El sector pesquero español, representado por CEPESCA y la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (FAAPE), ha calificado de «mera campaña de manipulación» la iniciativa de Oceana de organizar una expedición para evidenciar los impactos destructivos del arrastre de fondo en aguas españolas, concretamente en el Mar de Alborán. Ambas organizaciones lamentan una vez más este tipo de acciones, cuyo objetivo, afirman, «sólo es confundir a la opinión pública con teorías negacionistas que ocultan la verdad en favor de otros intereses económicos ante los organismos oficiales y frente a la labor de miles de trabajadores que desarrollan su actividad con total legalidad».
El sector pesquero recuerda que «esta organización medioambientalista carece de validez desde el punto de vista científico y tampoco cuenta con el respaldo de las instituciones que asesoran, basándose en la ciencia, sobre asuntos relativos a la pesca, tales como, el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o centros universitarios, en España, o el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), en la Unión Europea».
Igualmente, el sector manifiesta que la pesca en el mar de Alborán «se realiza bajo la normativa legal establecida, tanto en número de buques como zonas de pesca». El sector, dentro de su política de transparencia, apunta que en la Isla de Alborán (GSA 2 en las siglas internacionales ICES) y a la que hace referencia explícita la organización ambientalista, «desarrollan su actividad menos de cinco barcos durante los meses de otoño-invierno, y un máximo de 15 durante los estivales».
Este número tan restrictivo de embarcaciones, apuntan las organizaciones, «da una idea clara de la sostenibilidad de la pesquería de arrastre en esta zona y del cumplimiento sólido de las normativas». Recuerdan los pescadores que «la organización ambientalista omite en su eje argumental, en una muestra más de su falta de rigor científico y manipulación de la verdad, las innovadoras tecnologías que han integrado los barcos de arrastre, tales como las denominadas puertas voladoras que eliminan la fricción con el lecho marino y que reducen entre un 50% y un 60% el consumo de combustible y en 300 tn las emisiones de CO2 por buque y año».
FAAPE sostiene que, en las aguas de la Isla de Alborán, existe una zonificación según profundidades y especies, como consecuencia de distintas investigaciones científicas “rigurosas y serias” y que definen con precisión las distintas zonas en las que los barcos de pesca pueden realizar su actividad.
Por último, manifiesta que los buques de pesca profesional autorizados en la Isla de Alborán «son conocedores y cumplidores de toda esta normativa, y que se desarrollan regularmente reuniones con la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y los responsables de Áreas Marinas Protegidas (AMP), para revisar y definir las condiciones de pesca».
Según José María Gallart, presidente de FAAPE y vicepresidente de CEPESCA para la flota de bajura, «es preocupante que una organización que basa sus argumentos en meras especulaciones pueda atentar gravemente contra la dignidad y respeto de pescadores que desarrollan su actividad de forma, no sólo legal, sino también ejemplar. Los pescadores –añade Gallart–, llevamos años implicándonos en la pesca responsable, con un alto compromiso social y ambiental, y por ello, no estamos dispuestos a que falacias subjetivas de personas que no conocen la zona ni la actividad ensucien nuestro buen hacer y pongan en peligro el sustento de miles de familias».