Durante los últimos días MediaMarkt celebró su Red Friday, unos días de ofertas en electrónica de consumo que alcanzaron notable repercusión mediática. ¿Por qué? Básicamente, porque la compañía alemana se ha convertido en el referente español en retail para adquirir dispositivos tecnológicos, desde móviles hasta frigoríficos. ¿El máximo perjudicado? El Corte Inglés, que no consigue revertir su crisis en este segmento y ve cómo el futuro se le escapa entre los dedos.

Y mucho cuidado, que ni siquiera MediaMarkt tiene el futuro garantizado: Amazon acecha en el horizonte a la espera de que los españoles se entreguen por completo al comercio electrónico.

Uno de los problemas de escribir sobre El Corte Inglés es que nadie está dispuesto a hablar. Los proveedores, obviamente, exigen que se les garantice su anonimato, del mismo modo que sus dependientes y trabajadores tienden a evitar a la prensa si no es para airear sus conflictos laborales.

Sin embargo, todas las fuentes consultadas por SABEMOS en el mundo de la informática, la electrónica y la telefonía móvil coinciden: Los tiempos dorados de Expoelectrónica ya han pasado.

«El Corte Inglés ha perdido a los clientes de menos de 45 años, que tienen distintos hábitos de consumo. Muchos van a la tienda, miran lo que quieren, y luego lo compran online. MediaMarkt se está acostumbrando a duras penas a esta forma de vender multimodal, pero a los grandes almacenes les cuesta mucho más», explica un proveedor de ambas empresas.

«El problema no está sólo en la sección de informática. En cierta forma son como el PP, tienen una clientela mayor, en un país en el que cada vez hay más gente mayor, pero es incapaz de transmitir a los jóvenes que es una compañía joven y se está descapitalizando, pierden al cliente joven pero también al dependiente más joven», explican desde otra de las grandes marcas de electrónica.

Muchos de los directivos consultados por SABEMOS coinciden en que los alemanes tienen un modelo mucho más eficiente, incluso si miras el perfil de los comerciales, más afín al consumo espontáneo de tecnología. Dependientes más jóvenes que entienden mejor a sus clientes, frente a los trajeados de El Corte Inglés. «El problema es que tampoco pueden cambiar el perfil del comercial para no cargarte al cliente tradicional que busca un trato determinado. Están atrapados», lamentan los vendedores.

Critican que, si bien el equipo de Dimas Gimeno ha hecho cambios, los departamentos de compras muchas veces no son ágiles, últimamente están viviendo una importante rotación y son lentos en sus procesos. «Son como un ministerio», critica uno de estos proveedores. «En MediaMarkt, en cuanto aparecen, ves drones, cámaras deportivas, hoverboards. Son mucho más rápidos a la hora de llevar nuevas tecnologías a las tiendas», subrayan.

Eso sin tener en consideración el lento declive de Telecor, la desgraciada filial de móviles del grupo, cuyos resultados de 2015 aún no se han hecho públicos pero, a tenor de lo que explican a SABEMOS desde su entorno, vive una situación dramática. «En parte sufrimos porque es un problema sectorial, también The Phone House lo pasa mal. La reducción de las subvenciones de terminales por los operadores y el crecimiento del mercado libre y el de ofertas ‘todo en uno’ ha perjudicado a tiendas que aprendieron a vivir básicamente de la rotación de terminales», subrayan.

«Sin embargo, la situación de Telecor es especialmente mala, hasta el punto que no sé si tendrán que replantearse la continuidad del negocio o su transformación drástica», explica un proveedor. «Para nosotros no es un cliente esencial. Es como todo con El Corte Inglés: te genera un cliente de alto valor añadido, pero no te mueve tanto volumen», subraya otro. «Para iPhone, por ejemplo sí va muy bien».

«Las marcas de El Corte Inglés no consiguen imagen de especialistas en segmentos. Si quieres un videojuego te vas a Game. A El Corte Inglés va quien no sabe, quien tiene prisa o quien busca un regalo que se vaya a poder cambiar», lamentan.

La segunda fase

El problema, en todo caso, es que ni siquiera es un duelo entre MediaMarkt y El Corte Inglés. Los primeros, sí, están ganando la partida del comercio minorista tradicional, hasta el punto de que cuando empresas como Coolpad o Intex hablan de entrar en lineales siempre ponen mucho énfasis en los de MediaMarkt –Coolpad, de hecho, tiene un acuerdo en exclusiva con los alemanes para España–.

«El problema es que hasta MediaMarkt también va a sufrir. La gente con hábitos de consumo de canal físico se irá muriendo y el online tenderá a crecer.
El hito que lo va a confirmar va a ser el Black Friday de este año. El de 2015 ya se cargó parte de la campaña de Navidad del año», explica uno de los proveedores más agoreros.

Y no es el único que piensa lo mismo. «El negocio online es un negocio de matemáticos, y Amazon es el líder, con 400 segmentaciones de clientes en base a consumo. Saben quién eres, lo que compras y con qué frecuencia lo compras. Tienen un conocimiento de los clientes que no está al alcance de nadie más. Es un negocio con una escala que va a ser complicado de competir».

Frente a los matemáticos, «gente que lleva toda la vida allí, que no conoce la realidad. Y tienen un cambio de paradigma al que enfrentarse más pronto que tarde».

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