“Espero que me hagan preguntas difíciles y me pongan en aprietos” decía ayer la nueva portavoz del gobierno Valenciano, Mónica Oltra, en su primera comparecencia ante la prensa. Por la tarde su gobierno, y especialmente su partido, trataba de bregar con una crisis de imagen por un presupuesto para comprar 99 iPhone 6 para los diputados valencianos. Hay que recordar siempre tener cuidado con lo que se desea.

La tormenta mediática vivida ayer en Valencia tras el anuncio de adquisición de 99 terminales de iPhone 6 fue uno de esos fenómenos tan complejos que pueden considerarse, a la vez, como la exageración de un hecho sin importancia y un error imperdonable del tripartito valenciano sin entrar en contradicciones por muy raro que parezca.

Por una parte, se esté o no de acuerdo con la adquisición de los terminales, tenemos que partir de la base de que las críticas al gobierno valenciano son, en más de un sentido, injustas. La adquisición de los móviles no es una decisión del gobierno, sino de la Mesa de las Cortes, el órgano que regula el funcionamiento del parlamento valenciano, y fueron todos los partidos los que dieron el visto bueno al presupuesto. Además no es que los partidos políticos tuvieran demasiado margen de maniobra, según se defienden desde Les Corts el presupuesto venía con un informe de los técnicos de la institución asegurando que era la mejor de las propuestas presentadas, y aprobar una oferta que no sea la que lleva el mejor informe puede ser considerada prevaricación y llevar a quien lo apruebe ante el juez si Teléfonica, la compañía que presentó la oferta mejor valorada, impugnara el concurso. Por último se exageró el gasto en terminales puesto que, de nuevo según la información aportada desde Les Corts, los 64.200 euros no son para comprar los iPhones, sino que forman parte de las mejoras de la oferta que hizo Telefónica para llevar la cuenta de comunicaciones de los diputados valencianos. Los iPhones son gratis y sólo deben pagarse si los diputados consumen más de lo previsto en el mismo convenio.

¿Convierten estos hechos a los diputados valencianos en víctimas de un montaje para desprestigiarles? Al contrario. Cuando la tormenta estalló, el Presidente de les Corts salió a explicar que la compra no se había hecho y la voluntad de Les Corts de hablar con Telefónica para ver si podía mejorarse. Es precisamente ese reconocimiento de que existía margen para la decisión política, que se podía haber pedido otro móvil más económico, el que demuestra la torpeza de un tripartito que intenta forjar su imagen en el abandono de los coches oficiales y cambiar las corbatas por las camisetas. La adquisición del móvil mas lujoso del mercado sólo puede alejarte de tus electores. Los miembros de la mesa de Les Corts estaban más pensando en renovar sus terminales que en lo que esperaban sus votantes.

Twitter lo ha cambiado todo

En la rueda de prensa posterior a la primera reunión del Consell la pregunta sobre los iPhone no salió hasta la pregunta 22—la hizo el décimo periodista que intervino—y el tema no volvió a tratarse hasta la penúltima intervención. Los periodistas no consideraban en ese momento tema prioritario una noticia que se había publicado ya esa mañana y que tenía que competir con la gran cantidad de temas potentes que había abordado el Consell.

Los presentes se mostraban especialmente interesados en las últimas fases del proceso de liquidación de Canal 9 y cómo iban a afectar al proyecto de reapertura de la televisión valenciana. Oltra, por su parte, trataba de colocar en los medios su batería de temas: la estructura del nuevo gobierno, el fin de los copagos, las primeras acciones del Consell contra la polémica liberalización de horarios comerciales que hizo el gobierno anterior, o la creación de una Agencia de Respuesta de Emergencias eran sus propuestas estrella; además por la tarde el nuevo gobierno recibiría a la Asociación de Víctimas del accidente de metro de Valencia, un momento histórico tras años de lucha con el anterior ejecutivo. La adquisición de los iPhones pasó de puntillas por la sala de Prensa y apenas dio para que Mónica Oltra confesara que seguía usando el iPhone 4 que le dieron la legislatura pasada. “Yo soy así, me duran mucho los móviles, los zapatos y los animales, una vez tuve un gato que me duró 20 años”, bromeaba la vicepresidenta valenciana.

