Todo. Absolutamente todo lo que tenga una conexión inalámbrica y un pequeño chip ‘inteligente’ puede ser hackeado. Es más, cuanto más sencillo sea el procesador, más fácil es de hackear. Por tanto, los juguetes eróticos que funcionan con bluetooth también están en el punto de mira de los piratas informáticos.

No hace falta buscar en webs de dudosa reputación para encontrar este tipo de objetos. La propia Amazon vende en su web británica vibradores eléctricos que se pueden manejar en remoto desde una app instalada en el móvil.

Un ‘juguete’ tan sencillo puede convertirse en una herramienta ‘muy útil’ para unos cibecriminales que quieran atacar a los usuarios de estos vibradores. El primer uso que se les puede venir a la imaginación a unos hackers sería el de usar en remoto el chisme para que no funcione como se espere. Es decir, que se ponga a vibrar demasiado y pueda generarle lesiones a la persona que esté lo use.

Robo de datos

Pero, los hackers pueden ser mucho más sutiles y sacar más rédito de infiltrarse inalámbricamente en uno de estos dispositivos. Al acceder a uno de estos aparatos, un ciberdelincuente avezado, solo tiene que entrar en su configuración para saber de quién es, así como saber cuándo y con qué frecuencia lo usa. Con sólo saber eso, ya tendrá la información suficiente para chantajear a su dueño.

De hecho, el protocolo de red “Bluetooth Low Energy” (BLE) que hace que estos aparatos sean ‘inteligentes’ es relativamente fácil de hackear. Tanto, que al encender el bluetouth los ‘vibradores inteligentes’ están continuamente rastreando qué dispositivos hay cerca para conectarse con ellos.

Además, Como están diseñados para formar parte de las redes de Internet de las Cosas domésticas, una buena parte de ellos ni siquiera pide un PIN o una contraseña para controlarlos desde una app móvil. En cuanto a los que sí piden por defecto que se introduzca en una contraseña, de nuevo, la mayor parte cuenta con un PIN por defecto tan básico como “0000” o “1234”. Pan comido para cualquiera que ni siquiera tenga conocimientos de hacking.

Fotos y vídeos privados

El otro gran riesgo de los ‘juguetes eróticos inteligentes’ son las fotos y vídeos íntimos que se convierten en virales. Imaginemos que un hacker además puede acceder a alguna de las webcams que haya entre sus dispositivos para publicar imágenes en Internet o para usarlas a modo de chantaje. No hace falta ser un personaje público. Por desgracia ya conocemos muchos casos de personas anónimas que se han hecho virales por alguna imagen subida de tono y que les ha destrozado la vida.

El sexo sigue siendo uno de los temas que más tráfico genera en Internet y la pornografía es una de las puertas de acceso al que más rendimiento le sacan los hackers. El hecho de que el sexo sea un tabú en muchos entornos de nuestras vidas, hace que, en muchas ocasiones, las empresas y organismos públicos eviten advertir de los riesgos que entraña el uso de dispositivos inteligentes. En la era de la robótica y el Internet de las Cosas, estos riesgos, lejos de disminuir, siguen aumentando. No debemos tomarlo a broma”, advierte Hervé Lambert Consumer Global Operations Manager de Panda Security.

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