El número dos de Podemos reaparece en público tras dos semanas de mutismo-protesta por el cese de Sergio Pascual como secretario de Organización.

Íñigo Errejón está de vuelta. El número dos de Podemos ha comparecido públicamente este martes, tras la Junta de Portavoces del Congreso, para dar cuenta de la misma y valorar la actualidad política. Esta ha sido su primera aparición desde que hace dos semanas, en el primer Pleno ordinario de la legislatura, defendiera la posición de su grupo ante sendas Proposiciones No de Ley a favor de la unidad de España presentadas por PP y Ciudadanos. «Hay que construir una España nueva que reconozca su riqueza, su diversidad, su plurinacionalidad, que una a fuerza de ilusionar, una patria compartida de la que sentirnos orgullosos porque no deja a nadie atrás», fueron sus últimas palabras públicas antes de que Pablo Iglesias fulminara al secretario de Organización de Podemos y mano derecha de Errejón en la formación, Sergio Pascual.

Afirma que estas dos semanas le han servido para desarrollar un ejercicio de «elevación de miras»

«No comparto todas las decisiones que toma mi secretario general», ha dicho al respecto el secretario de Política, a quien el periodo de retiro le ha servido como ejercicio de «elevación de miras». La discrepancia sobre el cese de Pascual, ha abundado, no supone que no siga siendo «leal» a Pablo Iglesias: «Sigue siendo mi secretario general». «No han sido semanas fáciles para el conjunto de la organización pero salimos habiendo madurado y con altura de miras», ha repetido en varias ocasiones.

En este tiempo, Errejón ha aprovechado para reflexionar con calma, «lejos del foco mediático», sobre el futuro de su partido. El debate más importante que debe abordar la formación en este sentido es el del modelo organizativo, tal y como él mismo ha reconocido. Por eso Iglesias ha cesado a Pascual -responsabilizándole de las crisis internas de Podemos- y ha propuesto a Pablo Echenique como sustituto. Errejón no cree que las tensiones se deban abordar desde el punto de vista de «nombres y apellidos», aunque ve bien la nominación de Echenique: «es una buena propuesta, de consenso».

Nuevo modelo de partido

Sobre el modelo de partido, su posición es la misma que la de Pascual y otros miembros de su cuerda: caminar hacia el federalismo. Cree superado el ciclo que exigió convertir Podemos en una «maquinaria de guerra electoral», cosa que se ha demostrado «enormemente exitosa», y procede ahora impulsar cambios que neutralicen las «tensiones y costes» generados. «Cuando se solucione la investidura», llegará ese momento, se abrirá un «ciclo político más pausado» para el que propone transitar hacia el partido-movimiento.

Es decir, dar más protagonismo a las bases, a los territorios, a los municipios, crear una federación de Podemos en cada comunidad y colegiar la toma de decisiones. Algo que Errejón viene defendiendo, tal y como ha recordado, desde el primer momento. «Quedan discusiones pendientes», ha avanzado, y el debate se debe «politizar», abrir y no centrarse «en dimes y diretes» sobre personalismos.

Errejón quiere un Podemos federal que dé más protagonismo a los territorios y las bases

Respecto a la formación de Gobierno, se ha mostrado optimista y convencido de que la postura de su partido -un Ejecutivo de la izquierda en coalición- puede abrirse paso. Podemos apostará por esa vía «hasta el final» y ya no veta a Ciudadanos, aunque ve difícil un acuerdo que contente a ambos. Sobre la posibilidad de formar un Gabinete junto a Pedro Sánchez y Albert Rivera, como propone el PSOE, Errejón ha dicho que no la ha recibido y por tanto no cabe valorarlo. En esto sí hay unanimidad en la formación de Iglesias, según su número dos: todos defienden que no se puede dar «un chueque en blanco» al pacto Sánchez-Rivera» y que hay que «caminar» hacia la consecución de un Gobierno de izquierdas.

«No hay diferencias ideológicas», ha respondido al ser preguntado por las diferentes facciones de Podemos. Lo que hay es «militantes que no salen de una fábrica», sino que son «de su padre y de su madre», «tienen diferentes criterios» y «algunos ligan más con unos compañeros y otros ligan más con otros». Errejón rechaza el criterio de «etiquetar» a sus compañeros con los términos pablistas y errejonistas: «yo no los comparto».

Con esta aparición, Errejón pone fin a 14 largas jornadas de mutismo en las que ha expresado su malestar con el líder de Podemos sin necesidad de verbalizarlo. El atronador silencio de quien es el segundo principal referente morado le ha llevado a desaparecer de los medios, de las redes sociales y de los corrillos y canutazos ante periodistas. Únicamente se dejó ver, como hoy, en actividades propias de su condición de diputado y portavoz parlamentario de Podemos. Así, asistió al minuto de silencio que el Congreso guardó en la Puerta de los Leones en homenaje a las víctimas de los atentados de Bruselas, pero eludió hacer declaraciones. Esta misma noche volverá también a los medios: intervendrá en el programa de la Cadena SER Hora 25 a partir de las 21h.

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