Los informes de la Guardia Civil que forman parte del sumario del Caso Voloh, al que Diario16+ ha tenido acceso, muestran que en uno de los registros policiales llevado a cabo en la sede de la Asociación Igman aparece, por primera vez, el nombre de “Putin”, justo en el margen derecho de la anotación y junto al término finançament (financiación).

Más tarde, en otra conversación, los investigados hablan de “personas vinculadas a Rusia, siendo Víctor Terradellas la referencia con estos contactos”.

La Guardia Civil ha confirmado que Terradellas se desplazó en el vuelo FV-6679, a las 17.45 horas del día 29 de septiembre de 2017, desde el aeropuerto de Moscú al de El Prat. No deja de ser curioso este viaje justo cuando la revolución catalana hacia la independencia estaba en marcha y sin vuelta atrás.

En este párrafo, el sumario resulta revelador: “Es decir, Víctor se encontraba en Moscú dos días antes del referéndum del 1-O. En este sentido, parece que efectivamente tiene credibilidad que Víctor haya estado en Rusia tratando temas de criptomoneda”.

Las investigaciones con el geolocalizador reconstruyen cada paso que dio en esos días el presunto emisario de Puigdemont ante el Kremlin. “El día 2 de mayo de 2018, Terradellas se dirigió hasta la Avenida de Roma 67 de Barcelona, donde se halla la central de visados de Rusia, entrando a las 10.44 y saliendo a las 11.07 con documentación”. Luego entró en una sucursal del Banco de Sabadell cercana a la Calle Fonollar y tras unos minutos salió y se dirigió a su local. A las 13.36 volvió a dirigirse a la central de visados rusos, portando diversos papeles, saliendo de dicho lugar sin documentación. “Efectuadas gestiones policiales se ha comprobado que Terradellas expide pasaporte en fecha de 27 de abril de 2018 en la Comisaria de Montaner, lo cual podría tener relación con su visita a la central de visados rusos”.

Las pesquisas dejan en evidencia el “patente el interés” de los investigados por entablar contactos con entidades bancarias para eludir la normativa de blanqueo de capitales. La Guardia Civil recuerda que los sospechosos estaban diseñando, precisamente, el futuro Banco Central Catalán, del que el Instituto Catalán de Finanzas sería el embrión, elemento fundamental para garantizar “la soberanía monetaria y financiera de un eventual estado independiente”, según el atestado policial. Y aquí surge otro dato revelador: “De esa tarea se estaría encargando el equipo liderado por el actual consejero de Economía y vicepresidente Pere Aragonés García” (hoy ya ex presidente de la Generalitat tras las últimas elecciones catalanas). 

De los audios obtenidos por la Guardia Civil se infiere que los líderes soberanistas tenían un gran interés en que la futura economía catalana funcionara a través de las criptomonedas, un sistema de pago en el que Rusia podría colaborar, no en vano, según algunos de los investigados este modelo económico “fue fundado en la época de Mijail Gorbachov”. Convertir el dinero malversado por las fundaciones y asociaciones públicas en bitcoins era un paso fundamental de cara a la República.

Interesantes son los mensajes de WhatsApp cruzados entre Carles Puigdemont y el propio Terradellas para tratar este y otros asuntos. A Terradellas, los agentes lo definen como “una persona de peso, al menos en el partido, y con cierta capacidad de influencia”, como se desprende de un chat que el funcionario cruzó con el expresident: “Nos has de recibir, retraso y danos tiempo”. Además, otro mensaje resulta clarificador: “A las cinco venía emisario Putin. Estamos en la puerta de palacio. Nos debes recibir”. Terradellas es una pieza clave del sumario. Por una parte, es la “persona responsable de gestionar temas relacionados con personas rusas y, por otra y no menos importante, dentro de la estrategia independentista participa en la gestión de los medios de comunicación”. No en vano, posee contactos al más alto nivel entre los magnates de los grandes grupos mediáticos catalanes.

Eran momentos de alta tensión, la DUI (declaración unilateral de independencia) se estaba cocinando y todos los implicados sabían lo que se jugaban, tal como se desprende de otro tramo de la conversación: “El día 12, Víctor le envía a Puigdemont un WhatsApp muy significativo y extenso, indicándole que no responda al por entonces presidente Rajoy, guiándole a través de trece pasos cada movimiento a la hora de realizar la proclamación de la independencia”. De ello se infiere, según los agentes, “la clara preeminencia del emisor del mensaje”. Algo después, tal como consta en el sumario, le remite “la resolución del Parlamento Esloveno” (cabe recordar que Quim Torra dio por buena la vía violenta hacia la independencia, que asumía incluso la posibilidad de heridos y muertos).

Era evidente que el movimiento secesionista necesitaba de ayuda exterior y dinero para la causa independentista. En ese aspecto, uno de los escuchados por la Guardia Civil asegura que “cuando te hablo de primer nivel te estoy hablando que hay que poner 100, 200 o 300 millones de dólares o de euros; están dispuestos, no es un problema”.

La Guardia Civil cree que no es descartable que tal inversión se acometiese por “algún inversor ruso a través de criptomonedas con el objetivo de quedar al margen de los controles de las autoridades monetarias europeas”.

Los bitcoins podrían llegar no solo del desvío de fondos de las asociaciones culturales catalanas, sino de otros casos de corrupción detectados en los últimos años, algunos de los cuales podrían relacionados con el cobro de comisiones del 3 per cent. Por descontado, Putin aceptaría este modelo de intercambio financiero, de modo que todo se habría hecho con el conocimiento y supervisión del Kremlin. La Justicia continúa indagando en ese complejo entramado, lo que podría ser una de las causas del auto del juez Aguirre en la que crea una pieza separada.

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