En lo que a campañas de marketing se refiere, 2015 ha supuesto la consolidación absoluta del Black Friday en España. Y ahora, tras las campañas publicitarias de un viernes negro que para algunas empresas ha durado hasta una semana, llega el Cyber Monday, otra avalancha de ofertas de descuentos que en no pocos casos esconden trampas ante las que hay que estar alerta.

Este año, el Cyber Monday cumple su décimo aniversario. Nacida el 28 de noviembre de 2005, esta iniciativa de la asociación estadounidense de empresas de comercio online shop.org ha logrado popularizarse en numerosos países. Se trata de una campaña de descuentos que en EEUU tiene lugar el lunes siguiente al Día de Acción de Gracias -el cuarto jueves de noviembre- y que, a diferencia del Black Friday, en su origen se aplicaba exclusivamente en el comercio electrónico. En cualquier caso, hoy veremos más de una tienda que también anuncia los descuentos del ciberlunes en sus establecimientos físicos.

Si tienes previsto realizar alguna compra, aquí tienes una lista con las cinco cosas que no estaría de más que tuvieses en cuenta si quieres evitar que te timen en el Cyber Monday y en cualquier compra que realices en una tienda online.

  • Si la publicidad asegura que el precio tiene un porcentaje de descuento y compruebas que es falso, puedes exigir que te lo apliquen. En el caso de que localices el mismo producto en un anuncio o conserves un pantallazo de hace un tiempo con un precio idéntico al que hoy presentan con una supuesta rebaja, escribe a la tienda advirtiéndoles de su error. Puedes hacer lo mismo si el precio anterior era más caro pero la rebaja ofertada no da como resultado el importe que anuncian hoy.
  • Si cuando recibas el producto te arrepientes de haberlo comprado, tienes catorce días para devolverlo y la tienda no puede argumentar que pierdes ese derecho al tratarse de un producto con un descuento especial. Esas dos semanas son el plazo del derecho de desistimiento que te reconoce la ley general para la defensa de los consumidores. Tendrán que reembolsarte el importe completo del artículo y sólo deberás hacerte cargo de pagar los gastos que te suponga el envío.
  • Si tras realizar el pedido te comunican que hubo un error y que el precio es superior al anunciado, niégate. Deben asumir la oferta que viste en la web salvo que resulte obvio que se trataba de un error -por ejemplo, un televisor de 48 pulgadas por 48 euros-. En este caso, da igual que hubieras hecho ya el pago o no. La publicidad tiene valor contractual y, por tanto, es de obligado cumplimiento.
  • Si se equivocan y te llega un producto distinto al que solicitaste, la tienda tiene que subsanar el error sin que ello te suponga ningún coste de envío adicional. Y por supuesto, deben respetar el precio de la oferta tal y como estaba el día que hiciste el pedido aunque ya lo hayan subido.
  • Si tu compra tiene un defecto de fabricación, quien tiene que hacerse cargo de la garantía -ojo, de dos años- es el establecimiento. No te dejes confundir si intenta derivarte al fabricante. Y si te pide dinero por recogerte el producto, niégate en rotundo. Sólo tendrás que pagar su envío y la reparación si no se trata de un fallo de origen y tienes tú la culpa de la avería por un uso incorrecto -ya sabes, jugar al lanzamiento de teléfonos móviles o bucear abrazado a tu PlayStation-.

Y si la empresa se niega a asumir tus derechos, recurre a tu asociación de consumidores para que presione. En el caso de que siga en sus trece, lo suyo es presentar una denuncia ante la autoridad de consumo de tu comunidad autónoma y solicita en ella que apliquen una multa por vulnerar la legislación, ya sea por haber incurrido en publicidad engañosa, incumplimiento de contrato o cualquiera de las obligaciones recogidas en la normativa de protección de los consumidores.

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