El mercado de Irán es un hueso bien duro de roer. Está lleno de dificultades. Sin embargo, las empresas españolas del sector industrial pueden tener en la República Islámica una gran oportunidad y enormes posibilidades de negocio si saben capear bien el temporal. Esa es la valoración que han realizado los empresarios españoles presentes en la 21 Feria Internacional del Petróleo de Teherán. Se trata del encuentro más importante del sector del país y la primera feria que se realiza tras el fin de las sanciones internacionales que pesaban sobre esta industria. 

Hasta el 8 de mayo, 14 empresas y asociaciones empresariales españolas participan en este evento que, según la organización, cuenta este año con una afluencia sin precedentes de empresas globales. Las compañías asistentes son principalmente de los sectores de las tuberías, válvulas y otros materiales vinculados a las industrias del petróleo y petroquímica.

Juan Arana, director gerente de la empresa vizcaína de válvulas industriales Arflu, reconoce las jugosas oportunidades que Irán brinda a su sector debido a la situación de inmovilidad de la industria global del petróleo y a la reciente y progresiva apertura del país de Oriente Medio. «Se privó al país de recursos durante años y ahora tienen que construir de nuevo. Y por eso todos venimos aquí con esperanza de que se consuma», afirma Arana. El empresario considera que las empresas españolas saldrán beneficiadas de esta feria por sus capacidades productivas así como por las buenas relaciones empresariales a nivel industrial entre Irán y España, con alianzas estables.

Dificultades en Oriente Medio

Aunque el mercado iraní ofrece muchas oportunidades, también presenta importantes dificultades. Anton Pipaon, director comercial general de la alavesa Tubos Reunidos, señala que el anuncio de Irán de invertir 200.000 millones de euros en su industria petrolera y del gas en los próximos diez años ha avivado las ansias aventureras de muchas empresas para impulsar relaciones comerciales con la República Islámica. Sin embargo, el empresario advierte que aún existen «dificultades y retos claros e importantes». 

Pipaon apuntó que durante el período de sanciones contra Irán, la competencia de otros países asiáticos se asentó en el país. Las empresas españolas y europeas tuvieron que alejarse de territorio iraní y su espacio lo ocuparon países como China o Corea sin consecuencias ni sanciones. Y además, la competencia no solo viene desde Asia. El director comercial de Tubos Reunidos ha destacado la llegada a Irán de competidores europeos con mucha fuerza. Se trata de empresas grandes y con una imagen de marca muy potente que cuentan con el apoyo de «gobiernos muy dinámicos que impulsan mucho la presencia de marca, como Alemania e Italia».

Además, a la fuerte competencia se unen las trabas burocráticas y los problemas para encontrar financiación. Esta dificultad la sufren en particular las empresas pequeñas y medianas que también tienen dificultades para participar en grandes proyectos.

Pipaon considera que la vuelta de las empresas españolas a Irán no será fácil. «Nos hemos quedado fuera de un mercado en el que estuvimos 35 años, y ahora viene todo el mundo». El industrial define al país de Oriente Medio como el nuevo maná en un contexto de depresión económica global. Un maná en el que sin embargo habrá una dura competencia y será difícil recuperar posiciones.

Para que las empresas españolas tengan éxito en territorio iraní, Pipaon propone aunar esfuerzos con las autoridades españolas para generar estrategias coordinadas que permitan a las compañías ser más competitivas, con un enfoque «más ambicioso y agresivo» que permita crecer en Irán y volver a la situación anterior a las sanciones internacionales. Comienza la aventura en Oriente Medio.

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