«La visión general está en pensar a lo grande». Esas eran las aspiraciones del presidente de Wolder, Ricardo Garrudo, cuando SABEMOS lo entrevistó en el Mobile World Congress de 2016. Un año y varios meses después, la compañía tecnológica está pasando un auténtico calvario cuya escenificación será la salida de la empresa de decenas de trabajadores.

Hace una semana la SER avanzaba que Wolder estaba atravesando algunos problemas corporativos y que habría un recorte en la plantilla. Además, quizá de forma algo aventurada, también sostenían que ciertas dificultades financieras de la compañía podrían desembocar en el cierre de la empresa.

Wolder, con su cuartel general en Cantabria, fabrica sus productos en China y, al parecer, el volumen de ventas habría tenido un parón bastante acentuado en los últimos meses. Esa sería una de las causas que habría llevado a la empresa a tomar la decisión de prescindir de un gran número de trabajadores.

Por el momento, y a la espera de que públicamente la compañía se pronuncie de manera oficial, las informaciones aparecidas en los medios cifran en 150 los trabajadores que perderán su empleo. Asimismo, según recoge ‘El Diario Montañés’, lo publicado sobre el cierre de Wolder no sería cierto, según un desmentido de la propia empresa. No niegan que vaya a haber despidos, y que la situación financiera sea la mejor posible; pero en ningún caso se finiquitará la compañía.

Wolder sufre la tiranía de los grandes

En la entrevista a Ricardo Garrudo publicada en SABEMOS no hay palabras altisonantes. Eso es algo de lo que Wolder puede presumir. Siempre fue cauto, con los pies en el suelo y asumiendo su tamaño. Algo que, precisamente, puede que se les haya llevado por delante.

En ese MWC de Barcelona, el presidente de la compañía era muy claro sobre sus aspiraciones reales frente a la competencia. «¿Es difícil ser una empresa tecnológica en España? Lo que es difícil, más que ser español o extranjero, es ser grande o pequeño. Este es el mundo de David contra Goliat. Efectivamente nuestros competidores a día de hoy son grandísimas multinacionales, y este es el hándicap con el que nos encontramos que va más allá de la procedencia de la multinacional».

Y ese tamaño es el que se ha llevado por delante a Wolder. Casi de la misma manera que a BQ, donde salvan los muebles año a año, o exgigantes como HTC que han pasado a ser players secundarios en el mercado móvil.

La única diferencia es que Wolder tiene diversas líneas de negocio. Al margen de la electrónica de consumo, donde han sido un referente en los libros electrónicos y tablets, la compañía cántabra tiene líneas de negocio en la fabricación de remolques para vehículos; productos de jardinería y bricolaje; y comercialización de longboard y ropa. Pese a ello, la movilidad es su gran fuente de ingresos, y debido a la ralentización del mercado (y la suya propia) las consecuencias para su flujo de caja ya estaría notando los primeros síntomas.

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