Sin embargo, mientras la sala de prensa reía el comentario de Oltra, los enlaces a aquellas noticias a los que nadie había prestado atención empezaban a compartirse a cada vez más velocidad en twitter. La presión de esos tuits empujaba a medios de toda España a replicar la noticia, que en más de un caso fueron firmadas desde Madrid en vez de desde las corresponsalías valencianas de los periódicos. Cuando Oltra quiso darse cuenta, aquella breve pregunta que había dado para que recordara a su gato era Trending Topic en España y estaba poniendo en entredicho a su gobierno.

Vieja Comunicación vs Comunicación 2.0

A pesar de que todos los partidos estaban afectados por la decisión, los usuarios de twitter, así como varios medios, señalaron principalmente a Compromís y Podemos como formaciones hipócritas que, en opinión de sus críticos, predican la austeridad mientras llevan móviles de lujo. Esto permitió al Partido Popular y Ciudadanos aprovechar su condición de oposición para inhibirse en el tema. Podemos, por su parte, se sumó a esta estrategia de silencio. No empeorar una situación que no puedes controlar  es la primera regla de la comunicación política, y en Podemos, a pesar de ser recién llegados al mundo político no dudaron en adoptarla como medida defensiva.

El PSPV por su parte se vio obligado a intervenir al ejercer, todavía, la presidencia del órgano que había presentado la propuesta. El socialista Francesc Colomer, optó también por una estrategia clásica: primero dio su versión a los periodistas en Les Corts y, una vez la noticia llevaba camino de convertirse en escándalo, emitió una nota de prensa volviendo a explicar la gratuidad de los teléfonos y su voluntad de ver si se podía reducir aún más la factura.

Compromís, sin embargo, optó por la comunicación directa con los usuarios de twitter. De esta manera los votantes valencianos presenciaron ayer un hecho poco habitual en la política española: Enric Morera, uno de los rostros más importantes de Compromís e inminente Presidente de Les Corts, utilizó Facebook para empezar a dar explicaciones directamente a los usuarios. Su cuenta de twitter también fue utilizada para ir desmintiendo las informaciones, aportando su versión sobre la polémica.

No fue el único, el síndic—portavoz en Cortes–de la coalición Fran Ferri también dedicó parte de su tiempo a contestar a usarios en twitter, Mireia Mollà ironizó sobre la propiedad de la funda de su iPhone, y la cuenta oficial de la coalición tuvo una tarde de bastante trabajo remitiendo a críticos a la publicación en Facebook de Morera.

La estrategia de Compromís, en todo caso, se combinó con otras acciones más tradicionales. Sobre las siete de la tarde, en lo peor de la polémica, aparecieron en la prensa valenciana titulares que recogían las declaraciones que Oltra había hecho a la una de la tarde, ella mantendría su iPhone 4.

Twitter gana a cualquier estrategia comunicativa

La Mesa de Les Corts había aprobado en esa misma sesión una reducción del dinero que se aporta a cada diputado—con un ahorro para las arcas autonómicas, según los impulsores, de 102.388 euros al año,—y la paralización de la compra de 99 portátiles  a un precio de 130.000 euros. Las primeras noticias sobre la reunión recogen estos ahorros, aunque apuestan por el gasto de los iPhones a la hora de titular; es el éxito en las redes sociales de la noticia la que va causando que la noticia se replique en cada vez más medios, y que en esta fase de expansión se vayan perdiendo las medidas de ahorro a favor de dar cada vez más detalles sobre el relato que el público parece demandar: la compra de un teléfono lujoso por partidos que presumen de no necesitar lujos en su actividad.

La llamada ‘nueva política’ se ha servido de las redes sociales para alcanzar el poder, pero estas redes no se apagan cuando el objetivo está cumplido. Casos como el del concejal Zapata o la contratación de iPhones demuestran que la red es ya un contrapunto crítico al poder que cuando se retroalimenta con los medios es capaz de desmontar la agenda marcada por los mejores asesores políticos e imponer qué es de lo que tienen que hablar los medios.  Saber adaptarse a esta realidad es una urgencia para toda aquella administración que no quiera verse en evidencia por aceptar unos iPhone gratis.

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