Violencia en las calles de Puerto Príncipe, Haití. | Foto: UNICEF/Roger LeMoyne and U.S. CDC

Haití está asolado por una violencia que ha escalado a niveles sin precedentes. En un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU el 22 de abril, la representante especial del Secretario General para Haití, María Isabel Salvador, dijo que «es imposible exagerar el aumento de la actividad de las pandillas en Puerto Príncipe y más allá, el deterioro de la situación de los derechos humanos y la profundización de la crisis humanitaria», añadiendo que había «llamado constantemente la atención sobre la necesidad inexorable de restablecer las condiciones de seguridad».

En marzo de 2024, las pandillas organizaron ataques coordinados contra infraestructuras estatales clave, incluidas varias comisarías de policía y dos de las principales cárceles de Puerto Príncipe, así como instalaciones educativas, de salud y lugares religiosos.

Estos ataques debilitaron aún más las instituciones estatales y los desafíos ya críticos para el restablecimiento del estado de derecho.

En los primeros tres meses del año, la ONU ha reportado que 2.500 personas, incluidos al menos 82 niños, murieron o resultaron heridas como resultado de la violencia de las pandillas. Casi la mitad de las víctimas fueron alcanzadas por balas durante ataques violentos contra sus barrios o enfrentamientos entre las pandillas y la policía.

Durante el mismo periodo, al menos 438 personas fueron secuestradas para pedir rescate. Por esta razón, los datos de la ONU indican que unas 362.000 personas –la mitad de ellas niños– se han visto obligadas a huir de sus hogares porque es demasiado peligroso permanecer en ellos.

La violencia sexual y los abusos contra mujeres y niñas están aumentando y decenas de miles de menores de edad no pueden asistir a la escuela debido a la inseguridad.

Apoyo para la seguridad

La Policía Nacional Haitiana no puede contener por completo el estallido de violencia, y el ejército de Haití es pequeño y sólo está modestamente equipado.

Prácticamente todos los países coinciden en que hace falta asistencia de la comunidad internacional para apoyar a la policía haitiana en sus esfuerzos por estabilizar la situación y hacer posible que la población pueda seguir con su vida diaria sin temor a ser víctima de la violencia de las pandillas.

Ya en octubre de 2022, el Secretario General de la ONU, António Guterres, respondió a una solicitud del ex primer ministro haitiano Ariel Henry, instando a las naciones a dar un paso adelante.

Las Bahamas, Bangladesh, Barbados, Belice, Benín, Chad, Jamaica y Kenya notificaron oficialmente al Secretario General su intención de aportar personal a la misión.

El portavoz de la ONU confirmó que otros países también han expresado interés, pero que la ONU aún no ha recibido notificaciones oficiales al respecto.

¿Por qué ha tardado tanto en establecerse la misión?

Inicialmente, un importante punto álgido fue qué país se ofrecería a liderar lo que podría ser una misión muy complicada y arriesgada.

Los despachos de prensa sugieren que las pandillas ejercen algún tipo de control sobre el 80% de la capital. Un acuerdo reciente entre pandillas para formar un frente unido contra la misión ha complicado aún más el panorama.

Kenya encabezará la misión, por lo que funcionarios de gobierno visitaron Haití para conversar con líderes haitianos y regionales sobre su mandato y alcance.

El presidente de Kenya, William Ruto, enfatizó ante la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2023 que los haitianos estaban «sufriendo inmensamente por el amargo legado de la esclavitud, el colonialismo, el sabotaje y el abandono» y añadió que abordar la situación allí era la «prueba definitiva de la solidaridad internacional y la acción colectiva».

Así será la operación

Es importante destacar que la misión no será una operación de la ONU. Sin embargo, el Consejo de Seguridad la autorizó y pidió al Secretario General que estableciera un fondo fiduciario para canalizar las contribuciones voluntarias a la operación.

A finales de abril, el portavoz de la ONU confirmó que Canadá, Francia y Estados Unidos habían depositado en el fondo 18 millones de dólares.

Al respaldar la misión, el Consejo de Seguridad actuó bajo el Capítulo VII de la Carta de la ONU, que autoriza el uso de la fuerza después de que se hayan agotado todas las demás medidas para mantener la paz y la seguridad internacionales.

Mientras tanto, la ONU continúa apoyando a Haití en múltiples frentes. Una misión política encabezada por María Isabel Salvador continúa apoyando los esfuerzos del gobierno para fortalecer la estabilidad política y la buena gobernanza, incluido el estado de derecho.

Las agencias de la ONU brindan ayuda humanitaria a los haitianos afectados por la violencia y la inseguridad, pero también por desastres naturales como el terremoto de agosto de 2021. El Servicio Aéreo Humanitario de las Naciones Unidas transporta trabajadores humanitarios, equipos críticos y ayuda vital hacia Haití, al igual que dentro del país. Además, la ONU también respalda a las autoridades en el fortalecimiento del desarrollo socioeconómico.

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