Una mujer sin hogar pide dinero en el centro de Londres (Reino Unido). | Foto: Unsplash/Tom Parsons

El relator especial de Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y derechos humanos de la ONU, Olivier De Schutter, aboga por una reflexión sobre la lucha contra la pobreza mundial y asegura que los gobiernos deben acabar con la peligrosa fijación en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) como vía para erradicarla, «ya que es errónea y lleva al mundo por un camino peligroso».

«Durante décadas hemos seguido la misma y manida receta: primero hacer crecer la economía y luego utilizar la riqueza para combatir la pobreza. Esto ha servido un plato intragable: un mundo al borde del colapso climático en el que una pequeña élite posee una fortuna escandalosa mientras cientos de millones de personas se despiertan cada día con los horrores de la pobreza extrema», según De Schutter al presentar su informe anual al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El documento describe la destrucción medioambiental y la desigualdad extrema causadas por el pensamiento político y económico dominante.

Una economía basada en los derechos humanos

El relator insta a los gobiernos y a las organizaciones internacionales a cambiar de rumbo, abandonando el uso del producto interior bruto (PIB) como medida de progreso y priorizando en cambio los derechos humanos y el bienestar en sus decisiones económicas.

“Nuestra fijación con el crecimiento es corta de miras y sólo está haciendo más ricos a los ricos mientras devasta los sistemas que sostienen la vida en el mundo”, afirma De Schutter. «El PIB y nuestra adicción al consumismo se han convertido en peligrosas distracciones de lo que es realmente importante: la capacidad de las personas para llevar una vida digna en un planeta habitable. Eso significa garantizar un conjunto de derechos fundamentales para todos, incluido el acceso a los servicios sociales y el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible».

El informe expone cómo el crecimiento económico en el Sur Global ha fracasado a la hora de sacar a millones de personas de la pobreza. En un mundo moldeado por el colonialismo, la creación de riqueza en los países de renta baja depende en gran medida de la explotación de una mano de obra barata y de la extracción de recursos naturales, a menudo para producir bienes para el Norte Global y pagar la deuda externa.     

“Incluso en los países de renta baja, donde el crecimiento sigue siendo necesario y debe apoyarse, el desarrollo no debe equipararse a un aumento del PIB, sino a un mayor bienestar social y ecológico”, afirma el relator especial.

Servicios públicos y protección social

Un replanteamiento urgente de la lucha contra la pobreza, abogando por un cambio rápido hacia una economía que dirija los recursos hacia los servicios públicos y la protección social. es una de las demandas del informe, que pide la reestructuración y condonación de la deuda y la financiación de servicios públicos universales mediante impuestos progresivos sobre la herencia, la riqueza y el carbono, así como una mayor cooperación internacional contra la evasión fiscal.

“Nuestra fe ciega en el crecimiento económico es una camisa de fuerza para nuestra imaginación, y la lucha contra la pobreza ha sufrido mucho como consecuencia de ello”, dice De Schutter. Sin embargo, cree que hay medidas concretas que pueden tomarse ahora y que «nos devolverán al buen camino». Rechazar el PIB como indicador de progreso, garantizar puestos de trabajo respaldados por el gobierno, valorar mejor el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, establecer salarios mínimos, poner un tope a la riqueza generada por industrias destructivas «son las políticas que realmente pueden beneficiar al planeta y a sus habitantes», explica.

De Shutter, junto con Balakrishnan Rajagopal, relator especial sobre el derecho a una vivienda adecuada, han emitido otro contundente informe destacando la necesidad urgente de despenalizar la falta de vivienda y la pobreza. El estudio, basado en más de 130 contribuciones de gobiernos, instituciones de derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil, revela un panorama preocupante de criminalización de personas sin hogar y en situación de pobreza.

El documento resalta que hombres, mujeres y niños en situación de calle se enfrentan a penas, multas y sanciones por actividades básicas como dormir, lavarse, cocinar, comer, mendigar y trabajar en la calle. Estas prácticas no sólo no resuelven el problema, sino que violan directamente los derechos humanos internacionales.

En el reciente caso Grants Pass contra Johnson ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, se argumentó que penalizar a personas sin hogar por acampar y dormir en espacios públicos sin ofrecer refugio adecuado no sólo infringe el derecho a una vivienda adecuada, sino que constituye un castigo cruel e inhumano. Aunque el Tribunal Supremo no reconoció esta perspectiva, la opinión de los jueces discrepantes subraya la injusticia de penalizar una necesidad biológica como dormir.

Los relatores insisten en que la solución al problema del sinhogarismo radica en garantizar el acceso a la vivienda, no en criminalizar la pobreza. Las sanciones agravan la situación, empujando a las personas aún más hacia la pobreza y dificultando su acceso a empleo y vivienda. Los recursos destinados a la aplicación de estas leyes deberían redirigirse hacia la solución de las causas subyacentes de la pobreza y la falta de vivienda.

Visitas a Ecuador y Bangladesh

De Schutter también informó al Consejo de Derechos Humanos sobre sus recientes vistas a Ecuador y Bangladeh.

En su visita al país latinoamericano, entre agosto y septiembre de 2023, De Schutter señaló la deteriorada situación de seguridad tras las elecciones presidenciales, donde el gobierno se enfrenta a una creciente violencia del narcotráfico,agravada por la pobreza que facilita el reclutamiento de jóvenes por bandas criminales.

De Schutter enfatizó que invertir en educación, salud y protección social es esencial para romper el círculo vicioso de pobreza e inseguridad.

Inditex y H&M deben subir los salarios

En cuanto a Bangladesh, observó la grave situación de los refugiados Rohingya en Bangladesh, quienes, tras huir de ataques genocidas en Myanmar en 2017, viven en condiciones preocupantes en los campos de Cox’s Bazar.

El experto hace un llamamiento a la comunidad internacional para asegurarles condiciones de vida dignas mientras no sea posible su repatriación. Además, subraya que, aunque la pobreza ha disminuido en Bangladesh, ciertos grupos como los Dalit y los Adivasi siguen enfrentando discriminación social.

En el sector de la confección, que representa el 82% de las exportaciones de Bangladesh y emplea a más de cuatro millones de trabajadores, De Schutter aboga por aumentos salariales para cumplir con los estándares de derechos humanos, instando a grandes compradores como Inditex y H&M a apoyar esta demanda.

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