47 directivos repartidos en 7 empresas propiedad total o parcialmente del Ayuntamiento cobran de media al año 90.400 euros. Restos del sueño Olímpico, una sociedad cáscara para gestionar la M30, una empresa para la vivienda que ya no puede construir. Es lo que queda del entramado societario que alimentó el ex ministro de Justicia para seguir acumulando deuda.

Siete empresas, la mayoría 100% públicas pero alguna compartida con socios privados; 47 directivos con una retribución media bruta de 90.400 euros, pérdidas en algunas y reparto de la ganancia con socios privados en otras. Es parte del legado que se va a encontrar el nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid a su llegada al Palacio de las Comunicaciones de Cibeles. Alberto Ruiz-Gallardón era un firme defensor de la creación de empresas dependientes del Ayuntamiento. La fórmula ya la ensayó durante sus años como presidente de la Comunidad de Madrid de la mano de su sempiterno cerebro financiero, Juan Bravo, cuando crearon Mintra, la empresa pública encargada de diseñar, construir, mantener y gestionar las infraestructuras del Metro de Madrid. Tenían un motivo fundamental: crear bolsas de deuda dependientes de las empresas para que esa deuda no saliese en la foto y no saltasen las alarmas en Bruselas.

La jugada no le salió todo lo bien que quería. En 2005, Eurostat le dijo que ni lo que había hecho en la Comunidad de Madrid ni lo que estaba replicando de forma mucho más activa en el Ayuntamiento de la capital era correcto. El lío de la Comunidad y de la deuda que Gallardón había acumulado en Mintra se lo zampó Esperanza Aguirre. Respecto a la deuda del Ayuntamiento, Europa obligó a sumar en las cifras de déficit excesivo de cara a las estadísticas la de las empresas que dependían del Consistorio pero Gallardón siguió con su fórmula durante años ya fuese con empresas 100% públicas ya con empresas mixtas.

El soterramiento de la carretera de circunvalación M30 y las infraestructuras del Madrid Olímpico fueron los dos grandes proyectos que se colgaron de empresas del hólding creado por Gallardón. Algunas de esas empresas han desaparecido, otras han sido absorbidas o fusinadas entre sí. Mientras tanto, algunas de las emblemáticas que existían mucho antes de que Gallardón soñase con ser alcalde, como la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS), se las ha desposeído de su actividad principal (la promoción de vivienda social). 

La deuda que fue la justificación principal para crear el entramado empresarial del Ayuntamiento de Madrid, ese lastre que Gallardón y Bravo aseguraron tanto tiempo que era un riesgo asumido por las empresas y no por los ciudadanos directamente, hace tiempo que se convirtió directamente en deuda del Consistorio. Cuando la crisis apretó y a falta de meses de convertirse en ministro de Justicia, Gallardón subrrogó al Ayuntamiento a los préstamos más cuantiosos. Buena parte de las empresas, siguen. Sus directivos, también. Esto es lo que se encuentra el nuevo equipo de Gobierno: 

Madrid Calle 30

El soterramiento de la M30 se hizo a través de una empresa mixta. Aunque la mayoría del capital es público, se dio entrada en 2005 a socios privados (Ferrovial y ACS) que asumirían así parte del riesgo financiero de la sociedad a cambio de ser quienes se encargarían del mantenimiento de la vía durante 35 años. La sociedad perdió en teoría la mayor parte de su sentido cuando en 2011 el Ayuntamiento asumió la mayor parte de su deuda (2.226 millones de euros). Después de años vendiendo el beneficio de aquella estructura, de repente el Consistorio descubrió que cargando la deuda directamente al fondo común de los impuestos, se ahorraba en seguros 100 millones de euros al año. 

Madrid Calle 30 está en beneficios. Su único ingreso son los 127 millones de euros que le da el Ayuntamiento y, sin embargo, gana dinero. Es decir, no necesita tanto para lo que hace. Lo que ocurre es que después de pagar al personal y los cerca de 40 millones que le paga a la empresa encargada del mantenimiento, Madrid Calle 30 tiene que repartir su beneficio entre los accionistas, lo que significa que un 20% de ese beneficio se va a las empresas privadas en forma de dividendo. Por el camino, el Ayuntamiento ha pagado además el IVA del servicio y el impuesto de Sociedades por estar en beneficio. Según los presupuestos de 2015, este año se prevé que el beneficio de Madrid Calle 30 sea algo menor: 75,8 millones de euros. 

Madrid Calle 30 tiene una plantilla de 12 personas de las que uno es el consejero apoderado (con una retribución de 96.042 euros brutos al año), otro es el director gerente (87.857 euros brutos) y dos son jefes de departamento (84.770 euros al año brutos de media cada uno). 

