligrosamente bajo.

Las complicaciones que padecen se producen «cuando estás intentando llevar un embarazo y te falta la nutrición», explica la doctora Margaret Harris, que insiste en que el peligro de hambruna en Gaza es puramente consecuencia de la actual crisis, desencadenada por los ataques de Hamás el 7 de octubre, en el conflicto palestino israelí, que comenzó en 1948.

«Todo lo que estamos viendo desde el punto de vista médico está totalmente provocado por el hombre; se trataba de un territorio en el que el sistema sanitario funcionaba bien«, afirma Harris, añadiendo que la desnutrición era «inexistente». «Era una población que podía alimentarse por sí misma», insiste.

Plan para crear centros de alimentación

Para ayudar a los gazatíes más vulnerables y salvar vidas, la OMS se ha propuesto crear centros de estabilización de la malnutrición de emergencia. Pero los avances se han visto dificultados por la falta de seguridad y los continuos obstáculos al acceso de la ayuda, según la doctora Harris.

«Hemos establecido uno en el sur, estamos estudiando la posibilidad de hacerlo en el norte (…) pero el problema es que tenemos que ser capaces de traer los materiales, pero no podemos traerlos a la escala y a la gente sin el acceso y la seguridad. Así que no hay respuesta hasta que haya un alto el fuego».

«La desesperación es tan grande…», continua Harris, antes de insistir en que la ayuda debe entrar en Gaza a «gran, gran escala».

Mientras, el alto Comisionado para los Derechos Humanos ha recordado que Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de garantizar el suministro de alimentos y atención médica a la población en consonancia con sus necesidades y de facilitar la labor de las organizaciones humanitarias para que presten esa ayuda.

Grandes pérdidas de empleo

Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo subraya las nefastas consecuencias de la guerra en Gaza y más allá, e indica que ha provocado la pérdida de 507.000 puestos de trabajo en los Territorios Palestinos Ocupados, que comprenden Gaza y Cisjordania.

Esto ya ha tenido un «impacto devastador» en la economía regional, según la portavoz de la agencia, Zeina Awad, quien añade que, de continuar el conflicto, se espera que la tasa de desempleo en el territorio alcance el 57%.

Los nuevos datos -procedentes de la OIT y de la Oficina Central Palestina de Estadística (PCBS)- estiman que a 31 de enero se habían perdido unos 201.000 puestos de trabajo en la Franja de Gaza, lo que representa alrededor de dos tercios del empleo total en el enclave.

Además, 306.000 puestos de trabajo, o más de un tercio del empleo total, también se perdieron en Cisjordania, donde las condiciones económicas se han visto gravemente afectadas.

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