Tiburón ballena. Foto: WWF

Los estados miembros de la ONU deben ponerse de acuerdo este año sobre cómo proteger y gestionar la alta mar, que cubre la mitad del planeta. La alta mar juega un papel vital en el apoyo a las pesquerías, proporcionando hábitat para cientos de miles de especies y mitigando los impactos del cambio climático. «En cambio, actualmente están muy poco reguladas, lo que resulta en una explotación generalizada», apunta la organización.

Por ello ha hecho un llamamiento a los Estados miembros de la ONU a adoptar este año un acuerdo legalmente vinculante para proteger la vida marina en las aguas internacionales, asunto que se debate estos días en la quinta sesión de la Conferencia Intergubernamental para la negociación sobre un tratado de los océanos para proteger la alta mar y la biodiversidad de áreas fuera de la jurisdicción nacional.

“Las aguas internacionales personifican la tragedia de los comunes. Debido a que no pertenecen a nadie, han sido tratadas negligentemente y con impunidad. Necesitamos un mecanismo de gobernanza común para nuestro océano para garantizar que las aguas de nadie se conviertan en aguas de todos, y responsabilidad de todos”, comenta Marco Lambertini, Director General de WWF Internacional.

Sólo 50 naciones se han comprometido

Cincuenta naciones ya se han comprometido a alcanzar un ambicioso tratado de los océanos que sentaría las bases para proteger el 30% del océano y evaluar el impacto ambiental de las actividades en alta mar. Pero WWF ha llamado «a los demás estados miembros de la ONU para que hagan lo mismo y traigan a casa un resultado contundente después de años de negociaciones. Los líderes deben entregar un tratado de biodiversidad robusto y equitativo para la alta mar que pueda ayudarnos a revertir la pérdida de la naturaleza esta década y asegurar, para todos, un futuro más saludable y sostenible”.

Resiliencia para las pesquerías

El tratado de los océanos podría cambiar las reglas del juego para proteger los valores naturales excepcionales de alta mar y construir resiliencia para las pesquerías económicamente importantes. «Pero esto requiere que los negociadores den un paso al frente para prestar atención a las ambiciones globales. Las ambiciones globales de proteger el 30% de nuestros océanos para 2030 no se pueden alcanzar sin un marco para designar y administrar áreas protegidas más allá de la jurisdicción nacional. El tratado de los océanos bajo negociación tiene como objetivo detallar a las naciones, a través de un mecanismo de gobernanza sólido y equitativo, cómo conservar y utilizar de manera sostenible los recursos compartidos de alta mar», apuntan.

Este mecanismo puede beneficiar a quienes dependen de la pesca para su seguridad alimentaria y medios de vida al establecer restricciones en áreas protegidas que prevengan la sobrepesca y otras prácticas destructivas, preparando el camino para lograr poblaciones de peces más saludables.

El océano absorbe más del 90% del exceso de calor del planeta causado por el calentamiento global inducido por la humanidad, y este factor estresante se ve exacerbado por la sobrepesca y la contaminación. Un tratado de los océanos firme puede mitigar algunas de estas amenazas y brindar a nuestro océano, el sumidero de carbono más grande del planeta, la oportunidad de recuperarse.

WWF ha pedido a los negociadores que resuelvan cuestiones clave como proporcionar una cooperación mejorada; garantizar la designación y el monitoreo de áreas marinas protegidas en alta mar; someter todas las actividades planeadas en alta mar a un proceso de evaluación de impacto ambiental; aclarar la elección del régimen para el manejo de los recursos genéticos marinos; y poner en marcha y fortalecer la creación de capacidades, la transferencia de tecnología y los mecanismos de reporte.

“El océano está bajo presión por el aumento de las actividades humanas, y un nuevo tratado es esencial para aliviar esa presión al garantizar que todas estas actividades sean gestionadas de manera integral, poniendo en el centro a la biodiversidad marina, a las funciones y a los servicios de los ecosistemas para la humanidad. Solo entonces podremos colocar al océano en el camino de la recuperación y la sostenibilidad”, según Jessica Battle, Experta Senior en Políticas y Gobernanza Global de los Océanos para WWF.

Creen que dejar a la mitad de nuestro planeta en una situación de “ley de la selva” mal regulada no beneficia a nadie, y piden piden dejar de lado el interés propio y tomar las decisiones correctas «para el futuro de nuestro océano, nuestro clima y nuestras comunidades”.

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