Madrid Destino

Es fruto de la fusión de otras dos de las sociedades que creó el Ayuntamiento de Madrid con Gallardón a los mandos: Madrid Arte y Cultura (MACSA), la gestora de teatros y espacios escénicos del Ayuntamiento;  y Madrid Visitors & Conventions Bureau (MV&CB). Además, a finales de 2013 se disolvía Madrid Espacios y Congresos (Madridec), la empresa bajo cuyo paraguas nacieron las grandes obras del Madrid que quiso ser Olímpico. 

De Madridec, Madrid Destino heredó la Caja Mágica, esa infraestructura de 100.000 metros cuadrados levantada sobre un antiguo vertedero que se presupuestó en 120 millones de euros y terminó costando 294 millones y a la que tantos inquilinos se le han ido sin pagar o con facturas pendientes; el terreno del Centro de Convenciones de la Castellana; el Palacio Municipal de Congresos y el Madrid Arena. La deuda de Madridec, como la de Madrid Calle 30, se la pasaron al Ayuntamiento por importe de 265,6 millones de euros.

 A pesar del esfuerzo, si Madrid Destino no está en pérdidas se debe a que recibe del Ayuntamiento cada año una subvención de explotación cercana a 40 millones de euros. (39,2 millones según el presupuesto de 2015) A pesar de ello, la ganancia estimada para este ejercicio es solo de 1,1 millones. 

La Alta Dirección de Madrid Destino está compuesta por 10 personas que cobran una retribución media bruta anual de 75.990 euros. 

Mercamadrid

La gigantesca plataforma de distribución alimentaria de la capital, participada por el Ayuntamiento y la SEPI y creada allá por 1973, lleva años luchando contra el abandono de parte de sus instalaciones. Una de sus etapas más rocambolesca fue cuando el Ayuntamiento decidía en 2010 traspasar las acciones de Mercamadrid a Madridec en usufructo como fórmula de lograr cierto colchón que le permitiese pagar a sus proveedores. En 2013 tomaba las riendas un nuevo equipo directivo que, según la memoria del Presupuesto para 2015, logró al menos que «determinados indicadores y objetivos de la actividad del polígono no sólo mostrasen mejoría respecto a ejercicios anteriores, sino que tuvieron tasas de variación mensuales positivas». En 2014, el plan se centró en disminuir los altos niveles de morosidad, intentar agilizar el uso de instalaciones abandonadas y buscar nuevos operadores interesados en la plataforma. En 2015, se mantenían las mismas líneas además de un incremento en el gasto en servicios de seguridad para reducir los robos. 

Para 2015 se han previsto inversiones por 7,7 millones de euros en la ampliación de Mercamadrid, seguridad, los Mercados de Frutas y Pescados, entre otras. La sociedad tiene cinco directivos con una retribución bruta media de 71.192 euros al año. 

Manuela Carmena se ha referido expresamente a Mercamadrid durante su campaña hacia la alcaldía, lamentando que no se hayan instalado en la plataforma de distribución escuelas profesionales y proponiendo la construcción de hoteles para promocionar la zona como de interés turísitico dado el encanto de su mercado de abastos. 

Empresa Municipal de la Vivienda 

Capaz de resistir a varias crisis, desde su creación en 1981, la EMVS no es ni sombra de lo que era antes de que empezaran los recortes, ya con Ana Botella al frente del Ayuntamiento de Madrid. La Empresa Municipal de la Vivienda, como toda sociedad con acivos inmobiliarios, sufrió la depreciación de los mismos con el derrumbe de la economía del ladrillo. Se optó por traspasar su deuda también al Consistorio (233,7 millones), quitarle la capacidad de promover vivienda (solo se están terminando las promociones que ya estaban en curso) y vender a fondos buitre 1.860 viviendas que se tenían para alquiler con sus inquilinos dentro. En 2014, la EMVS se ha dedicado a vender todo el suelo que le ha dado tiempo, a transformar en régimen de alquiler viviendas que estaban destinadas a la venta y a terminar promociones en curso. Su resultado (12,2 millones de euros) está lejos de lo que se había presupuestado (26,3 millones). Para 2015 han sido más modestos y han dejado el beneficio previsto en 10,9 millones. 

La EMVS tiene dos personas de la Alta Dirección, con una retribución media bruta al año de 88.729 euros y seis pertenecientes al Grupo 0 Nivel 1 con una retribución media anual de 83.530 euros. 

Para terminar el cuadro habría que añadir los 10 directivos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), con un retribución media bruta anual de 100.257 euros; y la Empresa Mixta de Servicios Funerarios, con 7 directivos que cobran de media una retribución bruta anual de 123.709 euros.  

 

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